No al revanchismo

Estoy b¨¢sicamente de acuerdo con Nicol¨¢s Redondo Terreros cuando apela, en su art¨ªculo Meditaciones sobre el 1 de marzo (EL PA?S, 10 de marzo de 2009), a "una acci¨®n de gobierno alejada del revanchismo", en el caso de que Patxi L¨®pez presida el Gobierno vasco.

Este no al revanchismo en el Pa¨ªs Vasco es acertado porque un Gobierno socialista deber¨ªa establecer como prioritaria una tarea pedag¨®gica, m¨¢s que pol¨ªtica, que introduzca en la sociedad vasca los rasgos caracter¨ªsticos de un sistema democr¨¢tico, esto es, los rasgos que describen a los ciudadanos, a los individuos, con todas sus facultades para actuar libremente, seg¨²n los derechos y deberes que establece la Constituci¨®n.

En este sentido habr¨¢ que trabajar para que el sentimiento nacionalista, basado fundamentalmente en mitos, deje paso a la racionalidad pol¨ªtica, a la aceptaci¨®n de que el sistema democr¨¢tico se basa en la alternancia de poder sin que la sangre corra por las calles.

Esta especie de normalizaci¨®n democr¨¢tica tendr¨¢ que estar unida a cambios en las instituciones vascas. Estoy hablando de cambios que acabar¨¢n convenciendo a la gente de que la madurez pol¨ªtica no consiste en la exaltaci¨®n casi permanente de la identidad, de los s¨ªmbolos patrios, sino en una convivencia que haga posible el pluralismo de ideas, contribuyendo con ello a la prosperidad social y econ¨®mica que necesitan tanto el Pa¨ªs Vasco como el resto de Espa?a.