El peor espect¨¢culo del mundo
El nuevo director de la edici¨®n catalana de EL PA?S nos pide a los colaboradores que escribamos sobre temas propios de Catalu?a o sobre temas m¨¢s globales desde un punto de vista catal¨¢n. Una buena propuesta, pero ?cu¨¢l es mi perspectiva catalana? Respuesta: nos interesa el Bar?a y nos preocupa la pela, es decir, lo que cuesta cada cosa. Charles Bettelheim, que no era catal¨¢n pero s¨ª un distinguido economista marxista, contest¨® al entonces ministro de Industria cubano, Che Guevara, que hab¨ªa proclamado como principios econ¨®micos del Gobierno revolucionario el entusiasmo revolucionario y las necesidades populares: "S¨ª, se?or ministro, pero hay que contar lo que cuesta cada bien o servicio que se produce, pues cuando no se cuenta es el esfuerzo de los que trabajan lo que no se valora".
Lo que no cuentan los pol¨ªticos es que las medidas pr¨¢cticas que toman para superar la crisis las pagan los contribuyentes
El Bar?a nos ofreci¨® el mejor espect¨¢culo, estupendo, es una aportaci¨®n catalana al ¨¢nimo del pa¨ªs que buena falta hace. Pero unos d¨ªas antes en Londres los l¨ªderes pol¨ªticos nos infligieron el peor espect¨¢culo. Bastante lamentable es que demostraran que no saben ni ad¨®nde vamos ni ad¨®nde quieren ir, como han constatado los expertos m¨¢s reconocidos y m¨¢s libres, como el Nobel Joseph Stiglitz y el profesor de MIT, Noam Chomsky. A¨²n resulta m¨¢s irritante el bombo y platillo con el que adornaron su publicitario encuentro. Nos anunciaron un Nuevo Bretton Woods, pretenden que van a crear las bases de un nuevo orden econ¨®mico mundial que no s¨®lo resolver¨¢ la crisis actual sino que sentar¨¢ las bases para que no se repita.
Como recuerda otro experto internacional, Walden Bello (Transnational Institute de Amsterdam, v¨¦ase Sinpermiso 5-4-2009) la reuni¨®n de Bretton Woods dur¨® 21 d¨ªas y en ella participaron representantes de 44 pa¨ªses a pesar de que se celebrara en 1944, en plena guerra mundial. La cumbre de Londres reuni¨® a representantes de los 20 pa¨ªses m¨¢s potentes (actualmente existen 172 estados, varias decenas m¨¢s que en 1944) y se reunieron ¨²nicamente algunas horas durante un solo d¨ªa. Fotos, discursitos y amigos para siempre. Estos l¨ªderes, m¨¢s pendientes de mantener el statu quo y de proteger los intereses de los grandes grupos econ¨®micos y financieros, se limitaron a reforzar las instituciones existentes, en especial el Fondo Monetario Internacional (FMI). No se puede esperar que afronten los problemas de fondo los causantes de la crisis o sus c¨®mplices pol¨ªticos.
No es nuestro prop¨®sito analizar ahora las medidas anunciadas. Algunas son simples declaraciones de intenciones como aumentar los controles sobre el sistema financiero, algo dif¨ªcilmente cre¨ªble cuando lo dicen los mismos que han defendido o aplicado la desregulaci¨®n de los movimientos de capitales, la especulaci¨®n con la venta a corto plazo de acciones tomadas en pr¨¦stamo, el mercado hipotecario subprime y las stock options que multiplican por 10 los ya cuantiosos salarios de los ejecutivos financieros a la vez que en muchos casos los beneficios especulativos obtenidos arruinan a las empresas. Otras se reducen a asignar m¨¢s recursos al FMI, que contin¨²a favoreciendo la liberalizaci¨®n financiera y pone condiciones muy duras para dar cr¨¦dito a los pa¨ªses en desarrollo.
Recordando al Juan de Mairena de Antonio Machado: si aquellas aguas trajeron estos lodos, volver a las mismas aguas servir¨¢ para que vuelvan los mismos lodos. Lo que los l¨ªderes pol¨ªticos no cuentan es que todas las medidas pr¨¢cticas que proponen, al margen de la ret¨®rica, tienen como resultado que los que pagan la crisis son los contribuyentes, los trabajadores y los que pierden su peque?a empresa, su trabajo aut¨®nomo o el empleo.
La paradoja de los reg¨ªmenes formalmente democr¨¢ticos no es que en la pr¨¢ctica sean olig¨¢rquicos, escasamente transparentes, manipuladores de las opiniones p¨²blicas e inoperantes ante una crisis. Es que el sistema pol¨ªtico y econ¨®mico atribuye la soluci¨®n de los problemas a los causantes de ellos, la reforma de las instituciones a los que son beneficiarios de la institucionalidad existente y la elaboraci¨®n de proyectos de futuro a los que s¨®lo piensan en t¨¦rminos cortoplacistas, elecciones o beneficios.
Hagamos un zoom local, Catalu?a, Barcelona. Recibo la memoria para la tramitaci¨®n del anteproyecto de ley de creaci¨®n del ?rea Metropolitana de Barcelona. Les ahorro detalles t¨¦cnicos. La zona metropolitana real es como m¨ªnimo la regi¨®n o vegueria definida por la divisi¨®n territorial de la Rep¨²blica y en ciertos aspectos casi se confunde con Catalu?a. El anteproyecto especifica correctamente que no debe confundirse con la veguer¨ªa. ?Qu¨¦ es pues? Lo que era un ¨¢rea metropolitana en la d¨¦cada de 1950 ya no lo era en la de 1960 y lo es menos ahora. Es una ciudad plurimunicipal, Barcelona y el continuo urbano inmediato. El anteproyecto no cambia pr¨¢cticamente nada, establece una superestructura sobre las entidades ahora existentes y una comisi¨®n de urbanismo a medias con la Generalitat. Las materias heredadas son m¨¢s propias de la regi¨®n y, en cambio, no dotan a esta nueva entidad de competencias sobre proyectos urbanos, programas de redistribuci¨®n social o de gesti¨®n de infraestructuras. En la actual situaci¨®n de crisis, de cambio de modelo econ¨®mico y de agudizaci¨®n de los problemas sociales es una omisi¨®n imperdonable.
?Por qu¨¦ es as¨ª? Lo dicho: los que se benefician hoy del sistema institucional, o son sus c¨®mplices, dif¨ªcilmente lo cambiar¨¢n. Lo mismo ocurre con la ley electoral, pendiente desde 1980. Las propuestas de renovaci¨®n no pueden emerger de las instituciones pol¨ªticas actuales. Pueden ser gestores correctos, no innovadores. Esta responsabilidad debe ser asumida por los sectores intelectuales y profesionales, por los movimientos sociales y culturales, por los responsables econ¨®micos. Si piensan en t¨¦rminos de inter¨¦s general.
Al inicio de la revoluci¨®n industrial, Saint Simon escribi¨® su famosa Par¨¢bola: era un llamamiento a la uni¨®n de los "productivos" (industriales, trabajadores, profesionales, artesanos, campesinos) contra los "fain¨¦ants" (las clases privilegiadas del antiguo r¨¦gimen: la corte y la burocracia mon¨¢rquica centralista, los latifundistas, los rentistas y especuladores, etc¨¦tera). Una buena idea que tener en cuenta.
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