La Concha, mala nota y saturaci¨®n
La Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, el gran hospital peor valorado por los pacientes y el ¨²nico de gesti¨®n privada, ha doblado su poblaci¨®n asignada en cinco a?os
Cuando viv¨ªa Don Carlos esto; despu¨¦s de que muriera Don Carlos lo otro... Los trabajadores m¨¢s antiguos del lugar siguen hablando con deferencia del fundador de la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, el m¨¦dico Carlos Jim¨¦nez D¨ªaz. El hospital naci¨® en 1955, con 120 camas, muchas j¨®venes promesas de la medicina y un concierto con el Instituto Nacional de Previsi¨®n para tratar a pacientes de la Seguridad Social. Una doble faceta, p¨²blica y privada, que ha mantenido hasta hoy, con la multinacional sueca Capio al mando de la gesti¨®n. La Concha es el ¨²nico hospital madrile?o "de alta complejidad" en manos privadas. Y tambi¨¦n es el peor valorado por los usuarios, seg¨²n una encuesta reciente de la Consejer¨ªa de Sanidad.
"En urgencias pasamos cinco horas sin informaci¨®n", dice una familiar
El 80,4% de los entrevistados dijo estar satisfecho con el centro. Un notable, s¨ª, pero lejos de las valoraciones del Cl¨ªnico (92,1%) o del 12 de Octubre (91,7%). Los sindicatos, que no terminan de creerse la mala nota, la achacan al momento en que se realiz¨® la encuesta. Fue entre octubre y noviembre, poco despu¨¦s de que Sanidad cediera a la Jim¨¦nez D¨ªaz la gesti¨®n del centro de especialidades de Pontones. "Hubo much¨ªsimo trasiego; fue un momento de cambio en el que empez¨¢bamos a recibir muchos pacientes", explica Antonio Gonz¨¢lez, presidente del comit¨¦ de empresa (CC OO).
?Saturaci¨®n? En apenas cinco a?os, la fundaci¨®n casi ha doblado la poblaci¨®n a la que atiende, gracias a los sucesivos trasvases de tarjetas sanitarias procedentes de otros hospitales. En 2003, cuando Capio tom¨® las riendas del centro tras varias crisis financieras que a punto estuvieron de cerrarlo, La Concha funcionaba como apoyo del Cl¨ªnico y del 12 de Octubre y ten¨ªa asignada una poblaci¨®n de 234.000 habitantes. Sanidad la ha ido aumentando hasta llegar a los 425.000 actuales. Un 82% de incremento.
Mientras, el personal ha crecido en mucha menor medida, un 21% (de 2.035 a 2.462), y el n¨²mero de camas se ha reducido (han pasado de 613 a 558), seg¨²n las memorias anuales que publica la Fundaci¨®n en su p¨¢gina web.Capio declin¨® contestar a este peri¨®dico. "La presi¨®n asistencial ha subido mucho y los trabajadores lo notan", asegura Pedro Montero, representante de UGT. Tambi¨¦n los pacientes. "Llevo 30 a?os viniendo a consulta y veo que ahora est¨¢ colapsado", dec¨ªa Dolores Corb¨ª hace unos d¨ªas en una sala de espera de la segunda planta. "Pese a todo, la asistencia es fabulosa".
Desde el sindicato de m¨¦dicos, Femyts, apuntan a otra posible causa de la mala valoraci¨®n: las obras perennes. En los ¨²ltimos a?os se han remodelado plantas enteras. La cuarta, obstetricia, luce impecable. Apenas hay diferencia entre las habitaciones de la zona privada y el resto. Si acaso el color de la puerta, imitaci¨®n madera. Y el hecho de ser individuales y con cama para acompa?ante. El aspecto de las zonas antiguas es muy diferente. To?i cuida de su suegra, Porfiria, "reci¨¦n sacada de la UCI" tras una operaci¨®n delicada, en una habitaci¨®n de la segunda planta. Tiene tres camas y las tres est¨¢n ocupadas. Fuera, un operario martillea la pared. Parece que aqu¨ª tambi¨¦n van a empezar las obras. Pese a ello, To?i asegura no tener quejas. "La atendieron bien. Lo ¨²nico es que en urgencias nos tuvieron cinco horas sin informaci¨®n", concede.
