Parlamentarios a tiempo completo

El presidente del Congreso, Jos¨¦ Bono, no pudo ocultar su sorpresa la semana pasada cuando, en una visita al Parlament, se le explic¨® que todos y cada uno de los diputados auton¨®micos deben presentar cada a?o a la C¨¢mara una copia de su declaraci¨®n de renta. Bono no pudo evitar comparaciones. Aterrizaba en Barcelona tras una semana infernal en el Congreso, en la que 90 diputados se rebelaron contra la poca capacidad de la C¨¢mara baja para controlar las actividades extraparlamentarias -y los ingresos extra- de sus diputados.

Bono tambi¨¦n se habr¨ªa sorprendido, probablemente, si alguien le hubiese explicado que en el Parlament los diputados que declaran una segunda actividad representan apenas el 45% del total. En el Congreso son cerca del 75%. De los 135 diputados que tiene el Parlament, 60 declaran tener una segunda actividad, seg¨²n el resumen oficial de la Comisi¨®n del Estatuto de los Diputados al que ha tenido acceso EL PA?S. De ¨¦stos, s¨®lo 14 ejercen en el sector privado, seg¨²n han declarado ellos mismos a la hora de dirimir posibles incompatibilidades. En el Congreso, 250 de los 350 diputados tienen ingresos al margen de su actividad parlamentaria, 214 en el sector privado.

El secretismo del Parlament es menor que el que hay en el Congreso

En el Congreso, los diputados con pluriempleo representan el 75%

Estos datos confirman que en Catalu?a los diputados han convertido la pol¨ªtica en su ¨²nica actividad laboral. En la mayor parte de los casos el pluriempleo de los parlamentarios consiste en desempe?ar actividades en la pol¨ªtica local. En el Parlament hay una quincena de alcaldes, 27 concejales y dos representantes en otras corporaciones locales o comarcales.

Los que mantienen v¨ªnculos laborales con el sector privado son una minor¨ªa, en la que destacan media docena de abogados en activo y varios economistas, profesores y asesores fiscales. Todos ellos han conseguido el visto bueno de la Comisi¨®n del Estatuto del Diputado primero y el de sus compa?eros de plenario despu¨¦s.

Seg¨²n el reglamento del Parlament aprobado en 2005, son los propios diputados los que deben comunicar a la comisi¨®n cualquier actividad profesional o pol¨ªtica paralela a la de parlamentario, cobren o no por ella. Tambi¨¦n han de comunicar cualquier variaci¨®n que se produzca durante la legislatura.

Cuando un diputado quiere a?adir una dedicaci¨®n a su labor de diputado, debe dirigirse antes que nada a la Comisi¨®n del Estatuto del Diputado, que se re¨²ne a puerta cerrada para estudiar la demanda. Se trata, casi siempre, de un simple tr¨¢mite, pues la mayor parte de las peticiones son de diputados que son elegidos concejales o alcaldes de sus respectivos municipios. En el caso de los profesionales liberales, la regla de oro es que en sus despachos no se ocupen directamente de asuntos vinculados a la actividad que desarrollan en el Parlament.

Una vez que se ha pronunciado la comisi¨®n, la demanda de compatibilidad se traslada al pleno de la C¨¢mara. El secretismo es menor en el Parlament que en el Congreso. Por ejemplo, el reglamento de la C¨¢mara catalana establece que el tipo de dedicaci¨®n de los diputados, sea total o parcial, debe constar en un documento p¨²blico y accesible para quien se interese por ¨¦l. En el Congreso dicho documento tiene car¨¢cter secreto. Lo que s¨ª es secreto en las dos c¨¢maras es la declaraci¨®n de patrimonio que deben hacer los diputados. En el Parlament tambi¨¦n tiene car¨¢cter secreto el expediente de cada diputado en el que consta su ¨²ltima declaraci¨®n de renta. Deben presentarla cada a?o y se guarda durante cinco ejercicios.

La lista de incompatibilidades de los diputados en el Parlament tiene 53 puntos. Adem¨¢s de las incompatibilidades obvias, como el de ser diputado de otro parlamento o miembro del Tribunal Constitucional o del Supremo, los diputados del Parlament tienen incompatibilidades menos conocidas. Por ejemplo, no pueden desempe?ar cargos en Radio Televisi¨®n Espa?ola ni en el Consejo de Seguridad Nuclear, ni ser funcionarios del propio Parlament.

Pero, al igual que en el Congreso, hay claroscuros. Por ejemplo, el Parlament no puede investigar las actividades que desempe?an los diputados a los que se ha autorizado una segunda actividad. Tampoco hay herramientas que permitan comprobar sistem¨¢ticamente si las actividades declaradas y sus correspondientes retribuciones aparecen convenientemente detalladas en la declaraci¨®n de renta que los diputados est¨¢n obligados a presentar.

Y no ser¨¢ porque no haya habido pol¨¦micas. La m¨¢s reciente, la que protagoniz¨® el diputado nacionalista Antoni Fern¨¢ndez Teixid¨®, que tienen como segunda actividad una asesor¨ªa fiscal y tuvo que declarar como testigo en el marco de la Operaci¨®n Abeja, contra la mafia rusa.