El Madrid se toma un respiro

En los tormentosos tiempos que vive, el Madrid se tom¨® un respiro a costa de un limitado Joventut, al que no le sirvi¨® que su gran referente, Ricky Rubio, jugase un partido marca de la casa. Falta le hace a los blancos, sumidos como est¨¢n jugadores y entrenador en el desconcierto que provoca la falta de coherencia entre su posici¨®n en la ACB y la Euroliga y el ruido que existe a su alrededor. Que si el desacierto en los fichajes, que si Plaza les est¨¢ volviendo locos con sus rotaciones, o que si la abuela fuma. Demasiada poca tranquilidad ante la llegada de fechas decisivas.

Aunque tambi¨¦n es verdad que la heterodoxia no es el fuerte de este equipo. Si su gran racha se ciment¨® en el hero¨ªsmo de varias remontadas, caminos como el que recorri¨® ayer para ganar no hacen sino acrecentar la sensaci¨®n de que su funcionamiento resulta imprevisible. Ayer el Madrid gan¨® contraviniendo su abc. Bullock estuvo intrascendente, Felipe Reyes inusualmente desquiciado y peleado con el mundo, y los tres bases sufriendo el s¨ªndrome Ricky que bloque¨® a Llull y provoc¨® la peor versi¨®n de S¨¢nchez. S¨®lo Ra¨²l Lopez, al final, logr¨® hacer algo destacable ante un jugador tan especial. Todos salieron perdiendo en la comparaci¨®n y eso que Sito Alonso, entrenador del DKV, cometi¨® un error al sustituirle despu¨¦s de que su tercer triple sin fallo pusiera por delante a su equipo (55-56, mitad del tercer cuarto). El Madrid lo celebr¨® con un 8-0 de parcial.

Entendiendo la necesidad de rotaciones para mantener la frescura f¨ªsica, no es justificaci¨®n suficiente como para quitar a un jugador en racha. No fue la ¨²nica vez. El Joventut entr¨® mejor al partido gracias sobre todo a Pau Ribas, implacable en su elegante tiro. Dio igual. A mitad de cuarto, al banco. En fin, doctores tiene la iglesia, que reza el dicho. Volviendo a Ricky, hay algo impresionante en este jugador: hace siempre lo que quiere, penetrar, asistir o lanzar un triple.

Pero con Ricky y Pau Rivas de estiletes no es suficiente. El desequilibrio bajo la canasta fue decisivo, y ah¨ª sac¨® petr¨®leo el Madrid sobre todo con Hervelle, convertido en pieza angular. Sin muchas estridencias, el Madrid sum¨®, aunque una victoria tan rara no aplacar¨¢ el ruido.