Bayer ensombrece a Chambers

Dwain Chambers, el diablo que ha regresado para atormentar al establishment atl¨¦tico, estaba muy mal acostumbrado. Toda la temporada invernal, cada uno de los meetings de segunda en los que ha participado (los de primera le tienen vetado) ha sido para ¨¦l como un acto de promoci¨®n de su figura y del libro que va a salir a la venta esta semana. El morbo de un atleta que define sus a?os negros como los de un yonqui que llevaba en su maleta farlopa en cantidades para tumbar a un elefante era lo suficientemente atractivo como para borrar de la pista cualquier otra noticia. As¨ª, el s¨¢bado, cuando bati¨®, presuntamente limpio, el r¨¦cord de los 60 metros con 6,52s, bajando en 15 cent¨¦simas su mejor marca conseguida sucio, el hecho cop¨® los titulares combinado con sus problemas econ¨®micos -la fuerza inductora de su libro confesi¨®n- acentuados por la deuda de 140.000 euros con la Federaci¨®n Internacional en concepto de devoluci¨®n de los premios conseguidos compitiendo dopado. Un acuerdo con la federaci¨®n que le permite competir mientras los paga a plazos podr¨ªa, sin embargo, romperse esta semana por presiones de los bienpensantes, y el nuevo Chambers, tan educado que da la mano sonriente a sus rivales antes y despu¨¦s de las pruebas y reci¨¦n coronado campe¨®n de Europa en pista cubierta, deber¨ªa aplazar su idea de desafiar este verano a Usain Bolt en los Mundiales de Berl¨ªn (sus 6,42, trasladados por los especialistas, valen 9,79 en un 100 al aire libre).

Sin embargo, a ¨²ltima hora de la noche, los focos cambiaron de direcci¨®n y se centraron en un tallo alem¨¢n, Sebastian Bayer, 22 a?os, 1,88 metros, que en la sexta ronda de la final de longitud (y en s¨®lo su tercer intento) mejor¨® su mejor marca en 54 cent¨ªmetros, m¨¢s de medio metro. Un salto de 8,71 que priva a Yago Lamela (8,56 desde 1999) de la plusmarca europea en pista cubierta. Es la segunda mejor marca de la historia bajo techo (s¨®lo superada por Carl Lewis en 1984, 8,79 metros) e iguala la mejor marca de Iv¨¢n Pedroso, uno de los grandes de la historia, al aire libre.

Tal prodigio tiene un nombre: el pasillo de salto del Oval de Tur¨ªn, tan blando que es, seg¨²n los especialistas, como un trampol¨ªn. Permite a los que se saben aprovechar de ¨¦l, los atletas de batida m¨¢s lenta y mantenida, un efecto rebote que les lanza, literalmente, despedidos. Lo not¨® el italiano Fabrizio Donato la v¨ªspera con su r¨¦cord de triple (17,59 metros). Lo notaron ayer, aparte de Bayer, que se enfrenta ahora a la dura tarea de refrendar esa marca en cualquier lugar y circunstancia, los cuatro que le siguieron en la clasificaci¨®n, que obtuvieron la mejor marca personal de su vida.