Jos¨¦ Toledo, m¨¦dico
Tinerfe?o, fue uno de los grandes especialistas espa?oles en cirug¨ªa del t¨®rax y un defensor de la sanidad p¨²blica
Cuando ya la enfermedad progresiva e implacable que le acort¨® la vida le impidi¨® incluso comunicarse con las palabras, el doctor Toledo, Jos¨¦ Toledo Gonz¨¢lez, tinerfe?o, de 75 a?os, manten¨ªa aquella mirada alerta, franca aunque ya desolada, que le distingui¨® tanto en la ciencia como en la amistad. Muri¨® ayer, 26 de marzo, a los 75 a?os, en Madrid.
Fue uno de los grandes especialistas en cirug¨ªa del t¨®rax; estudi¨® en C¨¢diz, en Madrid, en Londres... En todas partes dej¨® memoria de una generosidad personal y m¨¦dica fuera de serie. De la estirpe de los m¨¦dicos que ven al enfermo como a un amigo, cultiv¨® la medicina como una parte de ese concepto suyo, abierto, de la amistad. Su otra pasi¨®n fue la tierra, y su amor fue su gente, sus padres, su mujer, sus hijos... Su padre fue un viejo socialista tinerfe?o, camionero en sus or¨ªgenes, un est¨ªmulo de su regreso perpetuo al sur de la isla.
Fue el creador de un equipo entusiasta a cuyo frente ejerci¨® la cirug¨ªa del t¨®rax en el hospital 12 de Octubre de Madrid; all¨ª estuvo desde 1973 a 1989. Antes estuvo en hospitales del Reino Unido, en el de la Concepci¨®n de Madrid, en el Sanatorio de Enfermedades del T¨®rax... Cuando se jubil¨®, en junio de 2001, los compa?eros que fueron sus amigos se reunieron con ¨¦l en una cena multitudinaria en Madrid.
All¨ª cont¨® que su larga carrera hab¨ªa tenido muchas estaciones. "Pero el M¨¦dano
[el pueblo de Granadilla de Abona, su tierra natal] es ahora mi estaci¨®n de llegada", anunci¨®. Volvi¨® al M¨¦dano, para quedarse, pero la ventolera de la vida, en la forma de una enfermedad que le golpe¨® enseguida, le impidi¨® cumplir el deseo m¨¢s hondo, vivir all¨ª, en el sur de Tenerife.
Sus cenizas ser¨¢n llevadas ahora por su mujer, Teresa, por sus hijos, Marta, Jos¨¦, ??igo y Guillermo (el actor Willy Toledo) y por sus nietos a la Monta?a Roja, su paisaje especial en ese territorio de su memoria. Sus hijos decidieron que una fotograf¨ªa de esa monta?a m¨ªtica para ¨¦l le acompa?ara en el f¨¦retro que esta ma?ana cubrir¨¢ sus restos en La Almudena.
Los elogios con que sus amigos, m¨¦dicos o no, le despidieron aquel d¨ªa de su jubilaci¨®n sirven ahora para recordar la admiraci¨®n que suscitaban su ciencia y su actitud. Destac¨® el pintor Cristino de Vera, paisano suyo, "la bondad y paciencia de este m¨¦dico tranquilo cuya huella de luz y cuya curativa mano devolvi¨® la alegr¨ªa a tantos enfermos". El m¨¦dico Pedro Caba lo llam¨® "poeta, coplero, chicharrero"; como Voltaire, dijo Caba, "renuncia a los placeres pero no renuncia a los amigos". Y su sucesor al frente del Servicio de Cirug¨ªa del T¨®rax del 12 de Octubre, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn de Nicol¨¢s hizo este retrato de su concepto de la medicina: "Ha tratado enfermos, no enfermedades".
Fue un gran defensor de la sanidad p¨²blica; presidi¨® asociaciones dedicadas al estudio y desarrollo de la cirug¨ªa del mediastino; tuvo, como dijo el doctor Gustavo P¨¦rez Espino, "una carrera luminosa y deslumbrante". Al final de su vida, cuando ya la enfermedad le hab¨ªa quitado, casi, aquella voz con la que recitaba a Miguel de Unamuno, a Miguel Hern¨¢ndez, a Antonio Machado, ten¨ªa a su lado, en su casa, un folio con letras de coplas canarias que ¨¦l hab¨ªa dictado en las ¨²ltimas semanas de su vida. Y a veces tomaba ese papel en la mano como si se estuviera despidiendo de la otra pasi¨®n que redonde¨® su alma generosa y grande, amistosa, la pasi¨®n por la poes¨ªa.
![Jos¨¦ Toledo Gonz¨¢lez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OSXFHP4XKIJ7C5DZMHZ6YIZEPE.jpg?auth=d03570226567af39649363ca3691787448a938e1d707695f0e10b9061d8e912d&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.