Legislatura de emergencia
Casi tan importante como los resultados electorales es su interpretaci¨®n. No s¨®lo para el partido que tiene que formar Gobierno, pero s¨ª de manera muy especial para ¨¦l. Unos resultados pueden no ser malos, pero si no se interpretan correctamente pueden acabar si¨¦ndolo. Y esto es lo que le viene ocurriendo al PSOE desde el 9 de marzo de 2008. Los resultados no fueron objetivamente malos pero ten¨ªan el potencial de convertirse en tales. El PSOE y su Gobierno no lo entendieron as¨ª y creo que de aquel mal entendimiento se deriva la dif¨ªcil situaci¨®n en que ahora est¨¢. El discurso de que el PSOE ten¨ªa m¨¢s autonom¨ªa para llevar la acci¨®n de Gobierno con los resultados de 2008 que con los de 2004 era un espejismo y, como tal, se ha ido desvaneciendo.
Cuando se gobierna en una situaci¨®n tan dif¨ªcil no debe haber ni un resbal¨®n
La crisis econ¨®mica ha llegado con una velocidad e intensidad que pr¨¢cticamente nadie previ¨® y que su impacto ha reducido el margen de maniobra del Gobierno de manera muy superior a lo que cab¨ªa esperar. Pero a la altura de la primavera pasada, un Gobierno precavido s¨ª ten¨ªa que haber contemplado un posible horizonte como el que ahora tenemos y, sin caer en catastrofismos y desesperanzas, haber preparado al pa¨ªs para hacer frente a lo que se ven¨ªa encima. El Gobierno tard¨® en compartir con los ciudadanos el diagn¨®stico de la gravedad de la crisis y esa tardanza le ha restado credibilidad ante la opini¨®n p¨²blica para gestionarla. En el pleno del Congreso del jueves para la convalidaci¨®n de los decretos leyes de medidas anticrisis aprobados por el Gobierno ha habido ocasi¨®n de comprobarlo.
De la misma manera que hemos tenido ocasi¨®n de comprobar en ese pleno que, con los resultados electorales de 2008, el concurso de CiU y PNV resulta en esta legislatura casi m¨¢s imprescindible que en la mayor parte de las anteriores. D¨¢ndose la circunstancia, una ya producida antes de las elecciones de 2008 y otra que se pod¨ªa prever, de que ambos nacionalismos iban a tener menos incentivos para colaborar en la direcci¨®n del Estado por haber perdido el Gobierno en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco y, en ambos casos, para ser sustituidos por presidentes socialistas.
Los resultados electorales de 2008 prefiguraban una legislatura de emergencia permanente, sin margen para la autocomplacencia y en la que el partido y el Gobierno ten¨ªan que haber sido conscientes de que cualquier error, por muy peque?o que pareciera, pod¨ªa tener un coste terrible. El aislamiento parlamentario del PP en la pasada legislatura se pod¨ªa convertir en aislamiento del PSOE en ¨¦sta. Y estar en aislamiento parlamentario no es bueno nunca, pero es mucho peor cuando se est¨¢ en el Gobierno que en la oposici¨®n.
Por eso no entend¨ª nunca el empe?o de ir a la investidura en segunda votaci¨®n. Una cosa es que se hubiera tenido que ir a la segunda votaci¨®n al no ser posible lograr la mayor¨ªa absoluta en la primera y otra muy distinta excluir de entrada la negociaci¨®n para conseguirla. Con esa opci¨®n se marcaba una direcci¨®n que iba a ser muy dif¨ªcil de corregir. PSOE y Gobierno han contribuido a su aislamiento. Y esto me resulta incomprensible. El Gobierno no ha sido consciente de que deb¨ªa gobernar en una situaci¨®n de emergencia en la que no se puede producir ni un resbal¨®n, porque puede resultar dif¨ªcil levantarse tras el batacazo. ?C¨®mo es posible que un asunto tan f¨¢cil de gestionar como el anuncio de la retirada de Kosovo se hiciera como se ha hecho? ?No hay en el partido y en el Gobierno nadie que recuerde cada d¨ªa que, como est¨¢ el patio, lo primero es no cometer errores porque no hay margen de maniobra? Socialmente, con la intensidad de la crisis, el Gobierno no puede contar con ninguna comprensi¨®n. Parlamentariamente, tampoco. Si no activa su instinto de conservaci¨®n al m¨¢ximo, puede despe?arse.
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