Los volcanes submarinos son una fuente nutritiva de hierro puro
El escaso polvo de mineral es clave para que la vida surja en el agua
Mientras prosigue el experimento Lohafex para estudiar los efectos de la fertilizaci¨®n con hierro de las aguas superficiales oce¨¢nicas, los cient¨ªficos han encontrado una nueva fuente de hierro en el mar, y est¨¢ en su mismo fondo. El polvo de hierro es el nutriente m¨¢s escaso y clave para la vida marina. Llega a los oc¨¦anos por los r¨ªos o en el polvo procedente de los continentes, pero tambi¨¦n, sorprendentemente, flota hacia la superficie desde el fondo, en el material que surge de las fuentes termales oce¨¢nicas. Hasta ahora se supon¨ªa que el hierro de este origen, similar en cantidad al de los r¨ªos, se precipitaba en el fondo marino como mineral.
El descubrimiento, publicado en Nature Geoscience, se ha hecho al tomar muestras de una cordillera volc¨¢nica en el Pac¨ªfico Este. Los investigadores hallaron que los compuestos org¨¢nicos (con carbono) de las emisiones submarinas capturan hierro y que este hierro no se oxida, informa la Fundaci¨®n Nacional para la Ciencia (NSF) de Estados Unidos, que se?ala que, para los cient¨ªficos, encontrar hierro brillante en el oc¨¦ano fue como sacar una esponja seca de un ba?o. "Todo lo que sabemos sobre las propiedades qu¨ªmicas del hierro nos dice que deber¨ªa de estar oxidado", dice Katrina Edwards, de la Universidad del Sur de California. Los organismos acu¨¢ticos metabolizan el hierro puro mucho mejor que en su forma oxidada, explica Edwards, si bien es verdad que no se conoce el volumen de esta nueva fuente nutritiva.
El flujo de las fuentes termales sorprendentemente no se oxida
"S¨®lo dormimos cuando hay tormenta", dice Victor Smetacek
"Una cuesti¨®n importante es en qu¨¦ medida en todo el hierro del mundo se produce una oxidaci¨®n catalizada por bacterias en vez de la habitual, o se mantiene puro", recuerda Don Rice, de la NSF.
La fertilizaci¨®n con hierro del plancton (los microorganismos marinos) se quiere estudiar como posible v¨ªa para acelerar la captura de carbono de la atm¨®sfera y luchar as¨ª contra el cambio clim¨¢tico. Ser¨ªa algo similar al abono con nitr¨®geno de las cosechas que llev¨® a un gran aumento de su rendimiento en el siglo XX. Sin embargo, esta t¨¦cnica, que pretende lograr una mayor productividad biol¨®gica en el oc¨¦ano abierto, es criticada por los que temen que una intervenci¨®n as¨ª en la naturaleza tenga consecuencias perjudiciales.
El fitoplancton (microorganismos similares a las plantas) utiliza la luz solar para alimentarse a trav¨¦s del proceso de fotos¨ªntesis, mediante el cual tambi¨¦n captura di¨®xido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Una parte de este carbono se hunde y se mantiene secuestrado en el oc¨¦ano profundo y en los sedimentos del fondo del mar, aunque se desconoce cuanto tiempo permanece fuera de la circulaci¨®n.
De hecho, el inicio del experimento de fertilizaci¨®n oce¨¢nica con polvo de hierro Lohafex, en el Atl¨¢ntico sur, fue retrasado unos d¨ªas debido a las protestas ecologistas. Desde entonces, los trabajos en el buque oceanogr¨¢fico Polarstern van a buen ritmo, confirm¨® el pasado viernes desde el barco Victor Smetacek, codirector cient¨ªfico del experimento. "La zona que hemos fertilizado se mantiene dentro del remolino que elegimos y estamos ya en la cuarta semana de estudio de los procesos que tienen lugar", explicaba por correo electr¨®nico.
Lohafex es un proyecto conjunto de Alemania, India y Chile y en la expedici¨®n, adem¨¢s de los cient¨ªficos de estos pa¨ªses, participan dos espa?oles y tres italianos. Seg¨²n Smetacek, la convivencia es muy buena, aunque algunas veces los cient¨ªficos est¨¢n muy cansados de los turnos incesantes: "Entonces llega una tormenta y, como no podemos trabajar, dormimos".
A falta de resultados definitivos, los cient¨ªficos explican en la p¨¢gina web del Instituto Alfred Wegener (www.awi.de) las primeras observaciones realizadas, especialmente sobre cu¨¢les son los g¨¦neros de fitoplancton que responden antes a la fertilizaci¨®n y c¨®mo interact¨²an con otros grupos en lo que Smetacek y el codirector indio Wajih Naqvi, llaman su "jard¨ªn experimental".
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