M¨¢s all¨¢ del crimen y castigo
Dos expertos debaten sobre el dif¨ªcil equilibrio entre la sed de justicia de las victimas y la reinserci¨®n - La UPV les doctora honoris causa
Las v¨ªctimas no suelen encontrar respuestas que mitiguen su dolor en las as¨¦pticas sentencias que condenan a sus verdugos. Esas preguntas que quedan sin responder -?c¨®mo pudo hacerme esto?, ?para qu¨¦ sirvi¨® tanto dolor?- son las que a menudo les impiden rehacer sus vidas. "Hay una falta de inter¨¦s estructural en el sistema penal vigente por la v¨ªctima y su dolor", resume el crimin¨®logo belga Tony Peters (Munsterbilzen, 1941), catedr¨¢tico de la Universidad Cat¨®lica de Lovaina. Peters recibi¨® ayer junto al franc¨¦s Reynald Ottenhof (Nantes, 1939), especialista en Derecho Penal y catedr¨¢tico de la Universidad de Nantes, un doctorado honoris causa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV).
Ottenhof: "Al endurecer las penas los pol¨ªticos quieren garantizar su reelecci¨®n"
Peters propone una mediaci¨®n en la que la v¨ªctima pregunta al verdugo
"Desde que llegu¨¦ a Espa?a no paran de preguntarme por la pena de cadena perpetua", explica sorprendido Ottenhof, quien explica que el debate sobre su conveniencia suele reabrirse a ra¨ªz de sucesos emotivos como el asesinato de Marta del Castillo. "Tal vez se puede hablar de la necesidad de tener una cadena perpetua simb¨®lica para algunos casos, pero est¨¢ claro que es contraproducente. Implica violencia, suicidios y agresiones al personal de prisiones", recalca. Con todo, reconoce que es dif¨ªcil para la Justicia hallar el equilibrio adecuado entre la justa reparaci¨®n y las necesidades de la sociedad sin caer en la tentaci¨®n de legislar cada vez que la opini¨®n p¨²blica se indigna ante una injusticia potenciada por los medios de comunicaci¨®n. "?Por qu¨¦ hay una tendencia clara a endurecer los c¨®digos penales? Porque es muy ben¨¦fico para la clase pol¨ªtica, que encuentra all¨ª un bot¨ªn emocional que les viene muy bien para garantizar su reelecci¨®n", responde Ottenhof, tambi¨¦n vicepresidente de la Asociaci¨®n Internacional de Derecho Penal.
Despu¨¦s de dedicar la primera parte de su vida acad¨¦mica al estudio de las prisiones, Peters, presidente de la Sociedad Internacional de Criminolog¨ªa, se volc¨® en la victimolog¨ªa. La justicia, afirma, extrae de ellas s¨®lo la informaci¨®n necesaria para mantener su orden de las cosas, sin interesarse por su sufrimiento. ?Qu¨¦ hacer entonces? Peters propone algo llamado la mediaci¨®n reparadora, que consiste en abrir un di¨¢logo entre verdugo y v¨ªctima que permita tres cosas: formular los hechos construyendo un relato alternativo al mero atestado policial, en el que la v¨ªctima puede plantear todas las preguntas que le torturan; que el delincuente reconozca el da?o ocasionado, y, por ¨²ltimo, encontrar una soluci¨®n entre ambos para salir adelante: "En m¨¢s del 50% de los casos del primer intento lograban llegar a un acuerdo, que despu¨¦s se remit¨ªa al juez para que lo incluyese en la sentencia".
Las partes, a?ade, pueden hasta encontrar una f¨®rmula para no tener que verse nunca m¨¢s. El m¨¦todo ya tiene rango de ley en B¨¦lgica.
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