"En realidad, la encuesta no habla de problemas asistenciales, sino de infraestructura, de hosteler¨ªa", dicen en Femyts. S¨ª y no. Cuando se pregunta a los usuarios sobre la hospitalizaci¨®n, la Jim¨¦nez D¨ªaz queda especialmente mal parada -en comparaci¨®n con el resto de centros- en la valoraci¨®n de la habitaci¨®n y la comida. Pero tambi¨¦n saca la nota m¨¢s baja en la dedicaci¨®n y tiempo de los m¨¦dicos y la segunda m¨¢s baja en la informaci¨®n que se da sobre el tratamiento. La dedicaci¨®n de los facultativos parece ser uno de los puntos d¨¦biles, porque tambi¨¦n obtiene la peor puntuaci¨®n al inquirir a usuarios de consultas y urgencias.
A Clara y a Santiago, que esperan noticias de su padre, enfermo cardiaco, en urgencias, les sorprende la mala nota. La atenci¨®n es buena, aseguran, el m¨¦dico sale y les cuenta c¨®mo va la cosa, los pasillos "no est¨¢n saturados como en La Paz" y cuando han venido a consultas les han atendido a tiempo. Mercedes, que espera la ambulancia para llevarse a casa a su madre, Natividad, est¨¢ de acuerdo. Hasta la comida est¨¢ bien. "Pero fr¨ªa", matiza. Y se le olvida a?adir otro agravio: que lleva hora y media esperando el transporte. "?La comida? Mira, hoy tengo paella mixta y lenguadina", dice Victoriano, en la habitaci¨®n 3215. Le dan a elegir entre dos primeros y dos segundos, informa complacido. El 45,3% de los entrevistados no estuvieron satisfechos con los men¨²s. "La contrata cambi¨® en diciembre", justifica CC OO.
Los presupuestos de 2009 destinan m¨¢s de 209 millones de euros al concierto con la Jim¨¦nez D¨ªaz. No se le paga por tarjeta sanitaria (como en el hospital de Valdemoro, tambi¨¦n de Capio), sino por actividad. En 2006 el concierto ascend¨ªa a 140 millones: en s¨®lo cuatro a?os, los pagos han aumentado un 50%. Los profesionales aseguran que el hospital es ahora m¨¢s eficiente. Pero a cambio de otras cosas. "Se da de alta muy r¨¢pido a los pacientes, y a veces tienen que volver", cuenta una enfermera. "Claro que hay presi¨®n para acelerar las altas", confirma un m¨¦dico.
Entre 2006 y 2008, la actividad quir¨²rgica ha aumentado un 25%. Las consultas, un 85%. Las urgencias, un 11%. Y el personal, un 21%. La Fundaci¨®n no para. Gracias sobre todo a Sanidad, que le ha ido cediendo -en virtud de un acuerdo secreto firmado en 2006- poblaci¨®n a la que atender (23 centros de salud de Moncloa-Fuencarral, Centro-Chamber¨ª y Arganzuela), edificios p¨²blicos en los que hacerlo (los centros de especialidades de Pontones y Quintana) y financiaci¨®n. Los sindicatos no olvidan que la entrada de dinero privado supuso el final de las penurias de la Fundaci¨®n. "El hospital estuvo en situaci¨®n ag¨®nica, a punto de cerrar, media docena de veces", recuerda un m¨¦dico.
Las peores notas
- Consultas externas. La informaci¨®n que se da al paciente en la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz es la peor valorada entre los grandes hospitales.
- Hospitalizaci¨®n. Suspende en tiempo y dedicaci¨®n de los m¨¦dicos.
- Cirug¨ªa ambulatoria. La nota m¨¢s baja en informaci¨®n sobre cuidados en casa, tiempo y dedicaci¨®n de los m¨¦dicos.
- Urgencias. Punt¨²a bajo en el trato de los m¨¦dicos y su dedicaci¨®n.
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