Sobre nazis e islamistas
Narrativa. Equiparar los islamistas con los nazis es un recurso frecuente en la propaganda israel¨ª. Con ¨¦l se justifican todo tipo de tropel¨ªas contra el pueblo palestino y con ¨¦l se acaba de exculpar la matanza de ni?os, mujeres y ancianos en Gaza. Bombardear una escuela porque supuestamente all¨ª se escond¨ªan activistas de Ham¨¢s era, seg¨²n esa propaganda, como bombardear el b¨²nker de Hitler en Berl¨ªn. Algunos pensamos que tal equiparaci¨®n resulta abusiva para la conciencia racional. En el caso de la Tierra Santa m¨¢s bien parece que las v¨ªctimas de ayer sean los verdugos de hoy, y en cualquier caso, Ham¨¢s, por repugnante que sea, no da la impresi¨®n de estar en las mismas condiciones que Hitler ni de exterminar al pueblo jud¨ªo (si es que ¨¦sa es su intenci¨®n) ni de adue?arse de medio mundo. Generosamente regada con millones de d¨®lares, esa equiparaci¨®n se ha abierto camino en los medios neocon, hasta el punto de haberse creado un nuevo concepto, el de "islamo-fascismo", para definir situaciones tan diversas como las de Al Qaeda, Ham¨¢s o Ir¨¢n. Cabe reconocer que estamos ante un buen producto de laboratorio: vende bien en un amplio mercado, da barniz democr¨¢tico a un mont¨®n de actitudes reprobables, desde la brutalidad del Ej¨¦rcito israel¨ª hasta la "morofobia" de un c¨¦lebre radiopredicador espa?ol, pasando por la xenofobia ante la inmigraci¨®n magreb¨ª y las campa?as militares contra pa¨ªses ¨¢rabes y musulmanes.
Todo eso hace a¨²n m¨¢s valiosa La aldea del alem¨¢n, la novela del argelino Boualem Sansal. Su denuncia de que el islamismo y los nazis "est¨¢n cortados por la misma tijera" no procede de una fuente sospechosa por parcial y malintencionada. No escribe desde un despacho de Tel Aviv o Washington, sino desde el mismo Argel. No defiende una situaci¨®n de hegemon¨ªa en Tierra Santa -como los israel¨ªes- o en el mundo entero -como los estadounidenses-, sino que se expresa como un individuo libre sin intereses de partido, religi¨®n o patria. Y es obvio que no tiene prejuicios contra los ¨¢rabes y los musulmanes: ¨¦l mismo es de la familia. Sansal ni tan siquiera sostiene que las barbaridades cometidas por los islamistas del GIA en Argelia excusan las de su r¨¦gimen militar. Su honestidad es, pues, impoluta.
La aldea del alem¨¢n no es un libro interesante, es importante. Muy bien escrito y muy bien traducido, cuenta la historia de dos hermanos, hijos de padre alem¨¢n y madre argelina, instalados en Par¨ªs. De personalidades muy diferentes, los hermanos Schiller hablan en primera persona y cada cual con su propia voz. Rachel investiga el pasado nazi de su padre; Malrich, su hermano menor, sufre el ascenso de los islamistas en un suburbio parisino. Rachel termina conociendo al dedillo la atrocidad del Holocausto, en la que su padre particip¨® como oficial de las SS, y la posibilidad de que su memoria vaya desvaneci¨¦ndose le angustia. "Si un solo crimen perdura impune en esta tierra, y el silencio triunfa sobre la indignaci¨®n, es que los hombres no merecen vivir", escribe. En cuanto a Malrich, intenta movilizar a sus amigos para presentar resistencia a los baburdos y termina descubriendo lo siguiente: "Nos falta algo que les sobra a los islamistas: determinaci¨®n. Somos como los deportados de anta?o, atrapados en la maquinaci¨®n, agarrotados por el miedo, fascinados por el Mal, esperamos con la secreta esperanza de que la docilidad nos salve". Racionalmente, la comparaci¨®n del islamismo con los nazis tiene un sustento endeble. Ambos son totalitarismos, cada cual de su padre y de su madre, y sus diferencias probablemente superen sus semejanzas. Pero la literatura puede -y hasta debe- ir m¨¢s all¨¢ de lo racional, ¨¦sa es su funci¨®n y su grandeza. Puede apuntar, proponer, intuir, imaginar, apostar, advertir, sugerir... De modo que el grito de alerta de Boualem Sansal no es s¨®lo leg¨ªtimo, sino m¨¢s, mucho m¨¢s que oportuno. Esta gran novela da mucho que pensar.
La aldea del alem¨¢n. Boualem Sansal. Traducci¨®n de Malika Embarek L¨®pez. El Aleph. Barcelona, 2009. 250 p¨¢ginas. 20 euros. El poble de l'alemany. Traducci¨®n de Pau Joan Hern¨¢ndez. Columna Edicions. Barcelona, 2009. 232 p¨¢ginas. 20 euros.
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