'Prestige', ?ustedes recuerdan?
Todav¨ªa est¨¢n en mi cabeza las im¨¢genes de todas las gentes que en un alarde de generosidad, sin pensarlo dos veces, dejaron sus ocupaciones habituales en el a?o 2002 y se fueron a las costas del Norte de Espa?a a recoger el chapapote derramado por el Prestige.
Corrieron r¨ªos de tinta sobre la actitud de los pol¨ªticos en aquellos momentos. El caso es que en este pa¨ªs nuestro la memoria parece que no es un h¨¢bito muy cotizado y el olvido es algo habitual.
Vienen al caso estas reflexiones porque como algunos recordar¨¢n en noviembre de 2002 se produjo una de las mayores cat¨¢strofes ambientales que hemos conocido, que fue el vertido de 77.000 Tm de petr¨®leo procedente del buque llamado Prestige, lo que dio lugar a la apertura de un procedimiento judicial.
Tras seis a?os de instrucci¨®n, cinco jueces y 20.000 folios, s¨®lo se juzga al capit¨¢n del petrolero
Esta chatarra flotante, una m¨¢s de las que cruzan nuestros mares bajo las llamadas banderas de conveniencia (que traducido en t¨¦rminos pr¨¢cticos supone que es casi imposible para los Tribunales de Justicia, en caso de cat¨¢strofe, encontrar un responsable) naufrag¨® en las costas espa?olas causando los da?os por todos conocidos.
Se inici¨® el proceso judicial en el Juzgado de Corcubi¨®n (A Coru?a), un juzgado ejemplo patente de la carencia de medios por los que ahora claman nuestros jueces, y se inici¨® el largo y tortuoso camino de la instrucci¨®n de las diligencias para aclarar los hechos y apuntar responsabilidades.
Seis a?os de instrucci¨®n, cinco jueces sucedi¨¦ndose al frente del juzgado, para, al final, si la Audiencia de A Coru?a no lo remedia, celebrar un juicio contra el capit¨¢n y dos tripulantes, quienes comparecer¨¢n como ¨²nicos y presuntos responsables del delito ambiental del vertido del Prestige.
Desde Greenpeace, como ya hicimos saber al Poder Judicial en la cat¨¢strofe de Do?ana (?alguien recuerda aquel proceso de otro vertido espectacular todav¨ªa pendiente de abono de la responsabilidad civil por parte de la empresa causante?), solicitamos la dotaci¨®n de medios suficiente en el juzgado para afrontar esta clase de proceso. No se atendi¨® nuestra petici¨®n y ahora nos encontramos, seis a?os despu¨¦s, con la situaci¨®n procesal antes descrita recogida en los casi 300 tomos que componen las diligencias.
Recordar¨¢n algunos la pol¨¦mica que se suscit¨® entonces sobre el alejamiento del buque de la costa para finalmente hundirse ¨¦ste y desparramar el crudo por las costas desde Portugal hasta Francia, dejando asolados el Cant¨¢brico y el Atl¨¢ntico.
Pues bien, esa decisi¨®n del alejamiento del buque, fue cuando menos discutida y calificada por alg¨²n perito en la instrucci¨®n del proceso como desafortunada y carente de base cient¨ªfica. La tom¨® el entonces director general de la Marina Mercante y por ella alguno de los cinco jueces de instrucci¨®n que han estado al frente del proceso consider¨® que deb¨ªa imputar al mismo como presunto autor de un delito contra el medio ambiente.
Parec¨ªa en l¨®gica procesal que eso deber¨ªa ser as¨ª porque esa controvertida decisi¨®n de alejar el barco no era una cuesti¨®n pac¨ªfica en el proceso al haber informes periciales unos a favor y otros en contra de la misma.
Sorprendentemente, y obviando estas contradicciones, la ¨²ltima titular del Juzgado de Instrucci¨®n de Corcubi¨®n ha tomado la decisi¨®n del sobreseimiento y archivo respecto del director general de la Marina Mercante. "La decisi¨®n del alejamiento fue acertada", dice su se?or¨ªa y, por tanto, el entonces director general de la Marina Mercante no ir¨¢ al banquillo de los acusados. All¨ª estar¨¢n s¨®lo el capit¨¢n Mangouras y dos subalternos.
Indudablemente la Administraci¨®n de Justicia, una vez m¨¢s, seguir¨¢ padeciendo la espiral de descr¨¦dito en la que se halla inmersa. Seis a?os de instrucci¨®n, m¨¢s de 20.000 folios, cinco jueces sucesivos al frente de la misma para, al final, encontrarnos con esto. El capit¨¢n y dos m¨¢s sentados en el banquillo respondiendo por todo lo ocurrido. ?Piensan ustedes que as¨ª averiguaremos qui¨¦n era el aut¨¦ntico propietario del barco, qui¨¦n se lucraba en la operaci¨®n, ¨¦sos son todos los responsables?
Una cosa s¨ª es cierta y tal vez siente un precedente muy grave. La pr¨®xima vez que ocurra otro supuesto similar ya sabemos c¨®mo hay que actuar, alejando el barco de la costa, que como el mar no es de nadie que se hunda bien lejos porque, como dec¨ªan nuestras autoridades, el crudo se congela y al final, si se descongela, ser¨¢n unos hilillos que siempre habr¨¢ voluntarios para recogerlos.
Confiemos en que esta situaci¨®n se enmiende y no sea otra oportunidad perdida para nuestro derecho al medio ambiente, que aunque no lo parezca, lo tenemos.
Jos¨¦ Manuel Marraco Espin¨®s es abogado y representante de los servicios jur¨ªdicos de Greenpeace-Espa?a.
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