Profesor visitante
Quienes hemos ejercido de visiting professor en Estados Unidos sabemos que resulta del todo imposible sufragar los gastos de residencia temporal con s¨®lo los ingresos de origen (Espa?a o cualquier otro pa¨ªs europeo) sujetos ya a toda clase de obligaciones econ¨®micas fijas. En las universidades estadounidenses no existe un baremo oficial de salarios. Todo se negocia en funci¨®n de los m¨¦ritos que figuran en el propio file o dossier y de las ofertas supuestas o reales de otras instituciones acad¨¦micas.
El juez Garz¨®n tuvo que negociar y obtuvo el salario y las condiciones correspondientes a su nombrad¨ªa as¨ª como tambi¨¦n, probablemente, la exenci¨®n de matr¨ªcula para su hija, derecho que conllevaba su condici¨®n de profesor.
De no haber sido as¨ª, a Garz¨®n no le quedaba m¨¢s remedio que plantar su tienda de campa?a en el c¨¢mping m¨¢s cercano a la universidad y proclamarse a los cuatro vientos juez y visiting professor insolvente por obra y gracia del sueldo percibido de la Audiencia Nacional.
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