?Insurgentes dispuestos a dejar la violencia?

"Treinta enemigos de la paz y de la estabilidad han resultado muertos y otros 17 heridos en una operaci¨®n conjunta de las fuerzas afganas e internacionales en Oruzg¨¢n", anunci¨® ayer en Kabul el Ministerio del Interior. Casi al mismo tiempo, en la conferencia sobre Afganist¨¢n, el presidente Hamid Karzai y la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ofrecieron una rama de olivo a los "talibanes que rechacen a Al Qaeda". ?Es posible negociar con los enemigos de la paz y la estabilidad? ?Existen talibanes dispuestos a denunciar la violencia?

De la respuesta a esas preguntas va a depender en gran medida el ¨¦xito de la nueva estrategia de Barack Obama para Afganist¨¢n, donde la violencia aument¨® el a?o pasado hasta los peores niveles desde la intervenci¨®n estadounidense para derrocar a los talibanes en 2001. Aunque el feudo de esa milicia siempre ha estado en el sur y el este, la ausencia del Estado les ha permitido ampliar su influencia y actividad hasta las puertas de la capital. Ha sido precisamente el temor a que el pa¨ªs se suma en el caos y la anarqu¨ªa, lo que ha llevado a explorar "la experiencia de Irak", de incluir a los insurgentes moderados.

"Cualquiera que desee resultados adecuados debe hablar con la gente adecuada", ha declarado el enviado especial de la ONU, Kai Eide, haci¨¦ndose eco de un creciente consenso de la comunidad internacional. Sin embargo, los estudiosos del movimiento talib¨¢n consideran que sus l¨ªderes no tienen ning¨²n inter¨¦s en negociar.

"Al Qaeda tiene un proyecto internacional y los talibanes tiene su propio proyecto, que es Afganist¨¢n", repite una y otra vez en las entrevistas Wakil Ahmed Muttawakil. El ex ministro de Exteriores siempre fue considerado como un miembro moderado del Gobierno talib¨¢n y hoy apoya las conversaciones de paz con ese grupo, aunque asegura no tener contacto con sus dirigentes. Sin embargo, la diferencia que establece resulta dif¨ªcil de ver en el caso de jefes militares como Jalaluddin Haqqani, responsable de algunos de los atentados m¨¢s graves del a?o pasado y que mantiene estrechos lazos con Al Qaeda.

"El uso de subsidios o sobornos para recuperar a los elementos moderados es algo que se ha hecho en Irak, pero all¨ª no hubo la islamizaci¨®n deoband¨ª llevada a cabo durante 30 a?os desde Pakist¨¢n en Afganist¨¢n", explica Alberto Priego, investigador en la School of Oriental and African Studies de Londres. En su opini¨®n, las concesiones no funcionan con los talibanes que adem¨¢s de basarse en una interpretaci¨®n extrema del Cor¨¢n aplican el c¨®digo tribal past¨²n (el Pashtunwali), a menudo hasta m¨¢s dr¨¢stico.

Incluso admitiendo esa radicalizaci¨®n, algunos asesores de la Casa Blanca afirman que hasta un 70% de los insurgentes act¨²a por motivos econ¨®micos m¨¢s que ideol¨®gicos o religiosos.

El giro de Washington reivindica el empe?o de Karzai, que lleva varios a?os tratando de incorporar a los talibanes al proceso pol¨ªtico, para lo cual ha hecho un llamamiento a su l¨ªder, el cl¨¦rigo Mohamed Omar, y pedido la mediaci¨®n de Arabia Saud¨ª.

Tal posibilidad ha hecho que los defensores de los derechos humanos, y muy en especial los grupos de mujeres, hayan puesto el grito en el cielo.