El milagro de la memoria
Narrativa. Historias de la Alcarama habla de un pueblo situado en el norte de la provincia de Soria. Es un pueblo en el que ya no vive nadie y al que Abel Hern¨¢ndez (Sarnago, Soria, 1937) regresa para enfrentarse a los recuerdos de su infancia. Abel Hern¨¢ndez no idealiza esos recuerdos. Se limita a contarnos lo que fue su vida en ese lugar, sin ocultar su dureza y sus contradicciones. Pero se trata de un Para¨ªso Perdido, pues en ¨¦l trascurri¨® su ni?ez. Abel Hern¨¢ndez no escribe para lamentar esa p¨¦rdida, sino para completar el mito de la Ca¨ªda con su propia redenci¨®n. Quiere para su vida la dignidad que da el sentido y por eso se pone a escribir. Su libro es una hermosa pastoral con la que consigue recobrar en su imaginaci¨®n lo perdido en el mundo exterior.
Historias de la Alcarama
Abel Hern¨¢ndez
Gadir. Madrid, 2008
244 p¨¢ginas. 18 euros
Historias de la Alcarama puede ser le¨ªdo de muchas maneras: como un libro de memorias, como un texto de antropolog¨ªa, como un manual de supervivencia, pero por encima de todo es un libro lleno de inesperadas revelaciones. Su argumento recuerda la hermosa pel¨ªcula de Bergman Fresas salvajes. Un hombre mayor que regresa al lugar donde jugaba de ni?o, el lugar de las fresas salvajes. "No s¨¦ c¨®mo ha sido -escribe el viejo profesor de la pel¨ªcula de Bergman-, pero la clara realidad del d¨ªa se ha transformado en im¨¢genes de la memoria m¨¢s clara todav¨ªa, que han aparecido ante m¨ª con la fuerza de una visi¨®n aut¨¦ntica".
As¨ª aparecen las im¨¢genes de este libro. Su autor nos conduce al lugar de las fresas salvajes, y sus sucesivas im¨¢genes tienen la fuerza y la calidad de las visiones, pues Historias de la Alcarama es un libro sobre el milagro de la memoria.
Una antigua leyenda de la India nos recuerda la existencia de un r¨ªo misterioso y contradictorio, donde todo se mezcla: lo delicado y lo deforme, lo tierno y lo cruel. Es el r¨ªo Puran¨¢ y, en su t¨¦rmino, su caudal se vuelve circular y comienza a hervir. No es el r¨ªo que cant¨® Jorge Manrique cuyas aguas van al mar de la muerte, sino el r¨ªo que lleva el para¨ªso. Este libro tiene que ver con ese r¨ªo que regresa. Es ver partir lo que amamos pero sintiendo que puede regresar; algo que desaf¨ªa la raz¨®n, pues ?c¨®mo un r¨ªo puede devolvernos lo que se llev¨®? Y sin embargo, Abel Hern¨¢ndez realiza con su libro ese milagro. No nos habla de lo perdido, sino de lo que regresa a nosotros gracias a ese arte amoroso que es el arte de la memoria.
Abel Hern¨¢ndez piensa que s¨®lo mediante la memoria y la imaginaci¨®n podemos enfrentarnos al dolor de la p¨¦rdida, y que el don de la vida es fundamentalmente el don del pasado. Merecerlo es abrirse a la maravilla de que nada de cuanto hemos amado puede perderse del todo. Nabokov dijo que la literatura era belleza m¨¢s piedad, y pocos libros lo muestran mejor que ¨¦ste.
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