Sexo y orgasmos en la vejez

La primera secuencia pone las cartas sobre la mesa: una se?ora de avanzada edad va a casa de un anciano a llevarle unos pantalones que le ha arreglado por encargo; hay una invitaci¨®n al hogar, miradas de complicidad, sonrisas nerviosas, una leve caricia y de ah¨ª a los besos apasionados, a los desnudos, al acto, al orgasmo. Parece una fantas¨ªa digna del porno. La novedad es la edad de los protagonistas: ella en la setentena, ¨¦l ya en los ochenta. En el s¨¦ptimo cielo, producci¨®n dirigida por Andreas Dresen, puede ser una pel¨ªcula ¨²nica. Un drama sobre el adulterio, su semilla, su llama y sus consecuencias, de estructura aristot¨¦lica, centrado en un tri¨¢ngulo de seres obligados a ver la vida en presente o en el futuro m¨¢s inmediato. Para ellos el concepto porvenir puede no ser m¨¢s que una quimera. Una pel¨ªcula sensible, c¨¢lida y respetuosa dentro de su evidente transgresi¨®n.

Dresen, algo as¨ª como el Fernando Le¨®n de Alemania (por sus tem¨¢ticas), impone su mirada en cada poro de la piel. Desnudos frontales, fornicaciones, placer, dolor. Al tiempo, se introduce en las mentes de sus criaturas (los infieles y el enga?ado). ?xtasis, remordimientos, placer, dolor. As¨ª es la vida. Sea a la edad que sea. No parece una pel¨ªcula moral, aunque el desenlace, en cierta medida, lo sea. Dresen toma partido. Y, a buen seguro, el espectador saldr¨¢ con ganas de alinearse. O sea, un ¨¦xito.