Los ayatol¨¢s dan un paso al exterior
Teher¨¢n recoge el guante lanzado por Obama para superar sus diferencias tras 30 a?os de rivalidad - Ir¨¢n, dispuesto a ayudar en la reconstrucci¨®n afgana
El esperado encuentro entre Ir¨¢n y Estados Unidos en La Haya, ayer, constituye un gesto m¨¢s all¨¢ de lo diplom¨¢tico. Despu¨¦s de 30 a?os de rivalidad paranoica, la Rep¨²blica Isl¨¢mica parece se?alar que recoge el guante lanzado por el presidente Barack Obama para "superar las viejas diferencias". La conversaci¨®n entre el viceministro de Exteriores iran¨ª, Mohamed Medhi Akhunzadeh, y el representante especial estadounidense para Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, Richard Holbrooke, tal vez no fuera "de peso", pero ha roto un tab¨².
As¨ª lo prueba el inter¨¦s de la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, en anunciar que Holbrooke "hab¨ªa mantenido un intercambio breve y cordial con el jefe de la delegaci¨®n iran¨ª". Altos funcionarios de ambos pa¨ªses ya se hab¨ªan visto cara a cara antes. La coincidencia en Sharm el Sheij (Egipto), en mayo de 2007, entre Condoleezza Rice y el jefe de la diplomacia iran¨ª, Manuchehr Mottaki, suscit¨® una gran expectaci¨®n. Pero el intercambio de cortes¨ªas no fue m¨¢s all¨¢.
Su inclusi¨®n en el 'eje del mal' de Bush, en 2002, indign¨® a los iran¨ªes
La semana pasada, un iran¨ª visit¨® la OTAN por primera vez desde 1979
Ahora el clima es diferente. El enviado iran¨ª ha expresado en La Haya (Holanda) la disposici¨®n de su pa¨ªs a participar en los planes para combatir el tr¨¢fico de drogas y ayudar a la reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n, dos aspectos en los que los intereses de Teher¨¢n y Washington coinciden. No obstante, Akhunzadeh tambi¨¦n reiter¨® las cr¨ªticas a la presencia de las tropas extranjeras.
En realidad, no es tanto Ir¨¢n como Estados Unidos quien ha cambiado de actitud al reconocer, por fin, que los vecinos de Afganist¨¢n tienen que participar en la estabilizaci¨®n de ese pa¨ªs. Si se deja a un lado la ret¨®rica bomb¨¢stica del actual presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, que tanto da?o ha hecho a la imagen exterior de su pa¨ªs, la Rep¨²blica Isl¨¢mica ha mantenido una actitud constructiva hacia el problema afgano.
La semana pasada produjo expectaci¨®n el anuncio de que un diplom¨¢tico iran¨ª hab¨ªa visitado el cuartel general de la OTAN, por primera vez desde la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979. Se trat¨® de un contacto informal sobre el pa¨ªs asi¨¢tico. Sin embargo, ya en octubre de 2004 este diario inform¨® de la cooperaci¨®n que Ir¨¢n hab¨ªa prestado a ese organismo permitiendo el aterrizaje de uno de sus aviones con material electoral para los refugiados afganos.
Como ayer record¨® el viceministro Akhunzadeh, Ir¨¢n acogi¨® a tres millones de afganos durante la guerra civil, de los cuales cerca de un mill¨®n a¨²n no han regresado a su pa¨ªs.
M¨¢s all¨¢ de su rivalidad ideol¨®gica con los talibanes, Ir¨¢n siempre ha mantenido lazos con las comunidades chi¨ªes e iranohablantes de Afganist¨¢n. Debido a esos v¨ªnculos, Teher¨¢n form¨® parte desde el principio del grupo de trabajo para Afganist¨¢n que la ONU estableci¨® en el a?o 2000. Un a?o m¨¢s tarde, cuando a ra¨ªz de los atentados del 11-S Estados Unidos busc¨® el apoyo internacional para su operaci¨®n contra Al Qaeda, diplom¨¢ticos iran¨ªes y norteamericanos se reunieron discretamente en Ginebra. El Gobierno de Mohamed Jatam¨ª dio su aprobaci¨®n t¨¢cita a la intervenci¨®n, ofreci¨® facilidades para el sobrevuelo de su espacio a¨¦reo e incluso asegur¨® que permitir¨ªa operaciones de rescate si alguno de los aviones ca¨ªa en su territorio.
La indignaci¨®n de los iran¨ªes fue may¨²scula cuando, en enero de 2002, George W. Bush les incluy¨® en su infame eje del mal. Semejante falta de tacto dio alas a los sectores m¨¢s conservadores del r¨¦gimen. Sacaron a relucir una larga historia de injerencias estadounidenses desde el apoyo al golpe de Estado de 1953. El Gobierno de Washington no era de fiar. Conservadores y reformistas estuvieron de acuerdo y el recelo ha durado hasta hoy.
Tal vez por ello, nadie ha querido entusiasmarse demasiado con las buenas palabras de Obama. Cuando el l¨ªder supremo le respondi¨® que esperaba hechos concretos, reflejaba un sentir muy generalizado, m¨¢s all¨¢ de las simpat¨ªas que cada iran¨ª tenga por su sistema de gobierno. Por la misma raz¨®n, ha viajado a La Haya un viceministro en lugar de Mottaki, como hubiera sido de esperar. Ha sido una muestra de prudencia. Nadie en Ir¨¢n, y mucho menos Ahmadineyad, que el pr¨®ximo junio afronta unas elecciones presidenciales, quiere volver a pillarse los dedos con Estados Unidos.
30 a?os de tensi¨®n con Estados Unidos
- La crisis de los rehenes. Sesenta y tres estadounidenses son secuestrados en la Embajada de EE UU en Teher¨¢n en 1979. La mayor¨ªa no ser¨¢n liberados hasta 444 d¨ªas despu¨¦s.
- Guerra Ir¨¢n-Irak. Sadam Husein, apoyado por Occidente, invade Ir¨¢n en 1980. La guerra dura ocho a?os.
- El esc¨¢ndalo Ir¨¢n-Contra. EE UU vende armas en secreto a Ir¨¢n y destina los beneficios a financiar a la Contra que lucha contra el Gobierno sandinista en Nicaragua.
- Vuelo 655 de Iran Air. Un buque de EE UU abate por error un avi¨®n civil iran¨ª el 3 de julio de 1988. Mueren 290 personas.
- El plan nuclear. La CIA desvela en 2001 que Teher¨¢n est¨¢ desarrollando un plan para hacerse con la bomba at¨®mica.
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