Quint¨ªn Cabrera, cantor de la solidaridad y el amor
Le gustaba que le retrataran con la calabaza de mate y la bombilla en la mano. Como buen uruguayo, no hab¨ªa perdido la costumbre de chupar de la yerba mojada en agua, aunque llevaba m¨¢s de 40 a?os en Espa?a. El jueves, 12 de marzo, muri¨® en Madrid Quint¨ªn Cabrera, acaso el cantautor -o cantor, como ¨¦l prefer¨ªa- m¨¢s querido por sus compa?eros de profesi¨®n. Ten¨ªa 64 a?os.
Enorme en su apariencia, grandull¨®n y barbudo canoso, era un derroche de humanidad. Hizo del compromiso su ley de vida y, tambi¨¦n, su ¨¦tica y est¨¦tica de la canci¨®n. Naci¨® en Montevideo el 25 de abril de 1944, pero se sent¨ªa espa?ol y republicano desde que en 1968 se fue a vivir a Barcelona.
Y a ¨¦l, que era todo solidaridad y grito contra la injusticia, su pulm¨®n le vino fallando desde un tiempo, tal vez por haberlo utilizado tanto para respirar su intensa revoluci¨®n. Hace poco le hab¨ªan puesto uno nuevo, pero lo rechaz¨®. En el tiempo de espera y esperanza, no dej¨® de mandar por correo electr¨®nico hermosos poemas, dando lecciones de amor a la vida a los que los recib¨ªamos, y tambi¨¦n ¨¢nimos para los amigos que a¨²n confiaban en el milagro que prorrogara su vida.
Era un tipo sencillo y generoso. Su tesoro era la amistad, y a ella se entregaba, adem¨¢s de cantar en lugares imposibles y por causas remotas -pero siempre justas para ¨¦l-, o en su casa de Madrid organizando comilonas en torno a un asado que preparaba. ?ltimamente viv¨ªa en un pueblito de Guadalajara, con la modestia comprometida que desafiaba a los poderosos, como cantaba: "Qu¨¦ vida tan diferente, la suya y la m¨ªa, se?or presidente".
Su papel fue primordial en la canci¨®n protesta espa?ola de finales de la dictadura y principios de la democracia. Pocos a?os antes estuvo en el I Encuentro Internacional de la Canci¨®n Protesta de Varadero (Cuba, 1967). Hijo de un obrero y militante socialista, recordaba que su padre le ense?¨® que "para ser revolucionario, hay que hacer las cosas con amor".
No fall¨® nunca a esa ense?anza. Y cuando en los a?os noventa de la canci¨®n de autor apenas quedaba nada, fund¨® el colectivo Centro de Canci¨®n, impulso de la nueva generaci¨®n de Pedro Guerra, Javier ?lvarez, Andr¨¦s Molina e Ismael Serrano.
A pesar de su salud, en 2005 llen¨® sus pulmones de siroco africano cuando cant¨® ante cientos de refugiados saharauis. A finales de este mes, amigos y compa?eros de profesi¨®n como Elisa Serna, Luis Pastor, ?ngel Petisme, Suburbano, El Mec¨¢nico del Swing, Eliseo Parra, Ar¨ªstides Moreno, Andr¨¦s Molina y otros, le iban a ofrecer un concierto de homenaje: ?Adelante, Quint¨ªn! Pero no ha llegado a ese d¨ªa. Se convierte en su primer homenaje p¨®stumo. Con una bandera uruguaya y otra espa?ola republicana, ayer se convirti¨® en cenizas. Se ha callado el cantor, pero no sus canciones. Ni la vida.
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