Hacia un h¨¢bitat autosuficiente
Esta crisis econ¨®mica es un fant¨¢stico punto de arranque para cambiar f¨ªsicamente los espacios en los que vivimos, de acuerdo a nuevas reglas de relaci¨®n. Habr¨ªa que aplicar el modelo de Internet a la habitabilidad
Puede la actual crisis ser un est¨ªmulo para desarrollar una nueva econom¨ªa en torno al desarrollo eco-eficiente? Espa?a es un referente mundial en el desarrollo de infraestructuras urbanas, construcci¨®n de equipamientos y espacios p¨²blicos, dise?o de viviendas innovadoras y de buena arquitectura. Y es un l¨ªder en la producci¨®n y gesti¨®n de energ¨ªas renovables. El equivalente a los autom¨®viles el¨¦ctricos que hoy se desarrollan en Estados Unidos, Alemania o Jap¨®n con los que se pretende impulsar una nueva etapa econ¨®mica global, puede tener su replica en los eco-barrios, edificios autosuficientes, y dise?os de viviendas avanzadas que se pueden desarrollar en Espa?a. ?Es posible superar los debates respecto a la crisis de la econom¨ªa del ladrillo y centrarse en la oportunidad del desarrollo de nuevos modelos de h¨¢bitats autosuficientes, con los que mejorar nuestra calidad de vida, y presentarse al mundo?
Hay que hacer ciudades ecoeficientes, invirtiendo m¨¢s ahora para poder ahorrar en el futuro
La figura del arquitecto que repite sus dise?os, cual franquicia, ha quedado obsoleta
La sociedad de la informaci¨®n y el mundo en red, ha cambiado la manera como habitamos las ciudades, pero no ha cambiado las ciudades. Siguen siendo dise?adas y construidas con par¨¢metros propios de la sociedad industrial, disfrazadas en ocasiones con dosis de sostenibilidad. Las actuales circunstancias econ¨®micas son un fant¨¢stico punto inicial para afrontar la transformaci¨®n f¨ªsica de los espacios que habitamos de acuerdo a nuevas reglas relacionales. ?C¨®mo se aplica el modelo distribuido de Internet a la habitabilidad del mundo?
La sociedad industrial se ha caracterizado por resolver las necesidades humanas a trav¨¦s de grandes infraestructuras que abastec¨ªan a millones de personas. Energ¨ªa, alimentos y bienes se produc¨ªan de forma centralizada con estructuras creadas para resolver necesidades a la escala global, que luego necesitaban mecanismos log¨ªsticos para llevar a la escala individual dichos productos. Estas estructuras funcionaban porque hab¨ªa trabajadores que produc¨ªan y millones de consumidores que consum¨ªan. Ahora, si no consume, el mundo no funciona. Y si se consume, el planeta se degrada.
Sin embargo, a los trabajadores-consumidores de la era industrial les pueden suceder los creadores-productores conectados de la sociedad de la informaci¨®n capaces de producir casi cualquier recurso de forma local a partir de un know-how que se comparte en red. ?ste es probablemente el gran cambio de paradigma, que va a transformar la econom¨ªa y que debe transformar la habitabilidad del territorio.
Frente a un modelo con pocos centros de producci¨®n que abastec¨ªan a millones de personas con el mismo producto, Internet fomenta la relaci¨®n de millones de personas que producen contenidos diversos y que permiten personalizar tanto el momento como el producto producido y la manera como se intercambia con otros nodos de la red. La aplicaci¨®n de estas estructuras, a la construcci¨®n del mundo f¨ªsico, fomentar¨ªa el desarrollo de estructuras autoorganizadas tendentes a la autosuficiencia, capaces de crear y mejorar calidad de vida, y consumir menos recursos.
La autosuficiencia conectada es el l¨ªmite de la sostenibilidad. Este era un concepto basado en buenas intenciones, no definible a partir de par¨¢metros precisos, y ya vac¨ªo de contenido por su uso indiscriminado para justificar casi cualquier acci¨®n sobre el territorio. La autosuficiencia conectada plantea seguir los principios autoorganizativos propios de los sistemas naturales, que tienen por principio esencial la perdurabilidad en el tiempo con el menor consumo energ¨¦tico. M¨¢s que confiar en un desarrollo sostenible, hay que iniciar un proceso proactivo de dotaci¨®n de estructuras eco-eficientes del territorio construido y de producci¨®n de excedentes energ¨¦ticos en los nuevos desarrollos.
