?Cu¨¢l es la fase final del d¨¦ficit?
Todav¨ªa nadie tiene una idea clara de cu¨¢ndo acabar¨¢ la crisis financiera global, pero una cosa es segura: los d¨¦ficits presupuestarios de los gobiernos se dirigen a la estratosfera. En los pr¨®ximos a?os, habr¨¢ que convencer a los inversionistas de que adquieran grandes cantidades de deuda nueva.
Si bien los gobiernos pueden tratar de endosar la deuda p¨²blica a los ahorradores locales (mediante, por ejemplo, el uso de su influencia creciente sobre los bancos para obligarlos a adquirir una cantidad desproporcionada de valores p¨²blicos), a la larga tambi¨¦n tendr¨¢n que pagar tasas de inter¨¦s mucho m¨¢s elevadas. En un par de a?os, las tasas de inter¨¦s de los bonos del Tesoro de Estados Unidos podr¨ªan aumentar f¨¢cilmente un 3%-4%, y las de otros instrumentos de deuda p¨²blica podr¨ªan crecer en grado similar o aun mayor.
El crecimiento durante a?os ser¨¢ decepcionante en pa¨ªses como EE UU, Gran Breta?a, Irlanda y Espa?a
Las tasas de inter¨¦s aumentar¨¢n para compensar a los inversores tanto por tener que aceptar una mayor proporci¨®n de bonos del Tesoro en sus carteras como por el riesgo creciente de que los gobiernos se vean tentados a inflar el valor de sus deudas o incluso que dejen de pagar.
En una investigaci¨®n que realizamos Carmen Reinhart y yo sobre la historia de las crisis financieras, descubrimos que la deuda p¨²blica generalmente se duplica, incluso tras hacer ajustes en funci¨®n de la inflaci¨®n, en los tres a?os siguientes a una crisis. Actualmente, muchos pa¨ªses, grandes y peque?os, van camino de cumplir esa proyecci¨®n.
El Gobierno de China ha indicado claramente que utilizar¨¢ todos los medios necesarios para apoyar el crecimiento ante la ca¨ªda libre de las exportaciones. Los chinos cuentan con reservas de 2 billones de d¨®lares para respaldar su promesa. El nuevo presupuesto del presidente Barack Obama contempla un d¨¦ficit impresionante de 1,75 billones de d¨®lares en Estados Unidos, que es un m¨²ltiplo del r¨¦cord anterior. Incluso en aquellos pa¨ªses que todav¨ªa no participan activamente en una org¨ªa fiscal, los super¨¢vits se desploman y los d¨¦ficits se disparan, principalmente debido a la ca¨ªda de los ingresos fiscales.
En efecto, pocos gobiernos han presentado proyecciones presupuestarias remotamente realistas, y se basan en general en escenarios econ¨®micos demasiado optimistas. Desgraciadamente, en 2009 la econom¨ªa global no ser¨¢ un lecho de rosas. Los ingresos en EE UU y la zona del euro parecen haber ca¨ªdo a una tasa anualizada del 6% en el cuarto trimestre de 2008; el PIB de Jap¨®n cay¨® tal vez al doble de ese ritmo.
La afirmaci¨®n de China de que su PIB crec¨ªa a una tasa del 6% al final del a?o pasado es cuestionable. Las exportaciones se han derrumbado en toda Asia, incluyendo a Corea, Jap¨®n y Singapur. Puede decirse que la India, y en menor medida Brasil, han resistido un poco mejor. Pero pocos mercados emergentes han llegado a un nivel en el que puedan soportar un colapso sostenido de las econom¨ªas desarrolladas, y mucho menos funcionar como motores alternativos del crecimiento global.
En 2009, dado que la crisis a¨²n hace que a muchas peque?as y medianas empresas les sea dif¨ªcil obtener siquiera un nivel m¨ªnimo de financiamiento para mantener inventarios y comerciar, el PIB global est¨¢ al borde del precipicio. Existe la posibilidad real de que el crecimiento mundial registre su primera contracci¨®n desde la Segunda Guerra Mundial.
Con toda probabilidad, en una gran cantidad de pa¨ªses habr¨¢ ca¨ªdas de la producci¨®n de entre el 4% y el 5% y algunos sufrir¨¢n desplomes a niveles de aut¨¦ntica depresi¨®n, del 10% o m¨¢s. Lo que es peor, a menos que los sistemas financieros se recuperen, el crecimiento seguir¨¢ siendo decepcionante durante varios a?os, sobre todo en pa¨ªses de la "zona cero" como Estados Unidos, Gran Breta?a, Irlanda y Espa?a. El crecimiento a largo plazo de Estados Unidos podr¨ªa ser particularmente desalentador, a medida que la Administraci¨®n de Obama conduzca al pa¨ªs hacia niveles europeos de seguridad social y distribuci¨®n del ingreso.
Los pa¨ªses con tasas de crecimiento de tipo europeo pod¨ªan manejar obligaciones de deuda del 60% del PIB cuando las tasas de inter¨¦s eran bajas. Pero con el aumento de las deudas de muchos pa¨ªses al 80 o 90% del PIB, y puesto que las bajas tasas de inter¨¦s actuales son claramente un fen¨®meno temporal, pronto habr¨¢ problemas. Muchos de los pa¨ªses que est¨¢n acumulando enormes cantidades de deuda para rescatar a sus bancos tienen s¨®lo perspectivas moderadas de crecimiento a mediano plazo, lo que plantea dudas reales de solvencia y sostenibilidad.
Italia, por ejemplo, que tiene una relaci¨®n deuda-ingreso que ya supera el ciento por ciento, ha resistido hasta ahora debido a la ca¨ªda de las tasas globales. Pero a medida que la deuda crezca y las tasas de inter¨¦s mundiales aumenten, los inversionistas tendr¨¢n razones para preocuparse por el riesgo de la reestructuraci¨®n de la deuda. Otros pa¨ªses, como Irlanda, Gran Breta?a y EE UU, empezaron con una posici¨®n fiscal mucho m¨¢s fuerte, pero es posible que no est¨¦n mucho mejor cuando se asiente el polvo.
Las tasas de inter¨¦s son otro comod¨ªn. Los bancos centrales de Asia siguen aferr¨¢ndose con nerviosismo al d¨®lar. Pero en vista de que Estados Unidos est¨¢ imprimiendo deuda y dinero a gran velocidad, parecer¨ªa que el euro se apreciar¨¢ frente al d¨®lar en unos dos o tres a?os, si es que el euro todav¨ªa existe.
A medida que las deudas aumenten y la recesi¨®n persista, con seguridad veremos que varios Gobiernos intentar¨¢n aligerar su carga mediante represi¨®n financiera, m¨¢s inflaci¨®n, impagos parciales o una combinaci¨®n de esos tres elementos. Desafortunadamente, la fase final de la gran recesi¨®n de los a?os 2000 no ser¨¢ agradable.
Kenneth Rogoff es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªticas P¨²blicas en la Universidad de Harvard y fue Economista en Jefe del FMI. Copyright: Project Syndicate, 2009. www.project-syndicate.org
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