Fellini, ante el mayor seductor de la historia

Resulta curioso que la pel¨ªcula que Federico Fellini consagr¨® a Giacomo Casanova, el m¨¢s c¨¦lebre seductor del Siglo de las Luces, no sea un producto afrodis¨ªaco. En este filme, Casanova, interpretado magistralmente por Donald Sutherland, se acuesta, l¨®gicamente, con muchas mujeres, y hasta con una mu?eca mec¨¢nica, pero en todas las ocasiones el personaje aparece ejecutando una especie de ejercicio gimn¨¢stico. Y es que Fellini no abord¨® su Casanova (1976) para alegrar a los espectadores con escenas de cama, sino para hacerles pensar sobre las grandezas y miserias de la Europa del siglo XVIII y sobre las m¨²ltiples sutilezas de las relaciones entre hombres y mujeres, las de ayer y las de hoy.

Por supuesto, el espect¨¢culo cinematogr¨¢fico es impresionante. Hablamos de Fellini, es decir, de carnaval, circo, barroquismo, surrealismo, desmesura, claustrofobia, vulgaridad y belleza combinadas hasta decir basta. Y Casanova es puro Fellini: arte, inteligencia y extravagancia en su m¨¢xima expresi¨®n. Como paseo por la Europa del XVIII, la de las pelucas empolvadas, los debates filos¨®ficos, las modas esot¨¦ricas, las abismales diferencias de poder y riqueza y el mucho libertinaje, el filme es insuperable. Y puede que tambi¨¦n lo sea como retrato de la soledad y tristeza que hay en la vida del donju¨¢n profesional.

Algo de donju¨¢n oriental tiene tambi¨¦n el protagonista de 2046, un atractivo periodista que, en el Hong Kong de los a?os sesenta, va seduciendo a bell¨ªsimas mujeres a la par que escribe una novela de ciencia-ficci¨®n. Dirigida por Wong Kar-wai y estrenada en 2004, la pel¨ªcula conjuga los universos chino y japon¨¦s (con gotas musicales cubanas) con el pasado reciente y el futuro pr¨®ximo. Con un glamour exquisito, toques de futurismo y un derroche de juegos de iluminaci¨®n y encuadres originales, la pel¨ªcula se convierte en un singular ensayo esteticista sobre el amor. Hoy, Casanova y ma?ana, 2046, con EL PA?S.