Despedida y cierre
El Greenspace estrenar¨¢ nueva sala en primavera de 2010
No es ning¨²n secreto que Valencia carece desde hace ya demasiados a?os de salas de conciertos de aforo medio. Entre los macro recintos, como el Circuito Ricardo Tormo, la Feria de Muestras, la plaza de Toros o el Vel¨®dromo Luis Puig (la mayor¨ªa apenas utilizados un par de veces al a?o) y las salas cerradas de programaci¨®n regular (que no dejan de ser locales de ocio nocturno ocasionalmente habilitados para la m¨²sica en vivo), habita la nada. Por eso resulta especialmente doloroso que el Greenspace, con todas sus deficiencias sonoras y pese a lo anunciado de su clausura, eche el tel¨®n.
En principio, ser¨¢ solo un hasta luego y no un adi¨®s definitivo, ya que los responsables de Heineken tienen echado el ojo a un par de emplazamientos similares para dar continuidad a su programaci¨®n: uno de ellos es una veterana sala de Pinedo y el otro es un enclave "muy c¨¦ntrico", que parece tener todos los n¨²meros para ser la elecci¨®n definitiva. "Se est¨¢ cerrando el convenio del nuevo recinto", confirm¨® ayer Gonzalo Gonz¨¢lez, gerente de Heineken, al hacer balance de los cuatro a?os de andadura del Greenspace junto a la concejal de Juventud, Beatriz Sim¨®n. La empresa cervecera espera estrenar nuevo emplazamiento y una oferta m¨¢s amplia en la primavera de 2010.
Las naves se reforman para un centro de j¨®venes creadores
Sea como fuere, las naves de la calle de Juan Verdeguer, que ser¨¢n reformadas para albergar un centro municipal para j¨®venes creadores, cerraron sus puertas el domingo con una apuesta m¨¢s que segura. Los madrile?os Vetusta Morla ya reventaron su aforo el pasado noviembre, con ocasi¨®n de la tercera edici¨®n del certamen Greenspace. Y su reciente ascenso al olimpo comercial de los Premios de la M¨²sica no ha hecho m¨¢s que acrecentar la audiencia de una banda que, pese a lo trillad¨ªsimo de su propuesta, ha sabido conectar con un gran sector de p¨²blico joven. Su concurrida actuaci¨®n, precedida por la aportaci¨®n en ac¨²stico del valenciano Siwel (precisamente el m¨²sico que inaugur¨® el recinto, hace ahora tres a?os y medio), fue el proleg¨®meno para un fin de fiesta amenizado por la descarada invitaci¨®n al baile de los catalanes Pinker Tones y una improvisada barra libre de cerveza, de la que apenas se beneficiaron aquellos impenitentes que no emprendieron la desbandada tras la actuaci¨®n de Vetusta Morla, esto es, algo menos de la mitad de su aforo.
Con tan at¨ªpica noche de domingo se dio carpetazo a casi cuatro temporadas de conciertos -m¨¢s de 200 en total y 140.000 asistentes-, a la espera de una continuidad para la que esta ciudad, pese a puntuales pinchazos, ha demostrado sobradamente tener p¨²blico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.