La ni?a prodigio
Un buen d¨ªa se dijo a s¨ª misma que estaba harta de todos y se refugi¨® en su M¨¢laga natal sin dar cuenta a nadie de sus actos. Atr¨¢s quedaron los a?os infantiles en los se hab¨ªa sentido explotada por productores, directores, maridos y suegros, mientras la fama que alcanzaba en la pantalla se revolv¨ªa contra su propia libertad. Intent¨® nuevos caminos art¨ªsticos que la realizaran como mujer adulta, y aunque ofreci¨® sobradas muestras de ser buena actriz m¨¢s que ni?a graciosa, dando carpetazo a la vanidad se propuso ser s¨®lo ella misma, una mujer an¨®nima de origen pobre, cuyo talento para el cante y la interpretaci¨®n, m¨¢s otro tanto de cierta ingenuidad para el amor, la hab¨ªan enclaustrado entre los barrotes de una celda.
Su imagen ha quedado en la retina de varias generaciones
Marisol recuper¨® su nombre de verdad, Pepa Flores, hizo gala de una valiente militancia pol¨ªtica, desarroll¨® una vida muy activa pero silente, y no quiso saber m¨¢s del cine ni sus triunfos. Su imagen ha quedado en la retina de varias generaciones como s¨ªmbolo de una ¨¦poca enga?osa, la de Franco, pero tambi¨¦n como la de una mujer limpia y libre a la que el mundo ha hecho da?o. Centenares de periodistas quieren siempre hablar con ella, hacerle contar ese dolor a?ejo que parece llevar consigo. Nadie lo consigue. Alg¨²n escritor ha publicado con buenas intenciones la t¨ªpica biograf¨ªa no autorizada, pero Pepa no ha dicho ni mu. Ella con lo suyo, de espaldas al inter¨¦s que despierta.
El director Manuel Palacios ha realizado para Antena 3, con respeto e inteligencia, una bonita cr¨®nica de la vida de aquella ni?a, la otra cara del triunfo, un perverso cuento de hadas que ficciona la historia de Marisol desde sus primeros a?os hasta que conoci¨® al bailar¨ªn Antonio Gades y comenz¨® una vida distinta. El primero de los dos cap¨ªtulos es magn¨ªfico, como lo es la ni?a que interpreta a la primera Marisol, cantando y bailando asombrosamente, igual que lo hac¨ªa ella. Puede que el segundo cap¨ªtulo sea narrativamente menos rico, pero en cualquier caso cuenta tambi¨¦n con dos sensibles actrices que van dan dando vida a una Marisol entra?able y triste. Atentos a la programaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.