La pantalla muta
En una de las vi?etas de Little Annie Fanny -la colosal serie de Harvey Kurtzman y Will Elder- publicada en las p¨¢ginas de Playboy en octubre de 1978 -es decir, en plena eclosi¨®n del fen¨®meno Star wars-, el jefe del departamento de efectos especiales de un estudio muestra a la voluptuosa hero¨ªna el holograma de una org¨ªa. "Es una especie de fotograf¨ªa tridimensional. Dif¨ªcilmente podr¨¢s distinguirla de la realidad. Tiene color. Tiene profundidad", pregona el t¨¦cnico. "Y... ?pellizca?", pregunta ella tras darse cuenta de que un nada virtual figurante de la org¨ªa le est¨¢ pinzando el generoso trasero.
Resulta por lo menos llamativo que el espectacular registro visual de la obra de Kurtzman y Elder sea una de las reconocibles referencias de Monstruos contra alien¨ªgenas, deslumbrante carta de presentaci¨®n del nuevo formato de cine tridimensional 3D desarrollado por Intel y reciclado por DreamWorks como arma de seducci¨®n masiva en la guerra por la reconquista de las salas. Al espectador le toca preguntarse, como Little Annie Fanny, si la propuesta pellizca m¨¢s all¨¢ de la primera reacci¨®n (boquiabierta): es decir, si estamos ante un golpe de efecto ilusorio o ante algo que va a dejar marca... en la historia del cine entendida como incesante evoluci¨®n de lenguaje.
MONSTRUOS CONTRA ALIEN?GENAS
Direcci¨®n: Rob Letterman y Conrad Vernon.
G¨¦nero: animaci¨®n. EE UU, 2009.
Duraci¨®n: 94 minutos.
Monstruos contra alien¨ªgenas viste de autoconciencia su condici¨®n de pel¨ªcula-demostraci¨®n: sus h¨¦roes est¨¢n sacados del imaginario fant¨¢stico de los a?os cincuenta, d¨¦cada en la que el medio ya tuvo su primera (y frustrada) mutaci¨®n tridimensional. La pel¨ªcula cuida al detalle todos sus gui?os cin¨¦filos: en una secuencia mimetiza el registro crom¨¢tico de la fotograf¨ªa de Thomas Spalding en The blob (1958). Su humor es sofisticado; su ritmo, fren¨¦tico, y su tridimensionalidad est¨¢ m¨¢s orientada a propiciar una experiencia inmersiva que a convertir la platea en front¨®n para el elemental golpe de efecto.
Lo que este cr¨ªtico no tiene claro es si, en efecto, el nuevo sistema pellizca, si ha venido para quedarse.
Babelia
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