Ingrid Betancourt pide el divorcio a Lecompte
La ex reh¨¦n no manten¨ªa relaci¨®n con ¨¦l tras su liberaci¨®n
A nadie ha sorprendido la noticia ya que el distanciamiento era evidente. Ingrid Betancourt ha solicitado el divorcio a su segundo marido, Juan Carlos Lecompte, con quien no manten¨ªa ninguna relaci¨®n tras ser rescatada del cautiverio al que le sometieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante seis a?os. La noticia, anunciada en exclusiva por la revista colombiana Semana, destaca que el argumento utilizado por Betancourt para solicitar el divorcio es la "separaci¨®n de cuerpos de hecho". Lecompte y sus abogados han rechazado la demanda alegando que quien tiene derecho a interponerla es el marido.
Cuestiones de procedimiento al margen, todo el mundo conoc¨ªa que la relaci¨®n entre ellos era casi inexistente. Cuando se produjo la liberaci¨®n ella se acerc¨® a saludarle pero se not¨® la tensi¨®n que exist¨ªa entre ellos. Luego, Ingrid se march¨® a Par¨ªs con sus hijos y ¨¦l se qued¨® en Colombia. Nunca m¨¢s se les ha visto juntos.
Al parecer, la madre de Ingrid Betancourt, que la acompa?¨® en el viaje desde la selva a la libertad, cont¨® a su hija que Lecompte hab¨ªa mantenido relaciones con otras mujeres durante el tiempo que ella fue reh¨¦n, la m¨¢s sonada con una miss. Lecompte lo ha negado todo y la ha acusado a ella de ser infiel por mantener varias relaciones en la selva, seg¨²n le confesaron compa?eros de cautiverio tambi¨¦n liberados. El cruce de acusaciones ha proseguido estos meses. Unas recientes fotos de Betancourt en una playa con un joven tambi¨¦n dieron mucho que hablar, hasta que ella, muy enfadada, explic¨® que se trataba de su sobrino.
A Lecompte le ha sentado muy mal el inicio del proceso de divorcio. "Pensaba en un recibimiento c¨¢lido porque yo luch¨¦, hice todo lo que pude, trabaj¨¦ por su libertad y merec¨ªa un agradecimiento que no hubo y fui el primer sorprendido". Y a?ade: "Qued¨¦ muy desconcertado, tambi¨¦n mi familia, mis amigos y la gente que me vio luchando por la libertad de mi esposa. Fue tiempo perdido haber esperado seis a?os para ese reencuentro".
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