Ni miembros ni 'miembras'
El Parlamento Europeo propone un r¨ªgido manual de estilo para acabar de una vez con el uso sexista de la lengua
Bibiana A¨ªdo, ministra de Igualdad, hubiese evitado muchas cr¨ªticas de haber tenido la suerte de que el Parlamento Europeo hubiese sacado antes el manual de estilo para acabar de una vez con el lenguaje sexista en la Euroc¨¢mara, y, por ende, en cualquier Parlamento. "Todos los miembros del comit¨¦ recibir¨¢n la informaci¨®n por escrito" deber¨¢ sustituirse no por "todos los miembros y las miembras del comit¨¦...", que dir¨ªa la ministra gaditana, sino por "cada miembro del comit¨¦...", de acuerdo al criterio del Grupo de Alto Nivel sobre Igualdad de G¨¦nero y Diversidad de la Euroc¨¢mara, que pretende acabar con usos, normas gramaticales y cortes¨ªas seculares e imponer la correcci¨®n pol¨ªtica caiga quien caiga.
Adi¨®s a la distinci¨®n de se?ora y se?orita, y el "hombre medio" es "gente corriente"
Interpretan los expertos de ese grupo, con criterio cuestionable, que el lenguaje sexista tiende a implicar que uno de los sexos es superior al otro. Y as¨ª recomienda, en sus orientaciones espec¨ªficas para el espa?ol, que en vez de usarse la expresi¨®n "los andaluces", que aparentemente excluye a "las andaluzas", se emplee la m¨¢s ecum¨¦nica de "el pueblo andaluz".
Dicen los especialistas, avalados por el secretario general del Parlamento, Harald Romer, que "el uso del masculino gen¨¦rico puede producir ambig¨¹edades y confusiones que pueden dar lugar a una falta de visibilidad de las mujeres", de ah¨ª que "los m¨¦dicos" deba ser desplazado por per¨ªfrasis como "las personas que ejercen la medicina". Los expertos buscan donde haga falta para evitar la intolerable palabra "hombre" como referencia al conjunto del g¨¦nero humano y proponen sustituirlo por expresiones no excluyentes del sexo femenino como "las personas", "la gente", "los seres humanos" o "la especie humana". Debe evitarse hablar de "el hombre medio" en beneficio de "las personas corrientes". Y quien dice "hombre" dice "ni?o". Nada de "los derechos del ni?o", hay que hablar de "los derechos de la infancia".
Al aludir a profesiones o cargos que hagan referencia a un sexo o se perciban como excluyentes del otro hay que optar por el universalismo. "Las azafatas y los pilotos" se convierten en "el personal de vuelo", del mismo modo que "las mujeres de la limpieza" derivan en "el personal de la limpieza". En las f¨®rmulas de tratamiento se elimina la distinci¨®n entre "se?ora" (entendida como mujer casada) y "se?orita", por sexista frente al "se?or" que no atiende a estado civil, y se encarece el uso del t¨¦rmino "se?ora".
Como cada lengua tiene su historia, tradiciones y gram¨¢tica, el grupo de Romer, a veces, riza el rizo. En ingl¨¦s muchas palabras terminan con la s¨ªlaba man (hombre), en plural men (hombres). En la Euroc¨¢mara se prefiere que fireman (bombero) sea sustituido por firefighter (literalmente: el -o la- que lucha contra el fuego).
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