El milagro en crisis
Una resaca es una ma?ana muy triste despu¨¦s de una noche muy alegre. En estado de resaca se encuentra hoy nuestra Comunidad una vez que, como se?al¨® Jorge Alarte, la crisis econ¨®mica est¨¦ ajustando cuentas con el milagro econ¨®mico valenciano.
El informe de la Uni¨®n Europea Regiones 2020 ha demostrado que la crisis est¨¢ afectando de manera menos asim¨¦trica a los Estados que a las regiones y que hay m¨¢s modelos de crisis regional que nacionales, porque la gesti¨®n de la diversidad territorial est¨¢ actuando como un potente elemento de amortiguamiento o de profundizaci¨®n en la crisis.
Los valencianos ten¨ªamos un modelo econ¨®mico. Un modelo que, como todos, se basaba en un proceso para generar valor. Ese proceso ha sido durante los ¨²ltimos a?os la transformaci¨®n especulativa del suelo. El suelo puede transformarse de manera predominantemente estrat¨¦gica o predominantemente especulativa. La primera requiere liderazgo p¨²blico, cultura territorial y urbana. La segunda, indisciplina, desrregulaci¨®n y mucha insensibilidad respecto al largo plazo y los resultados de conjunto.
La reclasificaci¨®n de enormes bolsas de suelo ha sido la condici¨®n del modelo valenciano
Esta opci¨®n por seg¨²n qu¨¦ modelo de transformaci¨®n territorial no solo determina el r¨¦gimen alimenticio de una sociedad, sino que introduce importantes criterios selectivos que condicionan la formaci¨®n hegem¨®nica de una clase pol¨ªtica, un stablishment empresarial y hasta un modelo cultural. La aparici¨®n de un liderazgo p¨²blico que invierta las din¨¢micas de todas estas dimensiones mediante una estrategia que haga aflorar los activos econ¨®micos no especulativos del territorio es nuestra gran asignatura pendiente como valencianos.
De acuerdo con sus preferencias ideol¨®gicas, cada cual podr¨¢ hacer su valoraci¨®n sobre el modo en el que el Gobierno de Espa?a se est¨¢ enfrentando a esta crisis. (Yo desde luego tengo la m¨ªa). Lo que no es discutible es que la Comunidad Valenciana padece una crisis con perfiles muy propios. Y lo que es menos discutible a¨²n es que el reto pol¨ªtico y econ¨®mico de mayor calado de la Comunidad es la definici¨®n de un nuevo modelo econ¨®mico regional valenciano. Reto que incumbe ya de pleno a la oposici¨®n, dada la reacci¨®n inmovilista del Partido Popular respecto del modelo y su incompatibilidad gen¨¦tica con los requerimientos de su sustituci¨®n.
La reclasificaci¨®n de enormes bolsas de suelo ha sido la condici¨®n de posibilidad del modelo econ¨®mico valenciano. Un modelo que guarda profundas relaciones conceptuales con el comercio tercermundista de la materia prima.
De esa reclasificaci¨®n, mientras el contexto lo permiti¨®, obten¨ªan su beneficio el propietario tradicional del suelo, el que se lo compraba y al que se lo vend¨ªa. El que ejecutaba la urbanizaci¨®n, el que la llevaba a juicio, el que hac¨ªa la tasaci¨®n, el que la impugnaba y el que la defend¨ªa. El que promov¨ªa el edificio, el que lo dise?aba, los que se empleaban en la obra, los que compraban la vivienda, los que la anunciaban, los que la vend¨ªan, el personal de la inmobiliaria y los que la volv¨ªan a comprar.
Esta es la cadena de valor que, en esencia, explica el llamado milagro econ¨®mico de la Comunidad Valenciana. Un milagro que ilumina la trabaz¨®n profunda entre la pol¨ªtica popular y el conjunto de la ciudadan¨ªa. Un milagro imposible de producir sin la indisciplina urban¨ªstica y el activismo desrregulacionista que ha caracterizado la planificaci¨®n territorial auton¨®mica de un Consell que defini¨® el modelo sin un solo plan de car¨¢cter supramunicipal. Mediante la pura indefinici¨®n y la inversi¨®n de los beneficios en diversiones suntuarias.
El milagro ha concluido y aboca al malestar a un n¨²mero tan elevado de damnificados como antes tuvo de beneficiarios. La eficacia pol¨ªtica del Partido Popular se ha debido, entre otras cosas, a la amplia trama de complicidades electorales y sociol¨®gicas que derivaban de un modelo econ¨®mico que generaba fuertes plusval¨ªas y las distribu¨ªa entre sectores y clases muy diversos de la sociedad.
La quiebra de este mecanismo de generaci¨®n de valor puede desencadenar un hecho sociol¨®gico que hac¨ªa muchos a?os no se percib¨ªa en nuestro entorno pol¨ªtico: la desidentificaci¨®n entre el partido popular y los intereses econ¨®micos de las clases medias.
Es sorprendente la poca importancia que hemos concedido al hecho de que la empresa del mercado de valores que m¨¢s n¨ªtidamente ha ejemplificado el estallido simult¨¢neo de la pompa burs¨¢til, inmobiliaria y financiera, fuese precisamente una empresa valenciana. Esto no responde a ninguna casualidad porque los mecanismos desencadenantes de la crisis global son, traspasados al territorio, la estructura constituyente de nuestro particular milagro.
Alguien en el PPCV se equivoca gravemente si piensa que la farfolla regionalera, el autobombo, el inacabable marisqueo de los recursos p¨²blicos, la manifiesta corrupci¨®n o el desprecio sistem¨¢tico a las garant¨ªas de fiscalizaci¨®n que deben representar las instituciones, van a quedar impunes en tiempos de una crisis como la que est¨¢ padeciendo esta Comunidad. Es ahora cuando corresponder¨¢ determinar si el secreto de las mayor¨ªas electorales del Partido Popular era el pan y circo o el dame pan y dime tonto.
Es triste decirlo, pero la imagen del Consell empieza a parecerse demasiado a la de un irresponsable tendido en plena calle al borde de una intoxicaci¨®n et¨ªlica. Sin hacerse cargo de qu¨¦ maldita juerga le llev¨® hasta all¨ª y ech¨¢ndole la culpa al personal de la ambulancia entre atisbos de chuler¨ªa. Sin conciencia de la situaci¨®n, sin capacidad de levantar, sin respuestas.
No preguntes president por qui¨¦n doblan las campanas, doblan por t¨ª.
Carlos Gonz¨¢lez Trivi?o es secretario de Ideas y Programas. PSPV-PSOE. Valencia Provincia.
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