Mis queridos vinilos, al iPod
Este fin de semana he decidido desempolvar mis vinilos. Hace a?os que cr¨ªan polvo en la estanter¨ªa de casa y resisten, mal que bien, a la tentaci¨®n de echarlos a la basura. Total, por seis euros, la mayor¨ªa de ellos puedo encontrarlos en sonido digital; pero sabe mal comprar otra vez el mismo disco y, adem¨¢s, no es lo mismo. Cada vinilo, con sus rayadas, con el carraspeo de la aguja, arrastra unos recuerdos. Es lo que quiero traspasar a mi iPod.
Si se es un poco manitas -que no es el caso-, es posible pasar la m¨²sica an¨¢logica desde el plato de toda la vida al ordenador. Es necesario un cable y una buena tarjeta de sonido en el ordenador. Pero como he dicho, no es el caso; adem¨¢s, como sucede frecuentemente, he guardos mis viejos discos, pero hace tiempo que tir¨¦ mi plato y mi pletina de casetes (otro problema a?adido).
Como es una situaci¨®n bastante frecuente, hace tiempo que existen en el mercado aparatos que pasan la m¨²sica anal¨®gica (discos y casetes) a digital, m¨¢s o menos completos, m¨¢s o menos caros.
En este caso realizar¨¦ la experiencia del traspaso del viejo al nuevo mundo musical con un aparato TTi, de la empresa Numark. Tiene la forma de un tocadiscos de toda la vida y gracias a su conexi¨®n USB pasa la m¨²sica del plato al ordenador. Lo m¨¢s atractivo del producto, sin embargo, es un soporte para clavar tu iPod y ver en vivo y en directo c¨®mo tu m¨²sica de toda la vida va pasando a tu nuevo t¨®tem musical. Antes de adquirir el aparato hay que hacer constar que el TTi s¨®lo sirve en los modelos cl¨¢sico y de quinta generaci¨®n de iPod, as¨ª como en los Nano de segunda y tercera generaci¨®n. ?C¨®mo s¨¦ yo de qu¨¦ generaci¨®n es mi iPod o mi Nano? ?Porque no graba una vez comprado? Un riesgo demasiado caro y una carencia de este aparato. Puestos a salir al mercado con un producto ya existente y cuyo principal atractivo es que pasa la m¨²sica directamente al iPod, lo l¨®gico es que la pase a todos.
Pero he tenido suerte y mi iPod es de una generaci¨®n aceptada. Sigamos con la instalaci¨®n. Hay que colocar la goma en el interior del plato, pero el mayor intr¨ªngulis es acoplar correctamente el brazo de la aguja y calibrar su peso. El giradiscos va a 33 y 45 RPM con tracci¨®n por correa. La grabaci¨®n a 78 RPM requiere el software incluido.
Una vez hecho esto, el resto es f¨¢cil: el disco empieza a sonar y a grabarse directamente en el iPod, sin pasar por el ordenador ni instalar el software que acompa?a al equipo. La grabaci¨®n de Deep Ocean vaste sea, de Peter Murphy -qu¨¦ le vamos a hacer, a m¨ª me gustaba mucho-, queda almacenada directamente en las notas de voz de mi reproductor. Para evitar que la canci¨®n se grabe a bajo volumen hay que desactivar la carga del iPod.
Al escuchar esta canci¨®n con los auriculares, ?qu¨¦ recuerdos!, recupero el sonido sucio de los vinilos, los defectos de sonido de un tema mil veces escuchado y bailado, una sensaci¨®n que me gusta, aunque es una pena que suene demasiado bajo, pese a poner el volumen del iPod al m¨¢ximo.
Como el fabricante recomienda que no se cambie el nombre de la grabaci¨®n desde el iPod, sino desde iTunes, el pr¨®ximo paso es sincronizar el reproductor al programa de Apple desde el tocadiscos al ordenador (el programa vale tanto para Windows como para Mac). El reconocimiento depende de la base de datos de Gracenote MusicID, que s¨ª sabe qui¨¦n es R. E. M., pero desconoce a Patxi Andion. Si no reconoce ni la canci¨®n ni el autor, tocar¨¢ hacerlo manualmente, tema por tema, en mi iTunes. Pero eso ser¨¢ la ¨²ltima fase. De momento hay que grabar pacientemente tema a tema seleccionado.
El precio del aparato, unos 200 euros, puede disuadir a quienes tengan pocos vinilos en el ba¨²l de los recuerdos. En ese caso, hay que buscar al amigo con el aparato, para que te haga el favor de reconvertirte tu m¨²sica favorita; quiz¨¢ es el mismo amigo que ya te pas¨® los discos a casetes, porque al final cambiar¨¢n los aparatos, pero no tanto nuestros h¨¢bitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.