El Gobierno movilizar¨¢ la sanidad p¨²blica para prevenir embarazos

El vertiginoso aumento de las cifras del aborto ha disparado las alarmas en la Administraci¨®n. En pleno debate sobre la reforma de la ley, el Gobierno se ha propuesto frenar el elevado n¨²mero de interrupciones voluntarias del embarazo y trabaja con las comunidades aut¨®nomas para cerrar un plan de actuaci¨®n antes de final de a?o.

En 2008 se hicieron 112.000 abortos. El doble que hace diez a?os. Adem¨¢s, cada a?o se producen m¨¢s de 4.000 nacimientos de madres menores de edad. Despu¨¦s de varias campa?as para incentivar el uso del preservativo, el Ministerio de Sanidad quiere ahora que la prevenci¨®n de embarazos no deseados se haga desde los centros sanitarios p¨²blicos. La Estrategia Nacional de Salud Sexual, que elabora un comit¨¦ de expertos -soci¨®logos, sex¨®logos, representantes de organizaciones de salud o m¨¦dicos-, y un comit¨¦ institucional -en el que participan representantes de las comunidades- plantea, entre otras cosas, que haya centros de salud sexual (en algunas regiones llamados centros de planificaci¨®n familiar) uniformes y adecuados en todas las comunidades.

Habr¨¢ centros adecuados de planificaci¨®n en todas las regiones

La estrategia tratar¨¢ la sexualidad desde una perspectiva de g¨¦nero

Deficiencias

Esta iniciativa podr¨ªa paliar las deficiencias actuales. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud hace falta un centro por cada 100.000 menores de 25 a?os. Una cifra que Espa?a no alcanza ni por asomo, aunque ante la falta de datos fiables Sanidad est¨¢ analizando la situaci¨®n. Los que hay tampoco son muy conocidos y eso se nota en las cifras: el 67,8% de las j¨®venes que abortaron en 2007 no hab¨ªa acudido a centros de planificaci¨®n o servicios sanitarios para usar m¨¦todos anticonceptivos en los dos a?os anteriores a su embarazo.

Y aqu¨ª, en el uso de anticonceptivos, es donde estar¨ªa la segunda l¨ªnea de actuaci¨®n de la estrategia. Sanidad plantear¨¢ que los m¨¦todos anticonceptivos sean sencillos de conseguir y f¨¢ciles de comprar. Todos. Una recomendaci¨®n que va desde el preservativo masculino y femenino (ahora poco conocido y no muy extendido) hasta la p¨ªldora poscoital, seg¨²n explica Concepci¨®n Colomer, presidenta del Observatorio de Salud de la Mujer y de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud. Y es que, seg¨²n el estudio H¨¢bitos anticonceptivos de las mujeres que abortan (Haya), m¨¢s de un tercio de las mujeres que abort¨® en 2007 no utiliz¨® ning¨²n m¨¦todo anticonceptivo. Este no es un dato aislado. En Espa?a, la venta de preservativos ha ca¨ªdo. En 2008 se vendieron 125 millones, un 2% menos que el a?o anterior, seg¨²n la consultora Nielsen.

"Es fundamental que se cree conciencia de la utilizaci¨®n de m¨¦todos anticonceptivos. Por eso tienen que ser f¨¢ciles de encontrar y a precios accesibles", sostiene Colomer, que explica que esta recomendaci¨®n quedar¨¢ muy patente en la estrategia.

Pero el plan de Sanidad quiere prevenir todas las consecuencias del sexo inseguro. "No s¨®lo los embarazos no deseados. Tambi¨¦n las enfermedades de transmisi¨®n sexual", dice Colomer. Los datos de la falta de prevenci¨®n son preocupantes. El 63% de las mujeres que aborta asegura utilizar m¨¦todos anticonceptivos, mayoritariamente el preservativo, seg¨²n el estudio Haya. Sin embargo, el 70% de ellas reconoce que lo utiliza mal o de manera inconsistente (no en todas las relaciones sexuales o no durante toda la relaci¨®n sexual).

Adem¨¢s, con esa recomendaci¨®n, la estrategia puede suponer un cambio en la pol¨ªtica de dispensaci¨®n de la p¨ªldora del d¨ªa siguiente. Actualmente hay enormes deficiencias y desigualdades en el acceso a este m¨¦todo de emergencia, aprobado por el Ministerio de Sanidad en 2001. En algunas regiones ni se encuentra. En otras, las mujeres deben peregrinar hasta las urgencias de los hospitales para conseguir la receta. En algunas autonom¨ªas es gratis y en otras no. La estrategia unificar¨ªa estas divergencias y facilitar¨ªa el acceso de las mujeres a la misma.

La Estrategia incidir¨¢ tambi¨¦n en la importancia de la educaci¨®n sexual. En toda la poblaci¨®n, no s¨®lo en los j¨®venes. Por eso se plantear¨¢ que el personal sanitario reciba formaci¨®n espec¨ªfica en salud sexual. "Todos los colectivos que se ocupan de la sexualidad precisan formaci¨®n. Desde los profesores a los asistentes sociales", dice Manuel Lucas, presidente de la Sociedad de Intervenci¨®n en Sexolog¨ªa y miembro del comit¨¦ t¨¦cnico.

Pero adem¨¢s de las medidas para prevenir las consecuencias no deseables de la salud sexual, se plantear¨¢n l¨ªneas de actuaci¨®n para abordarla desde una perspectiva de g¨¦nero. "Hay que desmedicalizar la visi¨®n de la sexualidad y proporcionar la visi¨®n social", dice Lucas. Pero no s¨®lo eso. Como a?ade Mar¨ªa Lameiras, profesora de psicolog¨ªa de la sexualidad de la Universidad de Vigo y miembro tambi¨¦n del comit¨¦ de t¨¦cnico, "hay que incorporar tambi¨¦n una perspectiva de g¨¦nero. Y es que el modelo de jerarqu¨ªas sociales en el que vivimos entre hombres y mujeres repercute tambi¨¦n en la salud sexual".