Bancaja contra Soriano

La presi¨®n es ya insoportable para el presidente del Valencia, Vicente Soriano, que hoy, en la reuni¨®n del consejo de administraci¨®n, podr¨ªa dejar su cargo. O, en el mejor de los casos para ¨¦l, quedar su nombramiento vac¨ªo de contenido en favor del actual director general, Javier G¨®mez, que asumir¨¢ el cargo de consejero delegado. Bancaja, el principal acreedor del Valencia -le debe 240 millones de euros de los m¨¢s de 450 de deuda total-, con el benepl¨¢cito del a¨²n m¨¢ximo accionista del club, Juan Soler, trata de arrinconar a Soriano, que se resiste a marcharse. "Ser¨ªa una irresponsabilidad irme ahora", dijo anoche; "no puedo dejar que se vaya todo esto al garete".

G¨®mez es un economista sin m¨¢s ambici¨®n que la de cuadrar las cuentas del Valencia. Un gestor. Tanto Bancaja como Soler le consideran m¨¢s fiable para llevar el d¨ªa a d¨ªa en estos momentos de m¨¢xima dificultad. No se f¨ªan ni de Soriano ni de su mano derecha, el vicepresidente Miguel Zor¨ªo, que ayer anunci¨® su dimisi¨®n: "Si molesto a alguien, me aparto. Yo no caliento la silla".

Cada vez m¨¢s solos

Soriano y Zor¨ªo han movido los hilos del Valencia desde julio, cuando Soriano asumi¨® la presidencia tras un pacto con Soler por el que se deshac¨ªan de Juan Villalonga. Pero han estado cada vez m¨¢s solos, de espaldas al resto del consejo, al que ni siquiera informaban de las posibilidades para salir del pozo. Han conseguido firmar contratos de patrocinio -con Loewe, Mercedes o Unibet, por ejemplo- y otro por la venta de los derechos televisivos sin un aval que lo garantice. Insuficiente para salvar al club, sin apenas liquidez.

En agosto, cuando asumieron la gesti¨®n del Valencia, aseguraron que en septiembre vender¨ªan las parcelas del viejo Mestalla. M¨¢s tarde se dieron otro plazo: diciembre. En diciembre, sin hablar ya de plazos, afirmaron que la venta estaba hecha. Y asumieron la gesti¨®n de Soler, con quien Soriano ten¨ªa un acuerdo, ya disuelto, por la compraventa de sus t¨ªtulos. Finalmente, la semana pasada argumentaron que la crisis es heredada y que no se sienten m¨¢s que responsables de las posibles soluciones.

Su proceder -"van a su bola y no consultan con nadie", se les recrimina- les costar¨¢ hoy la reprobaci¨®n de su consejo. Le quedan pocos adeptos a Soriano a estas alturas. Su opacidad se explicaba "por praxis empresarial", sostuvo en enero en la ¨²ltima reuni¨®n.