La ley de la calle

Que incluso una ciudad con tan escasa proyecci¨®n exterior en esto del hip hop como Valencia (al menos en comparaci¨®n con urbes hispanas m¨¢s reducidas, como Zaragoza o Sevilla) reciba a Tote King con todos los honores, con un Greenspace lleno a reventar, es un hecho que denota a las claras que el g¨¦nero se ha ganado a pulso en todos los rincones del pa¨ªs una tremenda aceptaci¨®n popular como el m¨¢s espont¨¢neo p¨¢lpito para traducir musicalmente lo que se cuece en nuestra calles. El rapero sevillano lo demostr¨® no s¨®lo con sus infecciosas canciones, tambi¨¦n con una improvisada diatriba final que conjug¨® la cr¨ªtica a los especuladores del suelo que nos han llevado a la ruina ("...se lo tienen merecido, por comerciar tan r¨¢pido...") y a los talleres de hip hop ("falsos: ?c¨®mo se explica una rima? ?C¨®mo se explica un beatbox?"). Tal es su vocaci¨®n notarial por la actualidad, una tendencia a la que nuestro pop independiente, por pudor o desinter¨¦s, renunci¨® hace mucho tiempo. Los oportunos colchones r¨ªtmicos aportados por DJ Randy y la inestimable colaboraci¨®n vocal y esc¨¦nica de Senepe, de Zeropositivo, echaron el resto para que la tensi¨®n r¨ªtmica de la noche se mantuviera bien enhiesta. No era dif¨ªcil, por otra parte, teniendo en cuenta la innegable pegada de temas tan bien recibidos por la audiencia como Poes¨ªa urbana, Ni de ellos ni de ellas o la hipnotizante El tendedero, en la que (colaboraci¨®n de Chico Oca?a, de los flamencos M¨¢rtires del Comp¨¢s, mediante) hace gala de la denominaci¨®n de origen sure?a de su propuesta. Un concierto, en s¨ªntesis, tan infeccioso como concluyente.