La larga guerra del agua

Como manchego residente m¨¢s de media vida en Murcia, llevo sufriendo desde los a?os ochenta las posturas cada vez m¨¢s radicalizadas de ambas regiones en torno al uso del agua en general y al futuro del trasvase Tajo-Segura en particular.

El punto de partida del conflicto estriba en que el agua es un bien crecientemente escaso y valioso y a pesar de ello muchos usuarios no lo pagan, lo que hace inevitable el conflicto. Si todos los usuarios pagasen un precio m¨ªnimo, digamos cinco c¨¦ntimos de euro por cada 1.000 litros, m¨¢s el coste de extracci¨®n o transporte, buena parte del conflicto habr¨ªa desaparecido.

Habr¨ªa ecologistas que criticar¨ªan esta medida, pero lo cierto es que contribuir¨ªa a usar mejor el agua y preservar nuestros r¨ªos. Y progresistas que criticar¨ªan la mercantilizaci¨®n del agua. Pero lo cierto es que el 90% de su uso ya es productivo, y el otro 10% paga de hecho mucho m¨¢s. El mercado elimina las tensiones en la asignaci¨®n del bien, pero quedar¨ªan las tensiones en la asignaci¨®n del montante obtenido.

Mi propuesta es que vaya directamente a las comarcas altas, como forma de mantener su renta, su poblaci¨®n y sus recursos forestales, que a la postre son los verdaderos productores del agua. Este planteamiento (muy simplificado) no es nada nuevo, porque b¨¢sicamente es el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua europea, pero s¨®lo hace falta m¨¢s voluntad de cultivar acuerdos y menos cosechadores de victimismo electoralista.