Un racimo de dificultades
Manilva, antiguo pueblo de vi?edos, se ahoga en el par¨®n del ladrillo
Imposible tomarse un caf¨¦ un jueves a media ma?ana en el centro de Manilva (M¨¢laga, 13.300 habitantes). Todos los bares est¨¢n cerrados, y s¨®lo uno levanta las persianas met¨¢licas perezosamente sobre el mediod¨ªa. "Este pueblo vive al ritmo que marca el Ayuntamiento. Los bares abren a primera hora para los trabajadores municipales, luego cierran hasta la hora de comer y siguen abiertos por la tarde", explica Juan Le¨®n, ex secretario de organizaci¨®n local del PSOE.
El consistorio es, de largo, la principal empresa del municipio. Sin embargo, su plantilla es un misterio. La alcaldesa, Antonia Mu?oz, de IU, reconoce 520 empleados, mientras que la oposici¨®n eleva la cifra a "m¨¢s de 600 y subiendo". Hay un trabajador municipal por cada 20 vecinos, el doble que en Estepona y casi el triple que en Marbella, vecinos de la Costa del Sol y ejemplos cl¨¢sicos de n¨®minas municipales desmesuradas.
Hay un empleado municipal por cada 20 vecinos, m¨¢s que en Estepona
"Los bancos nos han cerrado las puertas", admite la alcaldesa, de IU
Manilva, a 100 kil¨®metros de M¨¢laga y a 30 de Gibraltar, sufre ahora de forma concentrada todos los males derivados del urbanismo salvaje. Antiguamente volcado en los vi?edos, Manilva es hoy un territorio en el que los chalets diseminados, las fincas improductivas y los bloques de apartamentos se mezclan con un criterio territorial dada¨ªsta. El paro, hasta hace dos a?os residual, afecta a 1.200 personas. La deuda con la Seguridad Social ha crecido hasta los 25 millones de euros, lo que impide al consistorio acogerse a las ayudas del plan Zapatero, entre otras subvenciones.
"Los bancos nos han cerrado las puertas", admite la regidora. Desde agosto, las n¨®minas de los trabajadores municipales est¨¢n en el alero: la alcaldesa no abon¨® la paga de febrero hasta el pasado viernes. Y la deuda crecer sin parar pese a que el Ayuntamiento ha reforzado el cobro de impuestos municipales. Y es que se gasta mucho m¨¢s de lo que se ingresa. Cada mes, la n¨®mina municipal, sin contar las cotizaciones a la Seguridad Social, se lleva 750.000 euros, pero los ingresos corrientes son s¨®lo de 408.000 euros.
La vida pol¨ªtica del municipio no es menos compleja. O s¨ª, porque pr¨¢cticamente se reduce a tomar a los tres protagonistas hist¨®ricos y a aplicar las leyes de la combinatoria. La alcaldesa Antonia Mu?oz gobierna desde mayo de 2007 en coalici¨®n con Emilio L¨®pez Berenguer, l¨ªder del partido personalista Agrupaci¨®n Socialista Manilve?a, y que en noviembre de 2000 la expuls¨® de la alcald¨ªa tras una moci¨®n de censura con concejales ex gilistas.
El m¨¦nage ¨¤ trois se completa con Salvador Zotano, expulsado del PSOE en 2005 por incumplir la orden de dar la alcald¨ªa a Mu?oz y encumbrarse como regidor tras la detenci¨®n del entonces alcalde Pedro Tirado (ex gilista), a quien se le encontraron 770.000 euros en su casa como comisi¨®n por un convenio urban¨ªstico. A falta de mejor candidato, el PSOE rescat¨® a Zotano como independiente en los ¨²ltimos comicios locales. Hoy, lidera la oposici¨®n.
El control de los resortes urban¨ªsticos es el que propicia los pactos pol¨ªticos. "El pueblo es reh¨¦n de los pol¨ªticos, mucha gente ha construido en suelo no urbanizable con el Ayuntamiento mirando para otro lado. Adem¨¢s, si hay 600 trabajadores municipales, muchos son est¨®magos agradecidos del concejal que los meti¨® en el Ayuntamiento", afirma un pol¨ªtico que pide el anonimato.
Tras el arresto del ex alcalde Tirado por el caso Ballena Blanca, Manilva, en un rinc¨®n de la provincia, qued¨® eclipsada informativamente por los casos de corrupci¨®n de Marbella y Estepona. "Ahora no salimos ni en el mapa del tiempo de Canal Sur", se queja un vecino. Sin embargo, entre la oposici¨®n, hay quien especula incluso con la fecha de una nueva operaci¨®n policial en el pueblo.
Entre 2002 y 2005, a?os de mayor voracidad constructora, numerosos vecinos de Manilva vendieron sus vi?as a los promotores a precio de suelo urbanizable. Uno de los mejores compradores, tanto por metros cuadrados como por precio, fue Rafael G¨®mez, Sandokan. El constructor cordob¨¦s se hizo, seg¨²n Juan Le¨®n, con aproximadamente el 8% del suelo del t¨¦rmino, seg¨²n fuentes municipales. Los convenios urban¨ªsticos -pagos adelantados a cambio de futuras modificaciones del planeamiento- financiaron el crecimiento del pueblo. Ahora, empresas como Noriega, reclaman al Ayuntamiento en los tribunales que devuelva 17 millones de euros porque las modificaciones urban¨ªsticas nunca se realizaron.
Muchos manilve?os se enriquecieron vendiendo sus fincas, pero la inyecci¨®n de millones no supuso una regeneraci¨®n econ¨®mica. De las 100 parcelas de que consta el ¨²nico pol¨ªgono industrial, s¨®lo 20 est¨¢n ocupadas por empresas. El Ayuntamiento, en cambio, sigue contratando.
Bloques fantasmales
Los vecinos de la urbanizaci¨®n Punta Chullera, 25 viviendas unifamiliares en el l¨ªmite con C¨¢diz, viven entre el barro. La empresa que realiza las obras de conducci¨®n de agua, alcantarillado y acerado, pagadas al 60% los vecinos y al 40% por el Ayuntamiento, se niega a proseguir hasta que le paguen los 2 millones que cuestan los trabajos. Como Punta Chullera, numerosas urbanizaciones de cientos de viviendas casi no tienen vecinos, y tambi¨¦n carecen de accesos dignos de tal nombre. Con la crisis del sector inmobilirio, muchas de estas urbanizaciones carecen del mantenimiento m¨ªnimo, ya que las promotoras, todav¨ªa principales propietarias, no tienen dinero para pagar los gastos de la comunidad. El precio medio de la vivienda ha ca¨ªdo un 32% en el pueblo, seg¨²n el portal inmobiliario Fotocasa.
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