Las cosas van a ser distintas en Euskadi

Juan Jos¨¦ Ibarretxe ha ganado las elecciones vascas y Patxi L¨®pez ha subido espectacularmente, pero el dato m¨¢s relevante es que por primera vez en unas elecciones vascas, los partidos no nacionalistas han sumado m¨¢s esca?os que los nacionalistas. Las posibilidades de un cambio de la mayor¨ªa nacionalista por la no nacionalista son reales y L¨®pez ratific¨® ayer por la noche su compromiso, adquirido durante la campa?a electoral, de no renunciar a presentar su candidatura como lehendakari frente a Ibarretxe si sumaba una mayor¨ªa no nacionalista.

No obstante, el asunto es complejo porque la diferencia entre Ibarretxe y L¨®pez es amplia, de cinco esca?os. Con estas premisas, L¨®pez tiene dos opciones. La primera es gobernar en lugar de Ibarretxe, si el PP y UPyD, el partido antinacionalista de Rosa D¨ªez, le votan en la investidura. La otra es que puede utilizar la fuerza constitucionalista mayoritaria para condicionar al PNV e intentar que sea otro miembro de este partido quien gobierne por Ibarretxe y con las condiciones del PSE. Si la primera opci¨®n es complicada, la segunda, quiz¨¢s, m¨¢s. Ser¨¢ dif¨ªcil convencer al PNV que se desprenda de Ibarretxe cuando le ha dado su cuarta victoria en casi 11 a?os. Aunque no se sabe qu¨¦ har¨¢ en una situaci¨®n l¨ªmite.

En todo caso, gobierne quien gobierne, las cosas van a ser distintas en Euskadi con un Parlamento vasco que, por vez primera en su historia, tendr¨¢ mayor¨ªa no nacionalista. En el Parlamento vasco ya no tendr¨¢n cabida ni planes soberanistas ni aventuras pol¨ªticas ni complicidades con el terrorismo. Las urnas reconocen la pluralidad vasca y cierran definitivamente la etapa del pacto nacionalista excluyente de Lizarra, que ha encarnado Ibarretxe desde que fue elegido lehendakari hace diez a?os.

El propio Ibarretxe lo ha reconocido con su campa?a electoral, en la que ha ocultado la gu¨ªa pol¨ªtica de sus a?os de mandato, el soberanismo, y ha apostado, alternativamente, por la moderaci¨®n. Ha sido la mejor expresi¨®n, como se?alan los estudios sociol¨®gicos, de que la mayor¨ªa de los vascos no quiere aventuras soberanistas. Por ello, en su propia campa?a, Ibarretxe ha llevado impl¨ªcito el reconocimiento de su derrota pol¨ªtica. Adem¨¢s, con esa campa?a moderada se ha comido a sus socios, los independentistas de Eusko Alkartasuna y a una EB-IU m¨¢s nacionalista que de izquierdas.

El campo no nacionalista ha reforzado su representaci¨®n, con la imposici¨®n de las l¨ªneas moderadas del socialismo vasquista de L¨®pez y el conservadurismo templado de Basagoiti. Es importante que la primera vez que logran la mayor¨ªa los constitucionalistas sea con pol¨ªticas moderadas. Puede decirse que ayer se enterr¨® la pol¨ªtica frentista antinacionalista de Mayor-Redondo y la posterior de San Gil. UPyD queda ahora como residuo de esa ¨¦poca.

Estas elecciones han puesto de relieve como nunca los deseos de paz de los vascos. La subida espectacular de Aralar lo ha manifestado, al absorber, por vez primera, una parte importante del voto de la izquierda abertzale. Ese voto demuestra que una parte importante de la izquierda radical no est¨¢ dispuesta a esperar indefinidamente a que la representaci¨®n oficial de ¨¦sta se desmarque de ETA.