Julio Alonso, periodista
Contribuy¨® al dise?o fundacional de EL PA?S
Su hija Sole Alonso Alcaide, compa?era en EL PA?S, dec¨ªa ayer de su padre, Julio Alonso, muerto en la ¨²ltima madrugada en Madrid: "Amaba el periodismo sobre todas las cosas". Su pasi¨®n era el peri¨®dico, desde la primera p¨¢gina a la ¨²ltima.
Jes¨²s de la Serna, que le vio trabajar aqu¨ª y luego en la naciente Escuela de Periodismo EL PA?S/UAM, de cuya fundaci¨®n De la Serna es vicepresidente, lo dec¨ªa tambi¨¦n ayer: "Era un periodista excelente, entra?able, amigo siempre; leal, honesto, abierto a la modernizaci¨®n del oficio. Y ten¨ªa un exquisito sentido del humor".
Naci¨® en Granada, hace 69 a?os y muri¨® de un c¨¢ncer que martiriz¨® el ¨²ltimo periodo de su vida, pero no le quit¨® el humor. Ni el amor por el periodismo. Ten¨ªa un blog, que dej¨® de hacer hace tan s¨®lo unas semanas; ah¨ª hablaba del porvenir del oficio, como lo hac¨ªa en las reuniones que tuvo como director adjunto de la revista Cuadernos de Periodistas, a las que acudi¨® hasta el ¨²ltimo momento, y como hizo en los trabajos que cumpli¨® como asesor del Grupo Joly, en sus ¨²ltimos a?os.
Le preocupaban los que aparentan ser periodistas para subir las audiencias
Coordin¨® la primera versi¨®n del 'Libro de estilo' de este peri¨®dico
Soledad Gallego-D¨ªaz, que fue su compa?era en EL PA?S y ahora adjunta a la Direcci¨®n y corresponsal de este diario en Buenos Aires, subrayaba un rasgo que sirve para rese?ar su vida: "Le molestaba que las cosas aparecieran sin ton ni son". Para ¨¦l, el dise?o era la combinaci¨®n de lo que se ve con lo que se lee. Esa actitud se reflej¨® en su trabajo con Reinhard G?de; ambos fueron responsables del dise?o del diario, bajo la direcci¨®n de Juan Luis Cebri¨¢n. En su casa guardaba muchas pruebas de lo que fueron los n¨²meros cero de aquel proyecto. Sole Alonso recordaba ayer: "?l me dec¨ªa siempre que la virtud de un peri¨®dico est¨¢ en su capacidad para reconocer sus errores".
Su preocupaci¨®n por el oficio se refleja en el Libro de estilo de EL PA?S, en cuyas primeras versiones trabaj¨®. Fue jefe de Dise?o, redactor jefe de El Pa¨ªs Semanal, subdirector de Formaci¨®n e Investigaci¨®n y profesor y director adjunto de la Escuela de Periodismo. Su relaci¨®n con el peri¨®dico dur¨® desde su fundaci¨®n hasta 1990, cuando asumi¨® otras tareas en distintos medios de comunicaci¨®n, hasta la citada vinculaci¨®n de asesor¨ªa con el Grupo Joly.
El Libro de estilo marc¨® la formaci¨®n de muchos periodistas; en la edici¨®n de 1980, Cebri¨¢n escrib¨ªa: "Es el fruto de la experiencia de casi cuatro a?os de peri¨®dico y ha sido elaborado por un amplio equipo de responsables de las ¨¢reas informativas del diario. No ser¨ªa de justicia, sin embargo, no mencionar aqu¨ª la tarea ¨ªmproba de Julio Alonso, redactor jefe de EL PA?S, que ha coordinado los trabajos, ordenado y sintetizado el diccionario y aportado numerosas sugerencias".
?lex Grijelmo, ahora presidente de Efe y durante a?os periodista de EL PA?S, recordaba ayer esa tarea, y c¨®mo la continu¨® ¨¦l. Ese Libro, dec¨ªa Grijelmo, forma "los pilares sobre los que se construy¨® el peri¨®dico".
Cuando Alonso dej¨® EL PA?S, Grijelmo fue encargado de revisarlo. "Creo que en ninguna de las sucesivas ediciones toqu¨¦ nada de lo que ¨¦l hab¨ªa escrito; era perfecto. Y ah¨ª siguen sus criterios, tan clarividentes en su d¨ªa y tan necesarios todav¨ªa hoy".
"?C¨®mo se podr¨ªa mejorar una afirmaci¨®n como 'los rumores no son noticia'?", se preguntaba Grijelmo. Y la presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de la Prensa, Magis Iglesias, fue testigo de la ¨²ltima preocupaci¨®n de Julio como asesor de la entidad.
?l, con Miguel ?ngel Bastenier, compa?ero tambi¨¦n de EL PA?S, le recomend¨® a ella en la ¨²ltima reuni¨®n de ese comit¨¦ que buscara materiales sobre una interrogante que le ha nacido al oficio: "La cantidad de personas que aparentan ser periodistas y que s¨®lo sirven para que suban las audiencias".
Lo que le ped¨ªan a la presidenta era la elaboraci¨®n de un documento "sobre las cuestiones ¨¦ticas que afectan a la profesi¨®n en este momento". "Si hacemos eso, buscar elementos ¨¦ticos y deontol¨®gicos del oficio y denunciar c¨®mo se lleva a cabo ¨¦ste ahora", le dijo Alonso, "molestaremos a muchos. Pero para eso estamos aqu¨ª".
En su ordenador todav¨ªa estaba, y ah¨ª estar¨¢, el ¨²ltimo n¨²mero de Cuadernos de Periodistas, cuando le fue a visitar por ¨²ltima vez, este domingo, el presidente de los periodistas de Madrid, Fernando G. Urbaneja, que tambi¨¦n fue compa?ero suyo en este peri¨®dico. "Hasta el ¨²ltimo momento", nos dec¨ªa Magis Iglesias, "Julio quer¨ªa apurar su relaci¨®n con este medio nuestro y su afecto por el periodismo".
Aparte del Libro de estilo, otra de las contribuciones de Alonso a EL PA?S fue su trabajo en el equipo que se encarg¨® de la transformaci¨®n del diario en virtud de las novedades tecnol¨®gicas que permitieron decir adi¨®s a Gutenberg. El proceso de adaptaci¨®n al sistema Atex se desarroll¨® en 1981; fue un momento crucial de EL PA?S y de la prensa, porque el sistema permit¨ªa accesos a la informaci¨®n que antes eran imposibles.
En mayo de 2002, cuando sali¨® a la calle una nueva edici¨®n del Libro de estilo, Francisco Peregil fue a visitar a Alonso; ¨¦ste le dijo: "Mis mejores a?os profesionales fueron aquellos en los que creamos el peri¨®dico. Todo era tan innovador, tan revolucionario... No s¨®lo quer¨ªamos cambiar el periodismo, sino tambi¨¦n el propio pa¨ªs".
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