El comercio internacional, el ausente del G-20
El G-20 de Londres ha mostrado una imagen esperanzadora. Aunque la euforia por las medidas contra los para¨ªsos fiscales ha ocultado parcialmente la urgencia de resolver los problemas derivados de los activos basura, deben saludarse ciertos avances como la triplicaci¨®n de los recursos del FMI y la creaci¨®n del Consejo de Estabilidad Financiera. La cumbre ha tenido, no obstante, un gran ausente: el comercio internacional.
En ese ¨¢mbito, nunca la distancia entre palabras y hechos fue tan abismal. Los planes de rescate de la mayor¨ªa de pa¨ªses del G-20 favorecen la industria nacional, incluso en detrimento de la competitividad a largo plazo. En flagrante contradicci¨®n con el adagio "tus exportaciones son mis importaciones y viceversa y, por tanto, si los intercambios disminuyen, ambos perdemos", la demagogia y el cortoplacismo han impuesto una visi¨®n proteccionista.
Ning¨²n modelo aut¨¢rquico ha demostrado su viabilidad
La tendencia al populismo ha llevado a gran parte de los gobiernos a renegar de los compromisos librecambistas alcanzados en la cumbre de Washington. Condicionar las ayudas sectoriales a criterios de mantenimiento, o relocalizaci¨®n, de puestos de trabajo en territorio nacional ha supuesto una asignaci¨®n de recursos poco racional. Relocalizar, a expensas del contribuyente, en territorios estructuralmente no competitivos en ciertas actividades equivale a una triple derrota. La primera, al sustraer recursos que podr¨ªan contribuir a desarrollar sectores con porvenir. La segunda, al destruir los mercados receptores de nuestras exportaciones mediante la reducci¨®n del poder adquisitivo. La tercera, en la postcrisis, cuando esas actividades repatriadas artificialmente vuelvan a desaparecer.
En consecuencia, la OMC prev¨¦ que el comercio internacional caiga este a?o un 9%, su mayor contracci¨®n desde la II Guerra Mundial. No olvidemos que la intensificaci¨®n de los intercambios comerciales ha sido una fuente de prosperidad y crecimiento. Asimismo, ha contribuido a mantener tasas de inflaci¨®n y tipos de inter¨¦s a niveles aceptables y, por consiguiente, beneficios hist¨®ricamente elevados. La responsabilidad por el hundimiento del comercio no puede atribuirse enteramente a los gobiernos pero, si la crisis se prolonga, la proliferaci¨®n del proteccionismo causar¨ªa da?os irreparables.
El proteccionismo es, as¨ª pues, la receta para el infierno. La "localizaci¨®n" de la econom¨ªa supondr¨¢ un aumento de los niveles de inflaci¨®n y los tipos de inter¨¦s, as¨ª como una dr¨¢stica reducci¨®n de los m¨¢rgenes. Adem¨¢s, ning¨²n modelo aut¨¢rquico ha demostrado su viabilidad. Puesto que el G-20 de Londres ha dado pie al establecimiento de listas negras y grises en relaci¨®n con los para¨ªsos fiscales, seamos ahora coherentes, permitiendo que, en el G-8 de la Magdalena y el pr¨®ximo G-20 de Nueva York, se presenten listas equivalentes de pa¨ªses no cooperativos en el ¨¢mbito comercial.
No enga?emos al electorado: la ¨²nica manera de salvaguardar el empleo es hacer bien aquello en lo que podemos ser mejores. Atenci¨®n, esto no equivale a un laissez aller. Ser librecambista implica un esfuerzo ininterrumpido para que el comercio internacional se desarrolle en el respeto absoluto del principio de competencia. Con este objetivo en mente, el Consejo de Cooperaci¨®n Econ¨®mica, que presido desde hace seis a?os, ha actuado a favor de la adopci¨®n del pilar exterior de la Estrategia de Lisboa por parte de la Uni¨®n Europea.
El proteccionismo no es el ¨²nico asunto clave en relaci¨®n con el comercio internacional. Los pr¨®ximos G-8 y G-20 deber¨ªan igualmente plantear claramente la cuesti¨®n de los grandes desequilibrios mundiales y aportar soluciones. El pacto hist¨®rico entre China y EE UU, "yo compro tus productos, t¨² financias mis d¨¦ficits", es una de las causas profundas de la crisis econ¨®mica que vivimos: la excesiva tasa de ahorro de los pa¨ªses emergentes ha provocado un crecimiento espectacular de la esfera financiera en los pa¨ªses donde se ha invertido este ahorro, resultando en la formaci¨®n de burbujas especulativas y endeudamiento desmesurado.
Reunir peri¨®dicamente los principales dirigentes mundiales para mejorar la regulaci¨®n financiera es un objetivo loable, pero supone ocuparse de los s¨ªntomas en lugar de las causas. El comercio internacional debe empezar a reequilibrarse, lo que implica un nuevo Breton Woods que ponga fin a la preeminencia del d¨®lar en las reservas internacionales y al subsiguiente benign neglect. De igual modo, es preciso reequilibrar las paridades de cambio y pedir a las econom¨ªas emergentes, basadas hasta ahora en la exportaci¨®n, que contribuyan a la recuperaci¨®n global mediante el desarrollo de su demanda interna.
La crisis actual es una ocasi¨®n ¨²nica para reorganizar la econom¨ªa mundial sobre bases virtuosas y mutuamente ben¨¦ficas. El Consejo de Cooperaci¨®n Econ¨®mica trabaja para contribuir a las pr¨®ximas reuniones de la Magdalena y Nueva York con proposiciones capaces de contribuir a una gobernanza eficaz por parte del FMI y la OMC. Ser¨ªa deseable que los gobiernos las tengan en cuenta, dado que se nutren de la experiencia de m¨¢s de 100 grandes empresas europeas, muchas de ellas l¨ªderes mundiales. Evitar un nuevo shock global, probablemente m¨¢s devastador que el actual, ser¨¢ exclusivamente posible actuando no s¨®lo sobre los efectos sino tambi¨¦n sobre las causas de nuestra fragilidad.
Andrea Canino es presidente del Consejo de Cooperaci¨®n Econ¨®mica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.