Caprichos, desastres y un disparate
El Reina Sof¨ªa ya ha elegido los 12 grabados de Goya que pedir¨¢ al Museo del Prado
El Reina Sof¨ªa ya ha escogido qu¨¦ grabados de Goya pedir¨¢ al Museo del Prado para incorporarlos a la colecci¨®n permanente del centro de arte moderno en r¨¦gimen de pr¨¦stamo. En total, suman 12 estampas procedentes de las series de Los caprichos (siete), Los desastres de la Guerra (cuatro) y Los disparates (uno). Las obras se ir¨¢n rotando cada tres meses en tandas de seis para que los delicados papeles no sufran el deterioro causado por la iluminaci¨®n. La exposici¨®n prolongada podr¨ªa da?ar, seg¨²n los expertos, las estampas.
Con este material, escogido por un comit¨¦ formado por expertos, conservadores y el director del museo, Manuel Borja-Villel, el Reina Sof¨ªa pretende dar carta de naturaleza a la corriente art¨ªstica del esperpento. La aspiraci¨®n es colocarla en t¨¦rminos hist¨®ricos y museogr¨¢ficos a la altura de otras bien establecidas, como el simbolismo o el realismo. Una escuela, en todo caso, inequ¨ªvocamente espa?ola. Aunque no s¨®lo. Si la historia comienza en Goya y tiene entre sus destacados representantes a Guti¨¦rrez Solana, tambi¨¦n se detiene en el caricaturista franc¨¦s Honor¨¦ de Daumier.
Con las estampas, el centro quiere dar carta de naturaleza al esperpento
Los nuevos vecinos del pintor ser¨¢n Guti¨¦rrez Solana y Honor¨¦ de Daumier
Ser¨¢n ¨¦stos dos de los nuevos vecinos de Goya en el edificio Sabatini, sede del museo, en una sala dedicada a esa corriente. Esta incorporaci¨®n es la vistosa punta del iceberg de la remodelaci¨®n de la colecci¨®n permanente que recibe estos d¨ªas los ¨²ltimos retoques y que se mostrar¨¢ al p¨²blico a finales de mayo.
Cuando se completen los tr¨¢mites, entre esta semana y la siguiente, los horrores de la guerra, la burla carnavalesca, la m¨¢scara y la podredumbre moral que retrat¨® inmejorablemente Goya servir¨¢n de inicio a la visi¨®n del arte moderno tal como el director del museo quiere contarla. De este modo, el nacimiento de Picasso, en 1881, ya no ser¨¢ como hasta ahora (y seg¨²n establece el real decreto de 17 de marzo de 1995) la frontera que divid¨ªa las colecciones nacionales del Museo del Prado y del Reina Sof¨ªa.
La cr¨ªtica feroz y la ruptura con lo precedente que suponen estas tres series de Goya, un total de 160 estampas pintadas entre 1799 y los ¨²ltimos a?os de su vida, encajan en el nuevo discurso. No es s¨®lo que esta obra del pintor aragon¨¦s se considere como la que marca su entrada en la contemporaneidad, sino que en la negrura de los temas y en las figuras retorcidas y grotescas se encuentra un antecedente del Guernica, de Picasso, buque insignia de la colecci¨®n del Reina Sof¨ªa.
En total, Goya grab¨® 228 l¨¢minas de cobre que se encuentran al cuidado de la Calcograf¨ªa Nacional, en la sede del Museo de Bellas Artes de San Fernando. Las series hechas sobre papel a partir de esas planchas son propiedad de diferentes museos y coleccionistas particulares. El Prado y la Biblioteca Nacional se cuentan entre los propietarios.
El comit¨¦ de expertos que ha elaborado la lista para el Reina Sof¨ªa ha escogido siete caprichos. Parten de temas aparentemente humor¨ªsticos para bordear la pesadilla. El esperpento alcanza cotas de paroxismo cuando recrea el mundo de la Iglesia con el imaginario de los brujos y curanderos. La hipocres¨ªa de las clases altas tampoco se libra del escarnio. De esta serie, el Reina Sof¨ªa ha pedido El s¨ª pronuncian y la mano alargan al primero que llega (Capricho, n¨²mero 2), Nadie se conoce (seis), No hubo remedio (24), Si sabr¨¢ m¨¢s el disc¨ªpulo (37), El sue?o de la raz¨®n produce monstruos (43), Los Chinchillas (50) y Hasta la muerte (55).
De la serie de Los desastres, han escogido cuatro obras. Los 65 aguafuertes, realizados entre 1810 y 1814, recogen escenas tan macabras y salvajes que ni antes y seguramente tampoco despu¨¦s han sido reflejadas con tanta crudeza. Es la serie en la que un Goya profundamente dolido se convierte en cronista de una guerra cuya crueldad le subleva. Pinta unas calles de Madrid llenas de gentes que se intentan ayudar con los mu?ones para alcanzar algo de comer, madres que corren con la cabeza de los ni?os en la mano mientras la sangre chorrea al suelo. Algunas de esas sobrecogedoras im¨¢genes centran los grabados escogidos por el Reina Sof¨ªa: Para eso hab¨¦is nacido (el n¨²mero 12 de la serie), Enterrar y callar (18), Tan poco (36) y ?Qu¨¦ alboroto es ¨¦ste? (65).
Menos angustiosos pero igual de inquietantes son los grabados de Los disparates, que Goya realiz¨® al final de su vida, ya enfermo y con la angustia a?adida de vivir sus peores pesadillas personales. Las figuras fantasmales se mezclan con bailes en los que los monstruos juegan, trepan o mantean a los tullidos. Disparate de carnaval es el t¨ªtulo de la pieza de esta serie elegida por el comit¨¦.
Tres grandes series
- 'Los caprichos'. Ochenta estampas publicadas en 1799 est¨¢n consideradas un hito
en la transici¨®n del arte del Antiguo R¨¦gimen al arte contempor¨¢neo. Hay dos temas b¨¢sicos: el cortejo
y la prostituci¨®n y escenas de brujer¨ªa.
- 'Los desastres de la guerra'. Las primeras de las 82 estampas est¨¢n fechadas en 1810 y las ¨²ltimas en 1815. El horror de la guerra de la Independencia y la terrible sangr¨ªa en la poblaci¨®n es contada sin ahorrar ning¨²n detalle.
- 'Los disparates'. Tambi¨¦n conocida como los Proverbios es su cuarta y ¨²ltima serie. Son 22 estampas que hablan de locura, pesimismo y sinraz¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.