El poder cambia de manos

El poder cambia de manos, la extraordinaria novela de Czeslaw Milosz, rescata de la historia de Polonia uno de sus tr¨¢gicos pasajes: cuando pas¨® de la tiran¨ªa del nacionalsocialismo a la tiran¨ªa del socialismo real. L¨ªbreme Dios de conceder al inminente cambio pol¨ªtico en Euskadi (del nacionalismo vasco al socialismo espa?ol) dimensi¨®n tan enorme, tan c¨®smica. Por fortuna, el cambio va a ser pac¨ªfico y sensato, protagonizado por dos partidos democr¨¢ticos de larga historia, a los que une mucho m¨¢s de lo que hoy, por razones coyunturales, podr¨ªan admitir.

A esto nos ha llevado la terca apuesta por un Gobierno precario con un proyecto inviable, un Gobierno que necesitaba, adem¨¢s, el eventual apoyo de la izquierda radical. No ha sido la mejor p¨¢gina en la centenaria historia del nacionalismo vasco. El PNV paga las consecuencias de una soledad buscada. Y lo malo es que Euskadi tambi¨¦n lo va a pagar, con retrocesos en la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica o en la visibilidad de la conciencia nacional mayoritaria. Tras tanto aspaviento postelectoral, ya es hora de que el PNV afronte la autocr¨ªtica.

Pero otro quer¨ªa ser el tema de estas l¨ªneas. El tema es que se extiende un miedo vago e impreciso, que nada tiene que ver con el catastrofismo del partido mayoritario. Es el miedo laboral, cultural, asociativo, empresarial. Es el miedo que asoma en las sociedades intervenidas, dependientes del presupuesto p¨²blico, cada vez que el poder cambia de manos. En Euskadi, m¨¢s de un euro de cada dos pertenece al sector p¨²blico. Para ser un r¨¦gimen "neoliberal", como dir¨ªa ELA, nos sale un pico. Y buena parte del otro euro gira tambi¨¦n, de forma directa o indirecta, en torno a decisiones pol¨ªticas o burocr¨¢ticas. En esas condiciones, ?c¨®mo no va a haber miedo? Cuando el poder cambia de manos se piensa en asesores y cargos de confianza. Pero ¨¦se ser¨ªa el ¨²nico relevo normal. Lo anormal es que centenares de empresas y de asociaciones culturales, sociales o deportivas dependan del dinero p¨²blico y, por tanto, del arbitrio del poder. Y eso no es culpa exclusiva del PNV: es una lacra caracter¨ªstica de todas las econom¨ªas socializadas, donde un enorme porcentaje de riqueza privada es pol¨ªtico-dependiente. En esos reg¨ªmenes todo tiende a la pol¨ªtico-adicci¨®n; con efectos secundarios, por ejemplo, el s¨ªndrome de abstinencia.

Las sociedades de libre mercado contemplan sin aprensi¨®n los peri¨®dicos relevos en la casta gobernante, porque de ellos no depende la suerte de casi nadie. Pero en las sociedades intervenidas todo cambio de gobierno desencadena un cataclismo. ?Qu¨¦ pasar¨ªa en Extremadura si gobernara cualquier otro? La hip¨®tesis, all¨ª, provoca escalofr¨ªos. Un americano escribi¨®: "Un Gobierno lo suficientemente grande para d¨¢rtelo todo es tambi¨¦n lo suficientemente grande para quit¨¢rtelo todo". Euskadi se parece mucho m¨¢s a Extremadura que a Am¨¦rica.