Veinte meses con muchas propuestas y poco que hacer

Bernat Soria (Carlet, Valencia, 1951) lleg¨® en julio de 2007 a un ministerio ya con mala salud. El m¨¦dico y cient¨ªfico que se hizo famoso cuando el Gobierno anterior le impidi¨® investigar con c¨¦lulas madre aplicadas a la diabetes se vio, a los pocos meses de llegar, privado de las competencias en Investigaci¨®n, que hab¨ªa planteado como una de sus bazas.

Soria ha tenido en 21 meses de mandato muchas propuestas, pero poco que hacer. Apenas ha tenido capacidad de maniobra. Sanidad y Consumo ha sido, desde el fin de las transferencias sanitarias en 2002, un ministerio descafeinado. Durante el escaso tiempo que ha ocupado la cartera, Soria no ha tenido grandes crisis -s¨®lo la alerta sanitaria del aceite de girasol-, pero tampoco ha podido dar forma a grandes iniciativas. Deja el cargo ahora que se empezaba a debatir el Pacto por la Sanidad, la voluntad de llegar a un acuerdo parecido al pacto de Toledo que garantiza las pensiones, s¨®lo que aplicado a los servicios sanitarios. Quiso regular el suicidio asistido, una de las grandes pol¨¦micas de su mandato. Queda pendiente el reglamento de cuidados paliativos y el de testamento vital. Entre sus logros est¨¢n la radiograf¨ªa de las necesidades m¨¦dicas para los pr¨®ximos a?os, las operaciones de cambio de sexo y los planes de salud bucodental para ni?os.

A las competencias sanitarias se suman ahora las de Pol¨ªtica Social, que en los Gobiernos de Zapatero ya han pasado por dos ministerios distintos, el de Trabajo y el de Educaci¨®n. La ley que se vendi¨® como la m¨¢s importante de la legislatura pasada, la de Dependencia, cae ahora al lado de Sanidad. Las primeras cr¨ªticas son por eso. ?C¨®mo una ley tan importante baila as¨ª, de ministerio en ministerio?