Un l¨²cido elogio de la amistad

Bajo la apariencia de un debate sobre la est¨¦tica y los gustos, sobre la modernidad y el clasicismo, Arte es un canto a la amistad incondicional, a la lealtad basada en el cari?o y en la comprensi¨®n, al apoyo mutuo entre colegas, a un sentimiento ¨ªntimo que ha de superar obst¨¢culos para convertirse en una actitud incondicional. Este rasgo de la obra m¨¢s famosa de la dramaturga francesa Yasmina Reza, escrita en 1994, explicar¨ªa su triunfo en los 35 pa¨ªses donde ha sido estrenada y donde ha contado con el respaldo entusiasta del p¨²blico y con la opini¨®n favorable de la cr¨ªtica. Una combinaci¨®n que rara vez coincide en el teatro y en otras manifestaciones art¨ªsticas. Ser comercial y tener calidad, al mismo tiempo, resulta algo bastante ins¨®lito.

Esta cuarta versi¨®n en Espa?a de 'Arte' no desmerece de sus antecesoras

A estas alturas, no descubrimos nada si afirmamos que Arte es un ejemplo de texto brillante, medido hasta en sus m¨¢s m¨ªnimos detalles o incluso en sus reveladores silencios, una pieza de relojer¨ªa teatral que se mueve a un ritmo preciso de comedia y drama, de gritos y susurros. En definitiva, como la vida misma. El tri¨¢ngulo formado por tres amigos que ya han alcanzado la edad madura, -dos triunfadores y un perdedor- que se resquebraja tras comprar uno de ellos un cuadro en blanco, que le ha costado una fortuna, lo convierte Yasmina Reza en un magn¨ªfico pretexto para hablar de los l¨ªmites de la amistad. ?Los amigos deben admirarse siempre? ?Exige esa relaci¨®n una identificaci¨®n total, una afinidad sin fisuras? ?La lealtad implica, obliga incluso, a la cr¨ªtica? Iv¨¢n, el personaje conciliador de la obra, el fiel de la balanza encarnado por Luis Merlo, resume as¨ª la filosof¨ªa de fondo que transmite Arte: "Yo s¨®lo quiero ser vuestro amigo".

Cuarta versi¨®n que se representa en Espa?a, esta Arte dirigido por Eduardo Recabarren e interpretado por Luis Merlo, I?aki Miram¨®n y Alex O'Dogherty no desmerece de sus antecesoras. Es cierto que la obra supone un caramelo para cualquier actor, pero resulta igualmente indudable que la pieza descansa sobre el agotador trabajo de los int¨¦rpretes. Salvo algunos momentos de estridencias innecesarias, los tres actores saltan con habilidad de los mon¨®logos a los di¨¢logos, de las miradas a los cruces de acusaciones. Para los espectadores que vean Arte por primera vez, ser¨¢ un placer. Y aquellos que ya conozcan la obra, comprobar¨¢n las razones de su ¨¦xito durante a?os.