La chica que convierte en oro lo que toca

Que Kate Moss convierte en oro todo lo que toca lo ten¨ªa bien claro el empresario Philip Green cuando contrat¨® a la modelo como dise?adora de su firma Topshop hace dos a?os. La operaci¨®n acab¨® sali¨¦ndole redonda. En plena recesi¨®n econ¨®mica mundial, la cadena brit¨¢nica de ropa econ¨®mica prosigue su expansi¨®n imparable: la semana pasada abr¨ªa su primera tienda en Nueva York.

Ataviada con un vestido de seda verde y chaqueta de cuero, dos piezas de su propia colecci¨®n, Moss comparec¨ªa como buque insignia de una marca que ya tiene los ojos puestos en Miami, Boston, Las Vegas y Los ?ngeles. Rostros famosos, como la cantante Jennifer L¨®pez, el dise?ador Marc Jacobs o la directora del Vogue americano, Anna Wintour, estuvieron en la inauguraci¨®n del establecimiento de Manhattan para arropar a la modelo.

Para Topshop contratarla como imagen ha sido una operaci¨®n redonda

Su futuro libro de cocina re¨²ne recetas de platos 'kosher'

Lejos de palidecer con el paso de los a?os (ha cumplido los 35), el reinado de Kate Moss permanece incuestionable y, de la mano de la asociaci¨®n con sir Philip, apunta ahora sus miras hacia los negocios. Si alguien puede convertir su persona en una marca, sin duda es ella.

El primer tanteo se producir¨¢ con la publicaci¨®n, el pr¨®ximo a?o, de su libro de recetas. Toda una osad¨ªa, teniendo en cuenta que la futura autora confesaba hasta hace poco no tener ni idea de cocina, y sobre todo que sus 48 kilos, distribuidos en una estatura de 1,71 cent¨ªmetros, no sugieren excesos gastron¨®micos.

La idea procede de un recetario escrito por la hijastra de Philip Green, Stasha Palos, siguiendo los preceptos kosher jud¨ªos, y al que la modelo decidi¨® recurrir para impresionar a su actual novio, el m¨²sico Jamie Hince. No se trata de la ¨²nica famosa que se ha lanzado a ese tipo de aventura, aunque s¨ª de la primera top model.

Para bot¨®n de muestra de los tremendos r¨¦ditos econ¨®micos que procura su imagen fue la reciente subasta en Londres de un beso de Moss. La extravagancia ten¨ªa un prop¨®sito loable -recaudar fondos para un hospital de la ciudad- pero aun as¨ª, los 5.000 euros que desembols¨® uno de los presentes aparecen como una cifra m¨¢s que generosa. El ¨®sculo fue muy casto, aunque ella no dud¨® en animar las pujas al comparecer vestida con un sugerente uniforme de polic¨ªa.