Modelos empresariales

?Tendr¨¢ alguna consecuencia la demanda de Francisco Pons de un nuevo modelo econ¨®mico para la Comunidad Valenciana? Yo no lo creo. Aunque los peri¨®dicos han dedicado abundante espacio al escrito del presidente de la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios, lo cierto es que no ha suscitado ninguna reacci¨®n. Y eso que, tal como marcha nuestra econom¨ªa, la petici¨®n no puede ser m¨¢s oportuna. Si acaso, hemos de lamentar que ¨¦sta no se produjera antes, cuando sus efectos pod¨ªan haber sido m¨¢s positivos. Pese a que Pons sostiene que su asociaci¨®n reclama el cambio desde hace a?os, nunca hab¨ªamos escuchado su voz con tanta nitidez como ahora. Quiz¨¢ el estruendo tan tremendo que provocaba la construcci¨®n no nos permiti¨® o¨ªrla con claridad.

Pide Pons que el nuevo modelo de desarrollo se base en el conocimiento. Es una petici¨®n plausible, aunque no resultar¨¢ f¨¢cil llevarla a cabo. Una econom¨ªa del conocimiento no se improvisa de hoy para ma?ana, ni puede establecerse por decreto; por su propia naturaleza, exige un tiempo de preparaci¨®n considerable. ?De d¨®nde obtendr¨ªamos la mano de obra para los nuevos menesteres que, como Pons sabe, requieren una alta cualificaci¨®n? La educaci¨®n valenciana no atraviesa su mejor momento: nuestros alumnos abandonan la escuela, no concluyen los estudios. El hecho no es de hoy, sucede desde hace tiempo, pero no se quiso reparar en ¨¦l porque los trabajadores que necesit¨¢bamos entonces no precisaban formaci¨®n. ?Qu¨¦ oportuna hubiera resultado en esos momentos la voz de los empresarios exigiendo una mayor atenci¨®n para la ense?anza!

El problema m¨¢s dif¨ªcil, sin embargo, ser¨¢ lograr que la Generalitat se convierta en el catalizador de la nueva econom¨ªa, como pretende Pons. No creo que la Generalitat pueda desempe?ar ese papel, por dos razones. La primera, porque al presidente Camps no le importa la econom¨ªa del conocimiento, como ya ha dejado claro en sus declaraciones. No s¨¦ si cree o no en ella; lo que es obvio es que no la considera conveniente para sus intereses. Este hombre s¨®lo aspira a que acabe cuanto antes la crisis de la construcci¨®n. Una econom¨ªa que d¨¦ frutos en el medio o largo plazo, no puede interesar a quien ha buscado el ¨¦xito r¨¢pido de los grandes eventos para proyectar una imagen de buen gobernante. La segunda raz¨®n es la falta de dinero: dada la situaci¨®n financiera de la Generalitat, no parece que est¨¦ en condiciones de promover un nuevo modelo de desarrollo con la inversi¨®n que ello supone.

Finalmente, me asalta la duda de si los deseos de Pons son los de la totalidad de los miembros de la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios. Si he juzgarles por sus obras, tengo dudas sobre la inclinaci¨®n de algunos empresarios alicantinos por los nuevos modelos de desarrollo. A¨²n recuerdo cuando el se?or Rocamora -entonces, presidente de la patronal- animaba a los industriales a abandonar sus f¨¢bricas para sumarse a la fiesta de la construcci¨®n. ?Ha cambiado de criterio Rocamora y ahora defiende la econom¨ªa del conocimiento? Ser¨ªa interesante saberlo. Como tambi¨¦n convendr¨ªa conocer si han variado de opini¨®n aquellos empresarios alicantinos que consideraban una p¨¦rdida de tiempo y de dinero la creaci¨®n de un parque cient¨ªfico en la Universidad de Alicante. Me alegrar¨ªa mucho que estos cambios se hubieran producido: ser¨ªan la mejor muestra de que la Comunidad Valenciana camina hacia delante.