Pe?a Ganchegui deja un legado "culto y perenne"
Arquitectos que trabajaron con ¨¦l destacan su car¨¢cter "intuitivo y culto"
"Dicen que mis obras siempre se notan que son m¨ªas, pero es m¨¢s porque son distintas de las que est¨¢n a su lado que porque se parezcan entre s¨ª". El arquitecto Luis Pe?a Ganchegui (O?ati, 1926-San Sebasti¨¢n, 2009) deja como herencia "una obra duradera, como algo perenne", afirma Miguel Garay, profesor de la materia y uno de sus m¨¢s cercanos colaboradores. El legado de Pe?a Ganchegui, fallecido el pasado jueves, est¨¢ integrado por m¨¢s 500 obras y proyectos repartidos por 48 localidades. Es la manifestaci¨®n de "una arquitectura sentida e ¨ªntima", sostiene Xabier Unzurrunzaga, tambi¨¦n amigo y disc¨ªpulo, como Ant¨®n Pagola, quien utiliza los calificativos "intuitivo, sensible y culto" para definir su trabajo.
Urdanbide: "San Sebasti¨¢n tiene una deuda pendiente con ¨¦l"
El sello creativo de Pe?a quedar¨¢ imborrable con obras como la torre Vista Alegre de Zarautz (1958), la reconstrucci¨®n de la Plaza de la Trinidad (1961) o el Parque del Tenis (1975) -junto al Peine del Viento, de Eduardo Chillida-, ambos en San Sebasti¨¢n; las casas rosas de Mutriku (1963-1969), la Plaza de los Fueros de Vitoria (1979), o el Parque de la Espa?a Industrial (1983), en Barcelona. Eugenio Urdanbide, arquitecto y vecino del fallecido, destaca adem¨¢s otra "gran aportaci¨®n": la creaci¨®n de la Escuela de Arquitectura de la UPV en 1978.
"Todas y cada una de las obras de Pe?a Ganchegui han aportado sutilmente nuevos elementos y valores arquitect¨®nicos, generadores de sorpresas positivas, siempre bien adaptados en forma y escala a los lugares en que se insertaban, dentro de unos par¨¢metros estil¨ªsticos y una po¨¦tica propios y personales, pero con referencias culturales atentas a la evoluci¨®n de las vanguardias arquitect¨®nicas", opina Unzurrunzaga. Le recuerda como "un hombre sensible con el paisaje rural o urbano" donde enclavaba su trabajo.
Pagola incide en la misma idea: "Su arquitectura fue sensible hacia el entorno. La adecuaci¨®n al lugar hace que el artificio parezca algo natural, como si hubiese estado all¨ª siempre". Rememora que los planos de la Espa?a Industrial barcelonesa, presentados "en papel de grasas", los hizo en un fin de semana, algo similar al proyecto de la plaza gran¨ªtica junto al Peine del Viento. "La idea siempre tuvo un gran valor en su obra", explica Pagola.
En la reforma de la Plaza de la Trinidad, un proyecto crucial en su carrera, Pe?a Ganchegui supo cohesionar diferentes elementos -el front¨®n, la pista de bolos y de arrastre y las gradas- hasta lograr "una estancia que resulta muy acogedora" y donde "cada uno de esos elementos forma parte del conjunto manteniendo al mismo tiempo su particularidad", afirma Garay, que actu¨® entonces como aparejador.
Urdanbide pretende corregir una "peque?a injusticia" con su "maestro", a quien "no se le ha reconocido lo suficiente" su enorme contribuci¨®n a "dignificar la profesi¨®n". Pe?a, a quien define como "un hombre coherente, siempre en su sitio y alejado del divismo", desempe?¨® un papel destacado en la fundaci¨®n de la Escuela de Arquitectura, que surgi¨® gracias al impulso dado por el arquitecto Oriol Bohigas. Inici¨® su andadura en 1978 con una veintena de alumnos y hoy ya cuenta con cerca de 1.500 matr¨ªculas. Urdanbide considera que "la ciudad de San Sebasti¨¢n est¨¢ en deuda con Pe?a Ganchegui".
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