La atenci¨®n sanitaria como riesgo
Un 64% de los trabajadores de los servicios de salud ha sido objeto de amenazas o insultos en los centros - El 11% ha padecido agresiones f¨ªsicas
"?Te voy a matar!, ?Como le pase algo a mi madre no lo cuentas!". El 6 de abril de 2005 no se le olvidar¨¢ nunca a Ana, enfermera de urgencias del hospital comarcal de Melilla. Hacia el mediod¨ªa apareci¨® un hombre acompa?ando a una mujer mayor en silla de ruedas. "Le pregunt¨¦ qu¨¦ le suced¨ªa y me exigi¨® que le hici¨¦ramos unos an¨¢lisis, que su madre se mor¨ªa", recuerda. Poco despu¨¦s se abalanz¨® violentamente sobre ella, le cogi¨® del brazo y comenz¨® a gritar e insultarla. "Estrell¨® una botella de ox¨ªgeno contra un cristal y se puso a buscar un objeto punzante para clav¨¢rmelo mientras mis compa?eros trataban de sujetarle", relata Ana. "Yo hab¨ªa visto broncas, pero ninguna as¨ª. Este t¨ªo iba directo a matarme".
Las salas de urgencias son los lugares con m¨¢s episodios violentos
Las salas de urgencias son uno de los lugares donde m¨¢s frecuentes son las agresiones al personal sanitario. Tanto, que la mitad de estos trabajadores admite haber sufrido alg¨²n tipo de violencia f¨ªsica en los ¨²ltimos 12 meses y casi el 80% ha sido insultado o amenazado, seg¨²n un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Zaragoza y publicado en el Internacional Journal of Occupational and Environmental Health. La tasa de agresiones es incluso superior a otras zonas donde se podr¨ªan considerar m¨¢s conflictivas, como las psiqui¨¢tricas, donde un 29% del personal reconoci¨® haber sido golpeado. Aunque la violencia puede aparecer en cualquier sitio. El 11 de marzo pasado, un taxista jubilado de 74 a?os dispar¨® a una residente en el centro de salud donde trabajaba, que falleci¨® poco despu¨¦s, y al conductor de una ambulancia en Moratalla (Murcia).
No es f¨¢cil conocer la envergadura real de las agresiones en el medio sanitario, ya que los datos que existen son parciales. No todas las comunidades aut¨®nomas han puesto en marcha registros, los listados s¨®lo recogen las denuncias, y "se denuncia muy poco", apuntan desde el sindicato de enfermer¨ªa SATSE, por lo que "son una pura estimaci¨®n que no tiene nada que ver con la realidad". De ah¨ª la importancia del trabajo dirigido por el profesor Santiago Gasc¨®n, de la Escuela Profesional de Medicina del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, que sirve para iluminar esta realidad a partir 1.845 respuestas de trabajadores de hospitales y centros de salud. Un 33% es m¨¦dico, el 47% es personal de enfermer¨ªa, el 8% es administrativo y, el resto, celadores, t¨¦cnicos y directivos.
El art¨ªculo refleja que el 64% de los trabajadores sanitarios de hospitales y centros de salud han sido objeto de amenazas, intimidaci¨®n o insultos, mientras que el 11% ha recibido golpes. El agresor es, en la mayor¨ªa de los casos (el 85%), el propio enfermo, aunque en urgencias hasta una cuarta parte de los actos violentos tienen su origen en los acompa?antes. Adem¨¢s, el 21% presentaba problemas mentales o deterioro cognitivo y el 5,7% estaba bajo la influencia de alcohol o drogas. Por profesionales, el 19% de m¨¦dicos admite haber sido atacado f¨ªsicamente, frente al 17% del personal de enfermer¨ªa. Pero s¨®lo ocho trabajadores que participaron en el estudio hab¨ªan comunicado los hechos, lo que apuntala la tesis de la baja tasa de denuncias.
Mar¨ªa Jos¨¦ Mendoza es m¨¦dico de familia de un centro de salud del barrio de Monteolivete, en Valencia, y coincide con el profesor de la Universidad de Zaragoza. "Falta respeto y confianza hacia el m¨¦dico", se?ala. "Hace poco tuve que salir de la consulta a visitar a un paciente con c¨¢ncer de pulm¨®n a casa. Le coment¨¦ a un chico que ten¨ªa que salir urgentemente y que luego le atender¨ªa", relata. "Y la arm¨®. Se puso a gritar, a insultarme...". Mendoza comenta que estas situaciones son relativamente frecuentes: "Existe una relaci¨®n tensa con los pacientes en el 10% de los casos, aproximadamente. Hay gente que no conf¨ªa en el m¨¦dico".
Pero ¨¦sta es s¨®lo una parte de la cuesti¨®n. "Hay problemas de organizaci¨®n claros", apunta Mendoza. "Al margen de que no se promueve la educaci¨®n c¨ªvica, ni el tiempo ni el trabajo, se estructuran de forma adecuada para optimizar la atenci¨®n". El art¨ªculo apunta claramente en esta direcci¨®n: la causa m¨¢s frecuente de agresi¨®n (58%) fue el elevado tiempo de espera, por delante de cuestiones relacionadas con la concesi¨®n de las bajas laborales (15 %) o discrepancias por los medicamentos prescritos (10%). "Algunos centros est¨¢n saturados y con limitaciones de tiempo para atender a los pacientes. La falta de recursos o de espacio para ofrecer unas condiciones adecuadas de privacidad derivan en una atenci¨®n despersonalizada y largos tiempos de espera que pueden fomentar comportamientos agresivos", destaca el trabajo de la Universidad de Zaragoza. Donde los profesionales tienen tiempo y recursos, como en los hospitales m¨¢s peque?os o en zonas rurales, "se reduce la probabilidad de agresi¨®n".
Entre las medidas que se est¨¢n adoptando est¨¢ la de considerar las agresiones un atentado contra la autoridad p¨²blica, con el consiguiente agravamiento de penas, algo que no acaba de convencer a Gasc¨®n. "Cuando la persona arremete contra un m¨¦dico o una enfermera no piensa en la pena que le van a imponer; es una medida disuasoria de dudosa eficacia".
El agresor de Ana fue uno de los primeros condenados, en 2006, por atentado a la autoridad. Tuvo que pagar una indemnizaci¨®n de 1.200 euros a la enfermera y se le impuso adem¨¢s una pena de un a?o de c¨¢rcel. Por cierto, lo que le suced¨ªa a la paciente era un simple ataque de ansiedad, agravado luego por el violento comportamiento de su hijo.
Sin registro nacional
Una de las principales reclamaciones respecto a la violencia en los centros sanitarios es la puesta en marcha de un registro nacional de agresiones. "Cada autonom¨ªa va a su aire en funci¨®n del ¨¦xito de las presiones sindicales o profesionales", apuntan fuentes del sindicato de enfermer¨ªa. Castilla-La Mancha y Catalu?a han comenzado programas para reforzar la seguridad y cuentan con registros para recabar denuncias por episodios violentos (241 en Castilla-La Mancha y 845 en Catalu?a en 2008). Castilla y Le¨®n (155 agresiones en el ¨²ltimo semestre de 2008), Murcia (143 agresiones el a?o pasado), Navarra (124) y Galicia (184 en 2007) tambi¨¦n tienen este tipo de listados. Madrid lo acaba de poner en marcha este a?o. En la Comunidad Valenciana, el registro lo elaboran los colegios de m¨¦dicos (s¨®lo para estos profesionales). En la provincia de Valencia recogieron 33 denuncias en 2008.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.