Y varios de los elementos b¨¢sicos de la habitabilidad de las personas, directamente relacionados con las estructuras que habitamos pueden ser transformados siguiendo principios nuevos:
1. Energ¨ªa. Cualquier edificio, barrio o ciudad, deber¨ªa generar el 100% de la energ¨ªa que consume en el propio lugar a trav¨¦s de la introducci¨®n de sistemas captadores integrados en los primeros edificios, que se comparten a trav¨¦s de microrredes inteligentes. Este principio debe redefinir la propia forma de la arquitectura que debe garantizar por medio de su geometr¨ªa y su posici¨®n en el territorio, que es capaz de generar su energ¨ªa.
2. Alimentos. Lo urbano es por definici¨®n diferente de lo agr¨ªcola. En el campo se hac¨ªa la comida y en la ciudad se consum¨ªa. Para dar valor a los alimentos, habr¨ªa que fomentar la puesta en valor de las grandes extensiones de terreno muy f¨¦rtil situado en el entorno de grandes ciudades, la distribuci¨®n directa desde el punto de cultivo al de consumo o la creaci¨®n de huertos urbanos. Y estos paisajes agr¨ªcolas deber¨ªan introducir sus trazas y estructuras en los desarrollos en los bordes de las ciudades.
3. Fabricaci¨®n. La doctrina de los ¨²ltimos a?os, dec¨ªa que en los pa¨ªses avanzados se dise?aba y en los emergentes se fabricaba. Sin embargo, el desarrollo de maquinaria de fabricaci¨®n avanzada permite que cualquier objeto pueda ser producido en cualquier lugar del mundo por cualquier persona, a partir de conocimiento compartido. Los laboratorios de fabricaci¨®n o Fab Labs son las nuevas f¨¢bricas locales, que fomentan econom¨ªas de alto valor y evitan millones de desplazamientos diarios.
4. Internet. Tras el Internet de la econom¨ªa, y el Internet social, el pr¨®ximo Internet es el Internet de las cosas: objetos, lugares y edificios fabricados con cierta inteligencia, y relacionados con el fin de ahorrar energ¨ªa, y fomentar la interacci¨®n social. De esta manera, existe un potencial de aumentar la eficacia del mundo f¨ªsico dot¨¢ndole de nuevas propiedades relacionales, a partir de criterios desarrollados de forma abierta y transparente.
5. Compartir. Si el mundo f¨ªsico se divide entre espacios p¨²blicos y privados, Internet nos ense?a los beneficios de los recursos compartidos. El intercambio propio de la econom¨ªa va m¨¢s a all¨¢ de comprar o vender. Existen otros modelos m¨¢s centrados en el uso de las cosas, que no en su propiedad, aplicables a espacios urbanos y habitacionales.
6. Conocimiento. El conocimiento es la materia prima fundamental de la nueva econom¨ªa, y la investigaci¨®n su principal mecanismo de producci¨®n. Cualquier ¨¢mbito de la sociedad puede ser motor de la econom¨ªa, si se investiga y se fomenta la innovaci¨®n en torno a ¨¦l. La arquitectura, y el desarrollo urbano deber¨ªan ser capaces de mezclarse con disciplinas pr¨®ximas, como la ecolog¨ªa urbana, el paisajismo, el dise?o de nuevos materiales, la nanotecnolog¨ªa o la inteligencia artificial.
Estos y otros cambios de paradigmas pueden fermentar un cambio estructural en la manera c¨®mo se dise?an, producen o reforman las ciudades. La arquitectura debe superar su etapa puramente ic¨®nica y volver a los principios esenciales de lo sist¨¦mico, donde el proyecto de la habitabilidad sea entendido de forma global. Hay que dise?ar barrios y ciudades eco-eficientes, asumiendo que quiz¨¢s haya que invertir m¨¢s para ahorrar m¨¢s. La figura del arquitecto que repite sus dise?os (cual franquicia) por ciudades de todo el mundo, es obsoleta. Y hacen falta pol¨ªticos que lideren estos procesos, en los que m¨¢s all¨¢ de gestionar problemas puedan reconocer oportunidades en las ciudades y en el territorio y las sepan ejecutar, a la velocidad adecuada.
Ahora es el momento de innovar y crear un nuevo liderazgo, m¨¢s que de vender los logros pasados, o criticar los excesos de los que se quisieron beneficiar del sistema sin aportarle valor. Espa?a ha tenido en los ¨²ltimos a?os una posici¨®n central en el debate urbano internacional porque ha sabido trasladar su transformaci¨®n social y econ¨®mica a una transformaci¨®n f¨ªsica de sus ciudades y su territorio. El desarrollo de experiencias de ¨¦xito de una nueva forma de construir y habitar el territorio puede permitir generar nuevas econom¨ªas a partir de trasladar tanto a pa¨ªses desarrollados, como a las econom¨ªas emergentes, las experiencias relativas al dise?o de nuevos h¨¢bitats autosuficientes.
Vicente Guallart, arquitecto, es director de Guallart Architects y del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalu?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.