El grito de Julio Gonz¨¢lez
El Reina Sof¨ªa homenajea al escultor catal¨¢n con una exposici¨®n antol¨®gica
La Montserrat de Julio Gonz¨¢lez (Barcelona, 1876-Arcueil, Par¨ªs, 1942), esa mujer que lanza un grito sobrecogedor a la vez que sujeta a su hijo con un brazo y con el otro enarbola una hoz, se encuentra desde hoy m¨¢s pr¨®xima al Guernica de Picasso. Ambas obras formaron parte del pabell¨®n de la Rep¨²blica Espa?ola en la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs de 1937. Los dos artistas, figuras fundamentales de la vanguardia hist¨®rica, trabajaron juntos, entre 1928 y 1932, en la serie, Femme au jardin. Pero mientras que Picasso consigui¨® que su obra fuera reconocida desde sus comienzos y en todo el mundo se le dedican exposiciones, a Julio Gonz¨¢lez le cost¨® bastante m¨¢s ser carne de antol¨®gicas. El Reina Sof¨ªa exhibe ahora, hasta el 1 de junio, m¨¢s de 200 obras, entre esculturas, bronces, pinturas y dibujos, realizadas durante las diferentes etapas creativas del artista.
La muestra no cuenta con el original de su gran obra 'Montserrat'
Aunque el ¨²nico original que se conserva de la Montserrat no ha podido viajar desde el Rijksmuseum de Amsterdam por su delicado estado de conservaci¨®n, s¨ª se exponen los dibujos preparatorios y los bustos sobre los que el artista esculpi¨® el grito escult¨®rico m¨¢s famoso de la historia del arte, un impresionante alarido contra la violencia. Se puede contemplar lo que fue el proceso de creaci¨®n, pero no su resultado final. La exposici¨®n ha sido realizada en colaboraci¨®n con el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), donde la mayor parte de las obras que se muestran en Madrid se expusieron inicialmente.
Para Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, en la escultura del siglo XX hay tres nombres fundamentales: Brancusi, Giacometti y Julio Gonz¨¢lez. "En su obra, los conceptos de modernidad y vanguardia entran en tensi¨®n de forma magistral. La manera en la que realiza la soldadura hace que las piezas tengan un aire et¨¦reo y fr¨¢gil. Por eso Picasso requiere su colaboraci¨®n. A trav¨¦s de la fundici¨®n, las piezas no dan sensaci¨®n de elevaci¨®n y Gonz¨¢lez, que domina el oficio en todos sus detalles, descubre la soldadura como una forma de expresi¨®n escult¨®rica". Mediante formas transparentes y vaciados, los dos artistas pudieron acometer La estatua de la nada inspirada en un poema de Apollinaire en el que se lee: "He de hacerle una s¨®lida estatua de nada, como la poes¨ªa y como la gloria".
Merc¨¨ Do?ate, comisaria de la muestra, y Manuel Borja Villel reconocieron que salvo el IVAM, en cuyas salas se le han dedicado varias importantes retrospectivas, los museos espa?oles no han prestado a este artista la atenci¨®n que merece. "Esta exposici¨®n es parte del tributo que se le debe", dijo la comisaria.
El director del Reina Sof¨ªa a?adi¨® que Gonz¨¢lez tuvo la mala suerte de vivir atrapado entre las dos mitades del siglo XX. Empez¨® su carrera con pintura figurativa, en un momento en el que se impon¨ªa la abstracci¨®n. Su trabajo para el pabell¨®n de la Rep¨²blica coincide con el final de las vanguardias hist¨®ricas y el comienzo de su exilio.
Cuando muere en Francia en 1942, con 65 a?os, Picasso es uno de los pocos que acude a su entierro y le dedica el bodeg¨®n La muerte de Gonz¨¢lez. En Espa?a, la prensa del r¨¦gimen ni siquiera inform¨® de su fallecimiento.
Babelia
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