Higua¨ªn sale tarde
La entrada del argentino, autor del pase de gol de Huntelaar, enchufa al Madrid
"Empezamos la semana decisiva", mascullaban los empleados del Madrid. As¨ª llevaba la gente en Chamart¨ªn desde hac¨ªa d¨ªas. Con ansiedad contenida. A la espera del encuentro de ayer en el Bernab¨¦u y de las decisiones irrevocables de una temporada accidentada que se encamina hacia su recta final. A la espera de la acci¨®n. Y lo primero que vieron esos empleados cuando lleg¨® el momento trascendental fue a Marcelo conduciendo el bal¨®n por la banda como un galgo. Se fue de Maxi, se fue de Heitinga, y cuando recort¨® hacia el medio, Assun?ao lo baj¨® al suelo de un buen golpe. El brasile?o se levant¨® sonriente y su agresor le respondi¨® con otra sonrisa. Casi se besan. Tal vez en ese momento, se prometieron el intercambio de camisetas que consumaron en el descanso. El clima de distensi¨®n es bueno para la vida social. Bueno para jugar. Malo para competir. Y ayer, el equipo que necesitaba pelear por los puntos era el Madrid. M¨¢s que su rival. El Madrid precisaba pelear por la Liga. Lo sent¨ªan sus empleados, pero sus hinchas no parec¨ªan en la misma sinton¨ªa.
Juande meti¨® al punta s¨®lo cuando el Atl¨¦tico buscaba el 0-2 ante un Madrid aturdido
El argentino es el que ha metido los goles con m¨¢s valor puntual del cuadro blanco
La gente se present¨® en el Bernab¨¦u en actitud contemplativa. As¨ª miraron el gol de Forl¨¢n los tribunos durante la primera parte. Cruzados de brazos. Escuchando los c¨¢nticos que proced¨ªan del Frente Atl¨¦tico, unos 2.000 muchachos que gritaron con la misma fuerza el gol de su equipo que los goles del Bar?a en el Camp Nou frente al Athletic. El Madrid se jugaba la vida, pero en su campo el clima era extra?o.
Los partidos grandes sirven para calibrar a los equipos. El derby madrile?o esclareci¨® varios puntos. Adem¨¢s de constatar que la afici¨®n madridista no sirve para enchufar a su equipo en la brega, el partido midi¨® la gesti¨®n del banquillo de Juande Ramos, considerando que su equipo debe jugar el martes en Anfield contra el Liverpool en el decisivo choque de la Liga de Campeones. El t¨¦cnico part¨ªa con un condicionante importante: perd¨ªa a Pepe en el eje de la defensa. Pepe es una de las dos referencias fundamentales de la defensa del Madrid. La otra es Lass Diarra. Pues bien, Juande traslad¨® al franc¨¦s al lateral derecho y expuso a su zaga un poco m¨¢s todav¨ªa. Tal vez pens¨® que lo m¨¢s urgente era tapar las incursiones del Atl¨¦tico por los costados. Ag¨¹ero se lo desminti¨® con tres toques, una pared, y un pase de gol. Forl¨¢n entr¨® por el medio. La zona no estaba bien protegida.
Otra de las medidas arriesgadas de Juande fue dejar a Higua¨ªn en el banquillo. El argentino es junto a Ra¨²l el futbolista con m¨¢s peso en el juego del Madrid. El m¨¢s goleador, el que ha metido los goles con m¨¢s valor puntual, y el autor de algunas de las asistencias de mayor trascendencia en la lucha por el campeonato: ah¨ª est¨¢ el pase a Ra¨²l en Los Pajaritos. Pues bien, a pesar de tener s¨®lo 20 a?os, Higua¨ªn empez¨® el derby en el banquillo. Juande consider¨® que necesitaba descanso. Descanso es algo que Juande rara vez concede a Ra¨²l, a pesar de que tiene 31 a?os. El capit¨¢n quiere jugar siempre. Ayer se fue a la ducha a falta de siete minutos.
S¨®lo cuando el Atl¨¦tico se abalanz¨® a por el 0-2, con el Madrid medio aturdido, en el minuto 55, el t¨¦cnico meti¨® a Higua¨ªn en el partido. A los cinco minutos, el argentino dej¨® solo a Huntelaar, y el holand¨¦s remach¨®.
Alfredo di St¨¦fano le dijo a Higua¨ªn: "Al f¨²tbol hay que jugar con la cabeza, pero sin cabecear". La frase parece una sentencia del archivo de Barracas. Debe tener cerca de un siglo. As¨ª juegan los jugadores argentinos que se autodenominan del palo. Los de la vieja escuela. As¨ª juega Higua¨ªn. Un delantero completo y valiente. Capaz de golear, hacer jugar, y enchufar al p¨²blico m¨¢s tibio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.