El nacionalismo pierde su hegemon¨ªa en Euskadi y Rajoy recupera Galicia
Los socialistas gallegos sufren una dolorosa derrota tras gobernar cuatro a?os - Patxi L¨®pez tiene la llave para convertirse en el pr¨®ximo 'lehendakari'
El vuelco electoral en Galicia y Euskadi pend¨ªa de un hilo. Y el hilo se rompi¨® en los dos feudos. El presidente gallego, Emilio P¨¦rez Touri?o (PSOE-PSdG), y el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe (PNV), asistieron al recuento con el alma encogida al ver como se difuminaba voto a voto y minuto a minuto su esperanza de mantener el Gobierno.
En Euskadi, el nacionalismo perdi¨® por primera vez en 30 a?os su hegemon¨ªa y se quedaron en el esca?o 37 (PNV: 30 diputados; Aralar: 4; EA: 2; y la coalici¨®n IU-EB: 1). Patxi L¨®pez, el candidato socialista a lehendakari (24 esca?os), podr¨¢ formar Gobierno si acepta el apoyo anunciado del PP (13) y el previsible voto a favor del parlamentario logrado por UPyD, el partido de Rosa D¨ªez. Los socialistas esperaban anoche lograr el esca?o 25 con el voto emigrante para no depender de las exigencias de D¨ªez.
El partido de Rosa D¨ªez logra un esca?o en la provincia de ?lava
En Galicia, la candidatura de Alberto N¨²?ez Feij¨®o (PP), que se presentaba por primera vez a la presidencia de la Xunta, sum¨® 39 esca?os, uno por encima de la mayor¨ªa absoluta. El PSdG-PSOE perdi¨® un esca?o (de 25 a 24), al igual que los nacionalistas del Bloque (de 13 a 12).
La intensa campa?a del PP en esta comunidad regal¨® a Rajoy un triunfo que alivia su futuro pol¨ªtico. El l¨ªder popular culmin¨® con ¨¦xito un trabajo de titanes: recuperar la mayor¨ªa absoluta en Galicia tras haberla perdido hace s¨®lo cuatro a?os.
Era una traves¨ªa contracorriente de la que ha salido airoso. Con el partido malherido por la sospecha de corrupci¨®n; con la c¨²pula deprimida ante los graves da?os perpetrados por un grupo de empresarios que se instal¨® hace tiempo como una sanguijuela en las entra?as de esta formaci¨®n, con uno de sus cabezas de lista eliminado en mitad del partido por fraude fiscal y con casi todo en contra, Rajoy logr¨® salir a flote gracias a una victoria electoral clara, mucho m¨¢s clara de lo que vaticinaron los sondeos.
El l¨ªder del PP se trabaj¨® el triunfo de aldea en aldea durante 14 d¨ªas de fren¨¦tica campa?a. En el mejor d¨ªa de sus ¨²ltimos a?os al frente del PP, Rajoy proclam¨® ayer: "Estoy muy feliz. Somos el partido m¨¢s grande de Europa y sabemos estar a la altura de las circunstancias".
El ¨¦xito electoral del PP supone el primer bajonazo serio al futuro del proyecto socialista, amenazado por las consecuencias de una crisis econ¨®mica imparable para la que a¨²n no han encontrado recetas.
Es el primer resultado negativo y doloroso de la era Zapatero. Ni siquiera la p¨¦rdida en votos respecto al PP en las elecciones municipales de mayo de 2007 dej¨® tan mal sabor de boca. Entonces, los socialistas cayeron en n¨²mero de sufragios respecto al PP pero ganaron poder en los principales municipios.
Ahora han perdido el Gobierno de la Xunta de Galicia s¨®lo cuatro a?os despu¨¦s de llegar al poder, algo poco habitual en democracia. Lo han hecho con el n¨²mero dos del PSOE, Jos¨¦ Blanco, comprometido hasta el agotamiento en la campa?a electoral de su comunidad de origen. Y con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero metido de hoz y coz en el ¨²ltimo mitin para movilizar de urgencia a un electorado que les result¨® esquivo.
En el Pa¨ªs Vasco, con seis esca?os m¨¢s y la posibilidad cierta de gobernar, los socialistas pudieron exhibir una sonrisa: "Me siento legitimado para liderar el cambio en Euskadi", proclam¨® el candidato a lehendakari Patxi L¨®pez entre gritos de "?Se nota, se siente, el cambio est¨¢ presente!".
Euskadi vivi¨® ayer un d¨ªa que pasar¨¢ a la historia. Por primera vez en democracia, los partidos que no defienden la independencia de Euskadi tienen m¨¢s esca?os en el Parlamento de Vitoria que los nacionalistas. Han sido las primeras elecciones vascas sin la presencia de Batasuna o las formaciones pol¨ªticas de su ¨®rbita. El voto nulo sum¨® el 8,84%.
Aralar fue la gran beneficiaria de esta ausencia, incrementando su representaci¨®n en la C¨¢mara vasca de uno a cuatro esca?os. El resto de fuerzas nacionalistas minoritarias fracas¨®: Eusko Alkartasuna, en solitario, se qued¨® con dos esca?os, e IU-EB perdi¨® uno de sus tres esca?os. Ahora, pierden toda relevancia en el Parlamento porque el socialista Patxi L¨®pez ser¨¢, si quiere, el primer lehendakari no nacionalista de Euskadi.
La partida de ajedrez para definir el futuro pol¨ªtico vasco es muy compleja. Para que L¨®pez sea investido tiene que aceptar el apoyo del PP, que ya ha anunciado su disposici¨®n a hacerlo. Y si esa alianza se consuma, el camino del presidente del Gobierno en su segundo mandato se llenar¨¢ de obst¨¢culos colosales. Se qued¨® a siete esca?os de la mayor¨ªa absoluta en el Congreso, y conseguirlos sesi¨®n a sesi¨®n para aprobar las leyes se ha convertido en un suplicio en los ¨²ltimos meses. El respaldo del PNV le ha salvado de algunos apuros mayores. Pero con un Gobierno socialista en Euskadi y el PNV en la oposici¨®n, por primera vez en casi 30 a?os, ese apoyo se desvanece y Zapatero tendr¨¢ que buscar nuevos aliados en medio de la tormenta implacable de la crisis econ¨®mica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.