Indecencia
Prefiero no contarlo yo. Que lo cuente Ben Bernanke, que tiene m¨¢s gracia. Las palabras son del presidente de la Reserva Federal estadounidense, comentando los casi mil millones de d¨®lares en primas que se han repartido los ejecutivos de la aseguradora AIG: "De todos los acontecimientos y de todas las cosas que hemos hecho en los pasados 18 meses, lo que m¨¢s me irrita, lo que m¨¢s angustia me causa, es la intervenci¨®n de AIG. Era una compa?¨ªa que hab¨ªa hecho todo tipo de apuestas irresponsables. Cuando esas apuestas salieron mal, se encontr¨®... nos encontramos con una situaci¨®n por la cual si se hund¨ªa esa compa?¨ªa, se hund¨ªa el sistema financiero".
Bien. El contribuyente estadounidense ha derramado sobre AIG unos 170.000 millones de d¨®lares, algo as¨ª como veintitantos billones de las antiguas pesetas. Y los ejecutivos se han quedado con un pellizco. Es lo normal, ?no? Hasta donde yo s¨¦, es lo que suele hacerse en cualquier consejo de administraci¨®n cuando se consigue liar a un inversor ingenuo. Puedo llegar a entender que el inmenso sacrificio econ¨®mico exigido al contribuyente resulta imprescindible para evitar un colapso que dejar¨ªa en la calle al propio contribuyente. Entiendo menos la necesidad de salvar el sistema financiero que ha creado el problema. Y no entiendo nada cuando se habla de "refundar" el capitalismo. El capitalismo contempor¨¢neo es el que es: no se pueden desinventar los derivados financieros ni las burbujas peri¨®dicas, como no se puede desinventar la bomba at¨®mica.
Me explico: es como si el inmenso sacrificio en vidas humanas de Stalingrado o Normand¨ªa hubiera sido destinado a "refundar" el nazismo. Ya s¨¦ que la comparaci¨®n es muy exagerada y que ning¨²n consejo de administraci¨®n, ni siquiera el de AIG, se parece a la Gestapo. Pero hay algo que tengo claro. Lo que est¨¢n haciendo los Gobiernos es indecente. Necesario, imprescindible, impepinable quiz¨¢: sigue siendo indecente. Mientras, nos re¨ªmos mucho con Hugo Ch¨¢vez porque quiere montar una cadena de restaurantes rom¨¢nticos y ofrecer a los venezolanos tel¨¦fonos m¨®viles baratos. Qu¨¦ t¨ªo, el "gorila rojo". Qu¨¦ risa. Ja, ja.
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