Democracia y corrupci¨®n

El alcalde socialista de Alcauc¨ªn, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªn, y el jefe del Servicio de Arquitectura de la Diputaci¨®n de M¨¢laga, Jos¨¦ Mora, se encuentran en prisi¨®n tras ser imputados por los delitos de cohecho, blanqueo de dinero, falsedad documental y prevaricaci¨®n urban¨ªstica: la letan¨ªa habitual en los casos de corrupci¨®n ligados a la burbuja inmobiliaria. El aparejador municipal y el asesor jur¨ªdico del Consistorio han quedado en libertad con cargos.

En el momento de su detenci¨®n, el alcalde, un ex alba?il que lleva cinco mandatos consecutivos elegido por mayor¨ªa absoluta, fue aclamado por una parte de los vecinos. En su domicilio, la polic¨ªa intervino 160.000 euros en billetes de 500 ocultos en un colch¨®n. Antes de ingresar en prisi¨®n, tuvo que firmar la renuncia al acta de concejal tras ser amenazado por su partido con presentarle una moci¨®n de censura si no se iba.

Esta reacci¨®n es la pauta que deber¨ªan observar los partidos si desean desmarcarse de las pr¨¢cticas de corrupci¨®n que han corro¨ªdo el poder municipal en Espa?a. Mucho m¨¢s cuando las resoluciones judiciales alcanzan los extremos de este caso. Con complicidades en distintos niveles que habr¨¢ de esclarecer la investigaci¨®n, en este pueblo de 2.500 habitantes de la comarca malague?a de la Axarqu¨ªa se han construido desde que Mart¨ªn es alcalde m¨¢s de un millar de casas ilegales en suelo r¨²stico. Las constructoras se multiplicaron por siete entre 1998 y 2007, y el n¨²mero de inmobiliarias aument¨® de una a 31. No resulta novedoso que pr¨¢cticas como las que la juez investiga (construcci¨®n en suelo no urbanizable, pagos a cargos p¨²blicos para que ignorasen las irregularidades urban¨ªsticas, etc¨¦tera) se confundan con la prosperidad econ¨®mica; hasta el d¨ªa en que se descubre su verdadero fundamento.

La popularidad de ciertos alcaldes sin escr¨²pulos tiene su explicaci¨®n en esa rueda de la fortuna que degrada los pueblos y comarcas: m¨¢s de un centenar de denuncias por infracciones medioambientales hab¨ªa contra este Ayuntamiento. Cuando esa popularidad se traslada a las urnas, hay una tendencia a considerar que la democracia convalida cualquier irregularidad. Por eso result¨® tan alarmante que en fechas recientes, y ante denuncias de corrupci¨®n, tanto el presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra, como el de la Generalitat de Valencia, Francisco Camps, invocaran en su defensa su amplio respaldo electoral.