Otro peque?o paso adelante

El Gobierno aprob¨® ayer el sexto conjunto de medidas contra la crisis econ¨®mica, esta vez con la etiqueta de reformas estructurales orientadas a facilitar la creaci¨®n de empresas y liberalizar los servicios mediante la trasposici¨®n de la directiva de liberalizaci¨®n de servicios de Bruselas. El conjunto lleva la marca de f¨¢brica de casi todas las decisiones anticrisis del Gobierno: acierta en el tiro, pero tiende a quedarse un poco corto. Incluye una reforma de la Ley Concursal, una rebaja del inter¨¦s de demora que pagan los contribuyentes a Hacienda del 7% al 5%, el mantenimiento indefinido de las deducciones por inversi¨®n en I+D+i y un anteproyecto de ley que permitir¨¢ modificar hasta 41 leyes para trasponer la directiva europea.

Sin duda, la sociedad espa?ola se beneficiar¨¢ de una ventanilla ¨²nica, de que quien quiera crear una empresa soporte menos cargas administrativas y de que desaparezcan algunas prerrogativas exageradas de los colegios profesionales, como la facultad de fijar tarifas orientativas o las restricciones publicitarias de los asociados. Ayudar¨¢n a la econom¨ªa espa?ola despu¨¦s de que supere la recesi¨®n y el estrangulamiento financiero; pero quiz¨¢ en estos momentos no resulten tan decisivas.

La prioridad es recuperar el flujo del cr¨¦dito, para lo cual ya est¨¢ claro que es necesaria una profunda reestructuraci¨®n de parte de las entidades financieras, y estimular la actividad econ¨®mica para frenar el r¨¢pido aumento del paro. Ambas tareas est¨¢n a medio definir o a medio terminar. No resulta tranquilizador que una parte del dinero p¨²blico girado a los ayuntamientos se est¨¦ gastando en peatonalizaciones de plazas y calles, cuando lo propio ser¨ªa gastarlo, por ejemplo, en redes avanzadas de comunicaci¨®n.

La liberalizaci¨®n de los servicios es inobjetable siempre que se mantenga la autoridad p¨²blica para exigir calidad. La desregulaci¨®n no es sin¨®nimo de patente de corso para quien presta el servicio.